Marruecos y España se espían desde el espacio con satélites: dos marroquíes, uno español

El lanzamiento del ‘PAZ’ supuso para las FAS “el mayor salto operativo en materia de inteligencia de toda la democracia”. Rabat cuenta con el ‘Mohamed VI-A’ y el ‘B’ y Madrid fracasó con el ‘Ingenio’

Satélite de observación óptica.
Satélite de observación óptica.

Las relaciones con el vecino reino de Marruecos tienen para España una importancia singular, por evidentes cuestiones de cercanía, por relevantes motivos económicos, pero también por razones militares y de defensa, dada la existencia de dos ciudades de soberanía española en el Norte de África, Ceuta y Melilla, y también por la proximidad de las Islas Canarias.

Esas relaciones han atravesado momentos de dificultad grave, como ocurrió con la ocupación de islote de Perejil por gendarmes marroquíes, que provocó un operación de desalojo a cargo de fuerzas españolas. Y ahora se encuentran en otro momento delicado, por las recientes declaraciones del primer ministro, Saadeddine El Othmani, diciendo que Ceuta y Melilla “son marroquíes como el Sáhara”.

En las últimas semanas, la temperatura de las relaciones hispano-marroquíes se ha elevado. Además de las declaraciones de El Othmani, se ha suspendido una cumbre bilateral, oficialmente por el coronavirus; la avalancha de pateras a Canarias levanta suspicacias; se ha reactivado el conflicto armado con el Frente Polisario mientras Podemos reclama un referéndum de autodeterminación en el Sáhara Occidental.

Con toda la discreción posible, Marruecos y España se observan y se vigilan. Y ahora lo hacen desde el cielo, utilizando satélites.

El fracaso del ‘Ingenio’

Francia mandó este 29 de diciembre otro satélite al espacio, el ‘CSO-2’, segundo de la tercera generación de ingenios de reconocimiento militar franceses, que sustituye a dos veteranos satélites espía galos, ‘Helios 2A’ y el ‘2B’.

España recibía hasta ahora imágenes de esos dos ‘Helios’, lo mismo que Alemania, Italia y Grecia, y ahora el Gobierno español debe negociar con Francia las condiciones para pagar el servicio del ‘CSO-2’, que tiene capacidad de discriminar objetos de 35 centímetros en la superficie terrestre.

Esta opción se estudia justo poco después de que España sufriera un contratiempo importante en su carrera espacial. En noviembre, fracasó el envío al espacio del satélite ‘Ingenio’, que iba a permitir recibir imágenes en alta resolución para distintas aplicaciones civiles (gestión del agua, lucha contra los incendios, urbanismo), pero que también tenía fines militares: iba a permitir mejorar sensiblemente las capacidades topográficas y cartográficas de las Fuerzas Armadas.

Dos satélites marroquíes

Las capacidades militares de observación terrestre desde satélites tienen para España una importancia clave, en la siempre delicada relación con Marruecos, país que también cuenta con satélites ‘espía’.

El vecino del sur lanzó en 2017 el ‘Mohamed VI-A’, y a finales de 2018 puso en órbita el ‘Mohamed VI-B’. Estos satélites de observación permiten a Marruecos obtener información de carácter estratégico de los vecinos y rivales: de Argelia, del Frente Polisario, y de España, tanto de la Península Ibérica como del territorio que reclama como “usurpado”: las Islas Canarias, Ceuta, Melilla y los islotes y peñones de soberanía española en la costa africana.

 

Las observaciones de ‘PAZ’

España compite frente a los dos satélites marroquíes con el ‘PAZ’, enviado al espacio el 22 de febrero de 2018 y que en octubre de 2018 alcanzó su capacidad operativa inicial, convirtiéndose en el primer satélite español con funciones militares de observación terrestre y con radar de apertura sintética. Representó una inversión de 180 millones de euros.

El ‘PAZ’ se sitúa en la órbita terrestre baja, a 500 kilómetros de altitud, y, además de las operaciones de vigilancia y cartografía con fines militares, también presta numerosos servicios de carácter científico y comercial.

Bajo coordinación de la inteligencia militar

La ejecución de este proyecto se sitúa en la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente, con Carme Chacón en el Ministerio de Defensa. Lo impulsaron finalmente los ministerios de Defensa y de Industria, los construyó Airbus Defence and Space, lo opera la empresa española Hisdesat, y el INTA (del Ministerio de Defensa) realiza el seguimiento desde sus centros de Torrejón de Ardoz y Maspalomas (Gran Canaria).

Fuentes de los servicios de inteligencia españoles destacaron a Confidencial Digital la importancia que tiene el satélite en la defensa de España. Consideran la puesta en órbita del ‘PAZ’ como “el mayor salto operativo en materia de inteligencia de toda la democracia”.

El responsable de la dirección operativa y funcional es el director del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), que proporciona inteligencia militar al Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Es el encargado de “dirigir y coordinar el empleo de los sistemas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) conjuntos, así como coordinar con las autoridades competentes la explotación de la información de los sistemas ISR específicos”, sistemas entre los que se encuentran los satélites.

Los ‘Helios’

Hasta la entrada en servicio del ‘PAZ’, el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas debía solicitar trabajos y hacer encargos a la red europea de satélites de vigilancia. Se trataba de una decisión “muy delicada”, porque los otros socios del proyecto ‘Helios’, como Alemania, Francia e Italia, podían conocer qué tipo de imágenes, de qué lugares, reclamaba la inteligencia española. Y eso provocaba cierta “contención” en las demandas, precisamente para no revelar los puntos de interés más significativos.

De hecho, tal como explican las citadas fuentes de los servicios de inteligencia, entre los miembros de la red satelital europea existe cierta desconfianza sobre la reserva y confidencialidad de las demandas que cada uno realiza, por parte de los otros socios.

Francia y Marruecos

En el caso de España, existía especial inquietud cuando los encargos de imágenes se centraban en un país con el que otro de los socios europeos tienen una buena amistad diplomática, como es el caso de las estrechas relaciones de Francia con Marruecos.

Según relatan las fuentes consultadas, en más de una ocasión el Ministerio de Defensa renunció a solicitar la toma de fotografías de determinadas zonas de Marruecos, porque sospechaba que Rabat se enteraría del encargo español, filtrado por alguno de sus socios, y más en concreto por Francia.

La invasión de Perejil

Durante la crisis del islote de Perejil, invadido por Marruecos, España pidió ayuda a Francia para movilizar sus satélites a esa zona, y obtener así inteligencia visual del enclave, y también en áreas del Norte de África, lo que permitiría evaluar un posible despliegue de fuerzas militares marroquíes en la retaguardia española.

Se trataba de saber anticipadamente si Marruecos reaccionaba movilizando efectivos militares en dirección al Estrecho y la península, y también en relación con Canarias.

Aquella petición fue denegada por Francia: el satélite, por motivos desconocidos, se encontraba ‘estropeado’ aquellos días, algo que en las Fuerzas Armadas nunca llegó a creerse.

Un satélite propio

Fue un encontronazo grave, que llevó a España, con Federico Trillo como ministro de Defensa, a valorar la necesidad de tener capacidades propias de vigilancia por satélite sin ninguna dependencia externa. Algo que a día de hoy ya ha conseguido con el ‘PAZ’: cuenta con sus propio satélite para cubrir las misiones que considere necesarias.

El fracaso del lanzamiento del ‘Ingenio’ ha frenado el avance en este sentido, ya que, con dos satélites en servicio, la capacidad de observación y vigilancia militar se habría visto muy reforzada.

Nuestro país habría contado con la posibilidad de realizar fotografías en dos partes opuestas del globo terráqueo, lo que significaría “un salto importantísimo”, ya que hubiera sido posible obtener fotografías de dos zonas de misiones en un mismo día.

Órbitas programadas

El funcionamiento básico de estos satélites es el siguiente: el día antes de solicitar las imágenes, un centro de control envía la señal al satélite con las ‘órdenes del día’.

Automáticamente, el aparato las programa en su ruta orbital, las realiza, y despliega una antena transmisora que envía todo el paquete de información (básicamente, fotografías) al centro de análisis.

En paralelo a España, Marruecos ha desarrollado su propio programa y ya cuenta con dos satélites de observación, con capacidades militares que le permiten tomar imágenes con gran detalle de cualquier base o instalación militar de España. Así que el pulso Rabat-Madrid se juega también en el espacio.

Los mandos militares, asombrados

Las sensaciones de los mandos de las Fuerzas Armadas españolas en los primeros meses de funcionamiento del satélite ‘PAZ’ fueron muy positivas. Quedaron verdaderamente sorprendidos, asombrados, con las capacidades operativas que ofrecía este sistema, mucho mayores de lo que se pensaban.

El valor del satélite va más allá de la cartografía y entra de lleno en la seguridad de los militares españoles. Como se contó en estas páginas, las imágenes enviadas por el ‘PAZ’ desde 500 kilómetros sobre la superficie terrestre habían resultado ser clave en varios episodios que pudieron comprometer la seguridad de las tropas españolas desplegadas en misiones internacionales.

Quince vueltas a la Tierra

Actualmente, el satélite da quince vueltas a la Tierra al día, y cubre un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados. De media envía diariamente 33 imágenes al Ministerio de Defensa, aunque tiene capacidad de mandar hasta 100 imágenes que ofrecen detalles de hasta 25 centímetros.

Esta información tiene numerosas aplicaciones. Destaca la información de carácter militar que ofrecen, pero también proporciona servicios especializados de valor añadido en vigilancia marítima, cartografía de emergencias, vigilancia de infraestructuras e información atmosférica.

Hisdesat también distribuye comercialmente parte del material recibido a usuarios nacionales e internacionales.

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