La mascarilla perjudica las capacidades operativas y de combate de los militares

Un estudio del Ejército concluye que limita las habilidades cognitivas y motoras, perjudica el salto y el municionamiento y causa un peor rendimiento al ponerse un torniquete

Militares de la unidad de Regulares de Ceuta (Foto: Fotografía Jesús de los Reyes / Ejército de Tierra).
Militares de la unidad de Regulares de Ceuta (Foto: Fotografía Jesús de los Reyes / Ejército de Tierra).

Millones de personas en todo el mundo llevan un año usando mascarillas desde que salen por la puerta de su casa. La pandemia de coronavirus ha extendido el uso de este elemento, que se ha convertido en el símbolo más visible de la crisis sanitaria.

Más allá de las molestias que provoca, que la mayoría de la población soporta con mayor o menor resignación, hay quienes se declaran prácticamente insumisos al uso de mascarillas. Esgrimen motivos legales para escapar a la obligación de llevarla en la calle y también argumentan supuestos daños a la salud que provoca: desde lo nocivo que sería “respirar el propio CO2 que echas”, o el hecho (supuesto) de que los virus se queden en la mascarilla, hasta problemas de piel, incluso cáncer y futuras enfermedades en la sangre.

En los últimos meses se han difundido distintos estudios para tratar de recabar evidencias científicas sobre las consecuencias del uso de las mascarillas.

Confidencial Digital ha podido saber que el Ejército de Tierra decidió realizar una investigación propia sobre la incidencia que tiene este elemento en los militares a la hora de acometer tareas propias de su condición, como ejercicios, maniobras y otras actividades que suponen exigencia física.

Experimento de la Escuela de Educación Física

Ha sido un estudio “cuasi-experimental”, en el que participaron una veintena de militares, y que dirigieron cuatro profesores de la Escuela Central de Educación Física. Ha corrido a cargo del centro de formación militar del Ejército de Tierra dedicado a la enseñanza de actividades físicas y deportivas. Se ubica en las instalaciones de la Academia de Infantería, en Toledo, aunque depende de la Escuela de Guerra del Ejército.

Dos doctores civiles, un comandante médico y un teniente, todos ellos profesores de la Escuela Central de Educación Física, dirigieron el estudio, del que el Ejército de Tierra informa en el último número (81) del ‘Memorial de Infantería’, la publicación propia de la Academia de Infantería de Toledo.

El objetivo de la investigación era medir qué efectos, qué influencia tiene el uso de la mascarilla en la condición psico-física de los miembros de las Fuerzas Armadas cuando desarrollan tareas militares. Cómo se ve afectada la respuesta psicofisiológica, cognitiva y de rendimiento al portar un equipo de protección con mascarilla quirúrgica en contextos significativos de intervención militar, tanto en operaciones militares propias de unidades de infantería como en actuaciones de carácter sanitario.

Veinte militares

Los profesores de la Escuela Central de Educación Física seleccionaron a 20 militares para el estudio, con unas características determinadas: una media de edad de 33,7 años, con ±5.1 años; el índice de masa corporal, 26,7 km/m2 (±4.4 kg/m2); y condición física media de 73.5 ±14 puntos.

La conclusión del estudio del Ejército de Tierra es clara: la mascarilla provoca en los militares unos efectos destacados cuando acometen tareas propias de su trabajo. Es decir, pierden ciertas capacidades.

 

Los efectos, eso sí, varían según la condición física de cada militar. “Se encontraron diferencias intragrupo en función de la glucemia capilar, la fuerza explosiva, el esfuerzo percibido y la temperatura”, señala el Ejército en la reseña de este experimento.

Diferencias psicofisiológicas significativas

Al analizar las condiciones físicas de los militares que llevan mascarilla, se detectaron diferencias psicofisiológicas significativas, también en la puntuación obtenida al realizar las tareas militares. El índice de masa corporal tendría una influencia reseñable, por ejemplo.

Además, se observó que los sujetos con mejor condición física presentaron menor glucemia y mayor fuerza explosiva, y que si se tiene en cuenta la edad, los más longevos presentaban menor frecuencia cardiaca.

Pero sobre todo, han llamado la atención algunas conclusiones generales: según el estudio, en los militares que usan mascarilla “se encontró menor capacidad de salto, mayor lentitud en el triaje, peor rendimiento al ponerse un torniquete y una importante pérdida en la prueba de municionamiento”, citando algunas de las tareas propias de la actividad militar que se monitorizaron en este estudio.

Todo eso, señala la reseña de la investigación, “deja claro el deterioro de habilidades motoras finas en estas condiciones”, es decir, utilizando mascarilla para proteger la boca y la nariz como vías de contagio del coronavirus.

La conclusión es clara: las condiciones psicofisiológicas de un militar sufren un cambio notable al portar mascarilla de protección respiratoria, como son una destacable disminución de temperatura y una menor glucemia capilar en sujetos con mejor condición física.

Uso extendido en las Fuerzas Armadas

La obligación de llevar mascarilla, incluso al aire libre, tiene excepciones en la normativa legal aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez y las Cortes Generales. Al realizar deporte, salir a correr, montar en bici, no es necesario taparse la boca y la nariz con este elemento.

Trasladada esa regla al ámbito militar, lo cierto es que al menos en las imágenes que el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire difunden de sus efectivos se les suele ver con mascarilla, incluso en fotografías de maniobras y ejercicios en los que se entrenan y simulan situaciones de combate.

No siempre es así. En algunas fotos tomadas en determinados escenarios, sobre todo en misiones en el extranjero, a veces se les ve sin mascarillas.

También hay que tener en cuenta que en determinadas unidades o misiones es habitual que el equipo de los militares incluya ya anteriormente algún tipo de máscara, pasamontañas o verdugo que tapa la boca y la nariz, por no hablar de las unidades NBQ que llevan máscaras que cubren por completo la cara y que incluyen una gran válvula para filtrar el aire que respira quien la lleva.

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