Más de 500 militares de la Bripac aún no han saltado porque no han podido hacer el curso básico de paracaidismo

Un “tapón” en la escuela de Alcantarilla, que dirige el Ejército del Aire, les impide obtener el diploma para lanzarse desde aeronaves

Paracaidistas de la Bripac, en un salto desde el avión MV-22B Osprey de los Marines de Estados Unidos (Foto: Jesús de los Reyes / Ejército de Tierra).
Paracaidistas de la Bripac, en un salto desde el avión MV-22B Osprey de los Marines de Estados Unidos (Foto: Jesús de los Reyes / Ejército de Tierra).

Forman parte de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra, una unidad de alta disponibilidad y despliegue rápido especializada en operaciones de envolvimiento vertical, lo que incluye operaciones aerotransportadas, de asalto aéreo y, como es obvio, operaciones paracaidistas.

Sin embargo, no pueden saltar en paracaídas. No son uno ni dos, ni decenas, sino cientos los militares de la Brigada Paracaidista los que, paradójicamente, no pueden lanzarse desde un avión o helicóptero porque un ‘tapón’ en estos cursos les ha impedido participar en el curso básico de paracaidismo que se imparte en la base aérea de Alcantarilla (Murcia).

Así lo confirman a Confidencial Digital fuentes cercanas a la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas del Ejército de Tierra, que apuntan que alrededor de medio millar de militares, fundamentalmente de la Escala de Tropa y Marinería, que pertenecen a la brigada y que todavía no tienen el diploma del curso básico de paracaidismo, requisito indispensable para poder participar en saltos paracaidistas.

Más de 500 sin curso

Varios militares conocedores de este problema confirman que existe cierto malestar, incluso preocupación en la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas por el alto índice de efectivos que no tienen el diploma del curso básico de paracaidismo: son entre 500 y 600, de una brigada que cuenta con algo menos de 3.500 militares.

Quienes ingresan en el Ejército de Tierra, en la Escala de Tropa y Marinería, pasan primero por el Centro de Formación de Tropa (CEFOT). Una vez que logran plaza en la Bripac, pasan un período de instrucción militar en la unidad de la brigada a la que hayan sido destinados. Los regimientos de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas se ubican en Paracuellos del Jarama (Madrid), en Javalí Nuevo (Murcia) y en Marines (Valencia).

Hasta hace unos años, lo habitual era que una vez pasado el período de instrucción militar, los nuevos soldados, suboficiales u oficiales eran enviados a Alcantarilla (en Sangonera la Seca, Murcia)

Allí se encuentra la Escuela Militar de Paracaidismo. Forma parte del Ejército del Aire, y su misión es “impartir las enseñanzas teórico-prácticas en materia de paracaidismo al personal profesional de la Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

Uno de los cursos que se imparte allí es el Curso Básico de Paracaidismo. Participan en él “oficiales, suboficiales, personal de tropa de los tres ejércitos, Especialistas y Cuerpos de Seguridad del Estado”, y sirve para formar a los alumnos en las técnicas básicas de lanzamientos paracaidistas diurnos en apertura automática.

Más adelante pueden realizar otros cursos más especializados, como el Curso de Apertura Retardada (Apertura Manual), y los cursos en apertura retardada a alta cota con empleo de oxígeno, con apertura a baja cota (HALO) o apertura a alta cota (HAHO).

 

Pero la clave es que al menos superen el Curso Básico de Paracaidismo, en el que los militares aprenden a saltar en modo automático. Una vez consiguen el diploma de este curso, ya pueden participar en buena parte de los ejercicios, maniobras y entrenamientos de salto paracaidista que llevan a cabo las unidades de la Bripac.

Una “bolsa” causada por el Covid

Confidencial Digital se puso en contacto con el Cuartel General del Ejército, para preguntar sobre este problema que sufre la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas.

Un portavoz oficial del Ejército de Tierra admite que “con motivo del Covid se redujo el personal que podía asistir a los cursos de paracaidismo”. Eso ha producido “una bolsa” que, según el Ejército de Tierra, “poco a poco irá disminuyendo, a medida que se vayan haciendo los siguientes cursos”.

Desde el Cuartel General del Ejército añaden que esta situación “no ha afectado al nivel de operatividad” de la Bripac.

El tapón comenzó en 2018

Pero fuentes conocedoras de la situación dentro de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas se muestran más preocupadas por la existencia de tantos militares sin el curso básico de paracaidismo.

Este curso dura alrededor de un mes. Hace unos años, lo habitual es que se organizaran cada año tres o cuatro cursos básicos de paracaidismo en la escuela de Alcantarilla.

El problema es previo a la crisis sanitaria del coronavirus, según confirman varias fuentes militares, y se remonta a cinco o seis años.

El número de cursos se empezó a reducir hacia el año 2018. Ese año se produjo un incidente en un salto paracaidista, según relatan fuentes consultadas por ECD: a un militar se le rompieron las cintas del paracaídas, y tuvo que recurrir al paracaídas de emergencia.

Ese fallo material en un paracaídas llevó a paralizar los saltos, para revisar que el material que se utilizaba en el curso básico de paracaidismo se encontraba en buen estado y era seguro.

En 2019 se celebraron sólo dos cursos, y en marzo de 2020 estalló la crisis del coronavirus. Las unidades de todos los ejércitos suspendieron maniobras, ejercicios, pruebas y cursos, para evitar concentraciones de muchas personas que pudieran derivar en un brote de contagios por Covid-19.

Fuentes internas de la Bripac señalan que en 2020 sólo se celebró un curso básico en la Escuela Militar de Paracaidismo.

Se fue así generando, primero, y agravando, después, ese “tapón” de militares de la Bripac sin el diploma que les permite saltar con paracaídas.

Hace ya más de un año eran decenas los efectivos de algunas unidades que no habían podido realizar el curso.

Esta situación se daba especialmente en la Compañía de Transmisiones, que proporciona los medios para ejercer el mando y control, y para enlazar a las unidades entre sí; y en el Grupo de Artillería de Campaña VI; pero también sucedía en las tres banderas, es decir, las unidades de infantería ligera paracaidista, de entidad batallón, que conforman la Brigada.

Quienes no tienen este diploma pueden instruirse en distintos aspectos operativos: tiro con diferentes armas, uso de piezas de artillería, instrucción física... así como utilización de material específico de zapadores, transmisiones, etc. Pero no pueden practicar los saltos paracaidistas en sus distintas modalidades y circunstancias.

No aportan a la operatividad

Mandos del Ejército de Tierra confirman que el “tapón” es una realidad, que además está provocando que un número importante de efectivos de cada bandera no tengan el diploma y no puedan aportar a la operatividad de su unidad.

Lamentan que, si se admite que hay un “tapón” de militares pendientes de realizar el Curso Básico de Paracaidismo, no se hayan puesto en marcha planes de choque para deshacer ese tapón lo antes posible.

Aire, Armada, MOE, GEO...

Distintas fuentes coinciden en señalar que el problema, para la Bripac, no es sólo que se haya reducido el número de cursos que se organizan cada año en la escuela de Alcantarilla. Critican que se prioriza a otras unidades, militares o no, para participar en el Curso Básico de Paracaidismo.

Como se ha indicado, la Escuela Militar de Paracaidismo la gestiona el Ejército del Aire, e imparte las enseñanzas teórico-prácticas en materia de paracaidismo al personal profesional de la Fuerzas Armadas y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Por eso, en los cursos participan militares del Ejército de Tierra, de la Armada, del propio Ejército del Aire, y también policías nacionales del Grupo Especial de Operaciones (GEO).

La Armada manda a los miembros de su unidad de élite, la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE), con base en Cartagena.

Del propio Ejército del Aire, se forman allí los miembros de las unidades paracaidistas: la Patrulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (Papea) y el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas (Ezapac), principalmente, pero también el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA, famoso por la evacuación de Kabul) y el Segundo Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (SEADA).

Por parte del Ejército de Tierra, no son sólo los militares de la Bripac quienes tienen que superar el Curso Básico de Paracaidismo. También participan los alumnos del Curso de Operaciones Especiales, que se sigue en la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales, en Jaca, y los del Curso de Aptitud Básica en Unidades de Operaciones Especiales para Tropa del Ejército de Tierra, que son quienes posteriormente pueden integrarse en el Mando de Operaciones Especiales (MOE).

De esta forma, militares cercanos a la Bripac lamentan que el Curso Básico de Paracaidismo, de Alcantarilla, se va llenado con cupos de otras unidades militares o policiales, algunas de las cuales apenas podrán necesitar saltar en paracaídas en su actividad operativa, mientras que se relega a la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas, que puede colocar a menos nuevos miembros en el curso para que puedan conseguir el diploma básico de paracaidismo.

Desmoralización

La situación es especialmente incómoda, porque además al curso en Alcantarilla acuden no sólo los miembros de la Bripac que necesitan aprender a saltar en paracaídas.

También se trasladan allí instructores y jefes de salto de la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra, para dirigir los saltos desde el aire, aunque los instructores que imparten la teoría en tierra son de la Escuela Militar de Paracaidismo, es decir, del Aire.

Pese a ello, en la Bripac consideran que el cupo que le dejan para sus militares es demasiado reducido, en proporción al tamaño de su unidad frente a otras, y teniendo en cuenta que esta brigada es uno de los elementos fundamentales del Ejército de Tierra, y por tanto de las Fuerzas Armadas, para la proyección de fuerzas. Por eso en muchas ocasiones los mandos se refieren a la Brigada Paracaidista como “la punta de lanza” del Ejército de Tierra.

El “tapón” que tiene a medio millar de militares pendientes de hacer el Curso Básico de Paracaidismo provoca cierta “desmoralización” entre la Tropa de la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas, aseguran personas que tienen contacto habitual con muchos de estos soldados.

Lamentan que tienen que se someten al adiestramiento cotidiano de la Brigada, que es muy duro y exigente, pero por contra no pueden disfrutar de algo distinto, el elemento que distingue y caracteriza a la Bripac frente a otras unidades del Ejército de Tierra: saltar con paracaídas desde un avión o helicóptero.

De hecho, hay militares de Tropa y Marinería que entran en la brigada, pasan un par de años en la unidad, y si piden el traslado a otra unidad, se marchan sin haber realizado el curso y sin haber saltado ni una sola vez en paracaídas.

Las fuentes consultadas apuntan además que los militares que no llegan a realizar el Curso Básico de Paracaidismo se ven perjudicados en su carrera. Este curso les da puntos en los baremos a la hora de ascender y de solicitar destinos. Al no pasarlo, no se benefician de su paso por la Bripac, mientras que estar destacados, por ejemplo, en unidades que vigilan las plazas de soberanía española en el norte de África sí da puntos.

Pocos saltos en la instrucción cotidiana

Varias fuentes consultadas señalan que, detrás de esta situación, está la siempre complicada relación entre el Ejército de Tierra y el Ejército del Aire. Y afecta no sólo al reparto de plazas para realizar el curso de Alcantarilla, sino también a la instrucción ordinaria en la Brigada Paracaidista.

“Cada vez saltan menos en la Bripac”, es el problema que han detectado militares veteranos que siguen al tanto de lo que ocurre en la brigada.

Lo ven un problema, porque si un militar va a Alcantarilla, supera el curso de un mes, y regresa a su unidad pero pasan demasiados meses hasta que vuelve a saltar, ya en un ejercicio o en unas maniobras de la Bripac, el peligro es que pierda la instrucción que ha recibido.

“Lo peor que hay es saltar poco, porque así, cada vez que saltas es como empezar cada vez, como si fuera su primer salto”, explican expertos en este tipo de instrucción. Los nuevos miembros de la brigada no consiguen una regularidad en los saltos paracaidistas, y entre otros problemas, eso puede provocar que aumente el índice de lesiones entre los militares con poca práctica.

Algunas fuentes apuntan que se solía considerar que el mínimo para mantener la operatividad en la Bripac era que los militares participaran en seis lanzamientos al año. Dos de ellos debían ser “tácticos”, es decir, con el equipo de combate, no en zonas de instrucción, y a poder ser de noche. La frecuencia de salto baja más aún en la modalidad de apertura manual.

En este problema tienen un papel clave las aeronaves, como es lógico. Y las voces críticas con la situación de la Brigada Paracaidista señalan que el Ejército de Tierra tiene ahora menor disponibilidad de aviones y helicópteros que en épocas pasadas.

Salvo los helicópteros propios de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), como los Chinook, los saltos se realizan en aviones del Ejército del Aire.

Tierra y Aire firman un convenio para que el primero compense al segundo por la utilización de sus aeronaves.

El Ejército del Aire jubiló en diciembre de 2020 los aviones de transporte Hércules C-130, que eran muy útiles para lanzar un número elevado de paracaidistas. El modelo que le sustituye, el A400M, aún está certificando algunas capacidades y no se utiliza con la misma frecuencia que el Hércules en saltos paracaidistas.

Todo ello conduce a estas fuentes cercanas a la Brigada ‘Almogávares’ VI de Paracaidistas a lamentar que se está perjudicando la instrucción, el adiestramiento y en consecuencia la operatividad de los militares de esta unidad.

En parte, achacan esta situación al reparto de fuerzas en la cúpula de las Fuerzas Armadas. Apuntan que cuando en los puestos clave, como el JEMAD y el JEME, hay militares que pasaron en algún momento por la Bripac, los paracaidistas del Ejército de Tierra reciben buen trato. Cuando tienen mayor influencia mandos del Ejército del Aire, de la Armada o de unidades de Tierra con cierta rivalidad con la Brigada Paracaidista, como la Legión y el Mando de Operaciones Especiales, notan mayores dificultades.

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