Una ‘mili’ civil de dos semanas para chicos y chicas de 16 años

Es la propuesta que un coronel ha publicado en la revista del Ejército de Tierra

Reclutas del Servicio Militar Obligatorio.
Reclutas del Servicio Militar Obligatorio.

La posibilidad de implantar algún tipo de servicio civil obligatorio, inspirado en la antigua ‘mili’ que abolió el Gobierno de José María Aznar, es una opción sobre la que empiezan a acumularse propuestas escritas por mandos de las Fuerzas Armadas.

El último caso se puede leer en el número 962, correspondiente al mes de junio de 2021, de ‘Ejército’. Se trata de “la publicación profesional militar del Ejército de Tierra”, que tiene como finalidad “facilitar el intercambio de ideas sobre temas militares y contribuir a la actualización de conocimientos y a la cultura de defensa”.

En la revista se advierte que “está abierta a cuantas personas sientan inquietud por los temas militares”, y que “los trabajos publicados representan, únicamente, la opinión personal de los autores sin que la revista Ejército, ni ningún organismo oficial, compartan necesariamente las tesis o criterios expuestos”.

El último número de la revista ‘Ejército’ incluye un artículo con el título “Reflexiones sobre el servicio militar”, firmado por el coronel de Artillería retirado Antonio Varet Peñarrubia. Este coronel fue jefe de Edición de esta misma revista, aunque ahora ya se encuentra en situación de retiro.

Las quejas contra la ‘mili’

El autor del artículo hace un breve repaso histórico sobre los modelos de servicio militar obligatorio, hasta llegar a la decisión de acabar con él e implantar el modelo profesional en España.

Recoge algunos testimonios de jóvenes que hicieron la ‘mili’ en los últimos años: “Muchos expresaban su malestar por situaciones que, reconocerlo es de justicia, representaban flagrantes discriminaciones e injusticias. Algunos alegaban la interrupción de sus estudios o de la búsqueda de un empleo, de lo cual se beneficiaban sus compañeras de estudio. Otros, simplemente, se quejaban de hacer algo que para ellos era una perdida de tiempo sin remunerar”.

Concluye que “todo ello, junto con la modernización de equipos, las nuevas tecnologías, los despliegues en el extranjero (con el consiguiente rechazo social al envío de tropas de reemplazo), el creciente numero de insumisos y objetores, y una creciente controversia sobre la utilización de unos recursos muy limitados en el ejercito de reemplazo, en detrimento de unas fuerzas profesionales, acabaron por conducir a la suspensión”.

El modelo de Macron en Francia

También cita brevemente los modelos actuales que existen en Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania para sustituir el antiguo servicio militar obligatorio en sus fuerzas armadas.

El caso más relevante es el de Francia, ya que el coronel Varet explica que el modelo que propone está inspirado “en el proyecto francés del presidente Macron”.

 

Comienza explicando que “a pesar de contar con una larga tradición desde los tiempos de la Revolución, Francia no tiene servicio militar obligatorio, pues Jacques Chirac lo abolió en 1997”.

Pero ahora “el proyecto del presidente Macron de instaurar una ‘mili civil’ parece ponerse en marcha de forma experimental. La idea es que todos los jóvenes, hombres y mujeres de 16 anos, pasen inicialmente 15 días, y más adelante hasta un mes, en periodo vacacional y en distinta región de origen, a fin de promover la cohesión nacional. Los lugares donde se llevarán a cabo las actividades serán escuelas, centros de vacaciones y otros albergues temporales”.

Eso sí, “las actividades no contemplan, en principio, instrucción militar”, y de hecho “el servicio militar, en el sentido clásico de la palabra, no está previsto, ya que Francia, además de contar con 205.000 hombres y mujeres en todas las ramas de sus Fuerzas Armadas, tiene una reserva de 183.000 miembros”.

Un servicio militar no tendría apoyo

La reflexión del coronel autor del artículo es que España se encuentra en una situación análoga a la de otros países como los citados “a la hora de encarar el problema de los efectivos en nuestras Fuerzas Armadas”.

Admite que en España “no parece que la reinstauración del servicio militar obligatorio cuente con el suficiente apoyo por parte de las fuerzas políticas y de la población en general”.

Su propuesta va en la línea del nuevo servicio civil lanzado por Macron en Francia, para lo que sería necesario “involucrar a distintos ministerios y organismos en el ámbito nacional, autonómico y local”.

Servicio “de conocimiento general”

El coronel Varet señala, en un análisis previo, que “se observa en general en nuestro país un profundo desconocimiento de lo que son y qué papel representan las Fuerzas Armadas en una nación moderna. Existen muchos estereotipos e ideas preconcebidas debidas en gran parte a nuestra reciente historia”.

Añade que “esta falta de conocimiento sobre el Ejército se ve acentuada por el hecho de que la población actual menor de 40 anos no ha efectuado el servicio militar y, por consiguiente, no pueden transmitir una experiencia, positiva o negativa, a sus hijos”.

Su propuesta es que “el problema, similar en nuestro vecino, Francia, lo podemos encarar, al igual que pretende el Gobierno galo, con un servicio de ‘mili civil’, que podríamos llamar de conocimiento general, teniendo en cuenta la especial idiosincrasia española”.

Hombres y mujeres de 16 años

Este “servicio civil de conocimiento general” se concretaría en implantar un período de formación obligatorio para todos, y en ese todos incluye a “hombres y mujeres de 16 a 17 anos”.

Cabe recordar que la ‘mili’ española, hasta su abolición, sólo afectaba a los hombres jóvenes, y no a las mujeres.

En esta propuesta se acaba con la discriminación por razón de sexo, y abarca a todos los jóvenes españoles de 16 años.

Dos o tres semanas a final de curso

¿En qué consistiría? Se trataría de un período de actividades de entre dos y tres semanas, que “se enmarcaría como prácticas obligatorias dentro de la asignatura Educación para la Ciudadanía, y se llevaría a cabo en el mes de junio, justo antes de las vacaciones estivales”.

Salvo repetidores, o alumnos a los que se adelanta de curso, los escolares españoles cumplen 16 años el año que terminan 4º de la ESO. En ese curso se imparte la asignatura “Educación ético-cívica”, básicamente igual a Educación para la Ciudadanía.

La idea que lanza el coronel Varet en la revista del Ejército de Tierra supondrían que los alumnos de 4º de la ESO pasen 15 ó 20 días realizando esas actividades, que si bien “no deben contener asignaturas de estudio que deban ser aprobadas”, la asistencia a las mismas sí sería obligatoria y sin superar este período “no se podría acceder al examen previo al ingreso en la universidad o en las escuelas de formación profesional”. Tampoco se recibiría el título de Enseñanza Medio, el de Educación Secundaria Obligatoria, sin pasar por esta actividad.

A otra comunidad autónoma

Todos los alumnos de 16 años serían enviados a pasar esas dos o tres semanas fuera de la comunidad autónoma de residencia, para que así “los muchachos andaluces, catalanes, vascos, extremeños, gallegos, canarios, etc., conozcan otras zonas de España e interconecten con chicos y chicas de otras regiones”.

El concepto principal de este punto es la socialización y el conocimiento de otras gentes y costumbres, con un objetivo claro: “Se busca, ante todo, reforzar la cohesión nacional”.

Cuarteles vacíos

¿Dónde se realizaría este “servicio civil de conocimiento general”? El coronel apunta que “existen acuartelamientos, establecimientos militares, residencias escolares, bases, etc., que están infrautilizadas y podrían ser acondicionadas con un mínimo de dinero”.

La financiación correría a cargo de varios organismos: “Dado que se trata de una actividad académica, el Ministerio de Educación, y los correspondientes departamentos de las autonomías, deberán aportar una parte importante del presupuesto necesario”.

Por otra parte, “el Ministerio de Defensa también proporcionaría lo necesario para el acondicionamiento y la preparación de los alojamientos, cocinas, comedores, servicios de higiene y todo lo que conlleva una instalación de este tipo”.

Para la manutención de los jóvenes se podría contratar a una empresa de catering de la zona donde se sitúan esos cuarteles o residencias: “Sería cómodo, rápido y económico, con capacidad para convertirse en un motor monetario de la zona en cuestión”, subraya el autor de la propuesta.

Izado de la bandera de España

Una vez resuelto el dónde, pasa al qué: ¿Qué harían los chicos y chicas de 16 años en esas dos semanas? De nuevo, la propuesta publicada en la revista del Ejército de Tierra sigue el modelo que se está poniendo en marcha en Francia.

El objetivo de estas dos o tres semanas, más desarrollado, sería “que los jóvenes adquieran valores nacionales que sirvan para hacer más fuertes los lazos entre las gentes de diversas partes de nuestra geografía”.

Las actividades comenzarían cada día con “una formación, tras el desayuno, con izado de la bandera nacional”, propone el coronel.

Ejercicio físico, visita a monumentos...

A lo largo del día, y durante ese tiempo de servicio, los jóvenes participarían en actividades como “educación física, charlas sobre valores cívicos, conferencias sobre diversos aspectos de nuestra patria, visita a los monumentos de la zona y otras actividades culturales”.

Al final de los 15 ó 20 días de formación, se celebraría una ceremonia de entrega de diplomas y de despedida de los jóvenes participantes.

El autor de esta propuesta detalla incluso se plantea la cuestión de si sería buena idea implantar un uniforme para este período. “Dado que no se trata de una unidad militar, no se requeriría uniformidad alguna. Hay, sin embargo, dos posibilidades”, la primera de las cuales sería “proporcionar pantalón, camisa polo, calcetines y zapatos (la falda para las chicas sería opcional)”.

El problema es que “supondría un desembolso económico importante” para la administración. La segunda opción “obligaría a cada participante a aportar su propio vestuario. Una posibilidad que se antoja menos apropiada en términos de igualdad”.

Nueve meses voluntarios a los 18 años

El “servicio civil” o “de conocimiento general” incluiría actividades sin contenido militar, con el objetivo de “reforzar los lazos entre la juventud de toda España, así como preparar el siguiente período de “formación”.

En ese segundo período, plantea el coronel de Artillería retirado Antonio Varet, “los jóvenes a partir de los 18 años podrían alistarse voluntariamente al servicio militar, que tendría una duración de nueve meses y que incluiría una formación básica que les capacitara para el servicio en los ejércitos”.

Estos voluntarios realizarían dentro de las Fuerzas Armadas tareas de administración, logística, mantenimiento, auxiliares de sanidad...

Al acabar los nueve meses, tendrían dos opciones: reincorporarse a la vida civil, o acceder a la condición de militar profesional una vez superadas las pruebas pertinentes.

Concluye este oficial retirado del Ejército de Tierra que “las soluciones de otros tiempos, como el servicio militar obligatorio, no son válidas en la coyuntura actual, lo que nos fuerza a buscar acuerdos entre varios departamentos oficiales, tanto centrales como autonómicos”.

Todo ello con la idea de plantear ideas para “encarar un problema tan importante como el del contingente de las Fuerzas Armadas”. Y añade que “habría que promulgar algunas leyes y mejorar otras. La magnitud de la tarea es tal que exige la mayor prontitud”, ya que “cuanto más tardemos en hallar una solución, mayor será el problema”.

El ex JEMAD García Sánchez, a favor

Como ya se ha indicado, en los últimos años han surgido algunas voces (militares y civiles) que plantean la opción de recuperar la ‘mili’, no en su formato original como un servicio militar obligatorio de muchos meses, pero sí al menos como un período de servicio a la comunidad para los jóvenes.

Algunas de estas propuestas, como la del coronel retirado Varet, se han difundido en publicaciones oficiales de las Fuerzas Armadas, lo que ya supone un cierto ‘plácet’, al menos con que se plantee el debate.

El modelo de referencia es en muchos casos el que impulsó Macron en Francia. También ahí se inspiró el almirante general de la Armada retirado Fernando García Sánchez, que llegó a ser Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD).

En su caso, publicó un artículo en ‘Cuadernos de Estrategia Naval’, una revista de la Armada, en el que pedía un plan ambicioso para tratar de fomentar entre los españoles lo que se conoce como “Cultura de Seguridad”, sobre todo entre las nuevas generaciones.

Entre otras medidas, el ex JEMAD García Sánchez apuntó que “no sería excesivo apostar por una mayor presencia de la Seguridad en los programas educativos en todos los niveles de enseñanza y en el desarrollo de un Servicio Nacional Universal al estilo del que el presidente francés Macron está desarrollando en Francia”.

Disciplina, solidaridad, patriotismo

También la revista ‘Armas y Cuerpos’, que edita la Academia General Militar de Zaragoza, recogió hace unos años un artículo en una línea similar obra de Francisco Laguna Sanquirico, general de Brigada de Infantería en la Reserva, con Diploma de Estado Mayor, que fue subdirector del Servicio Militar del Ministerio de Defensa años antes de que el Gobierno de José María Aznar suprimiera oficialmente la mili, en 2001.

En su caso no planteó un modelo concreto, pero sí dio razones para una posible vuelta de la ‘mili’.

El servicio militar obligatorio “prestó importantes servicios a España cuando se constataron importantes deficiencias en el nivel físico, cultural y social de la juventud a la que se pedía el sacrifico de dejar sus habituales actividades para integrase en la defensa. Las deficiencias más notables que presentaba la juventud en aquellos años pueden agruparse en los siguientes apartados: psicofísicas, culturales y ético-morales”.

En esta última categoría ubicó “tanto el desarrollo de los valores éticos que se deseaban para la nación como el sentimiento de solidaridad con el resto de provincias y pueblos. Y por último, y como más importante, hay que citar la transmisión de valores morales y sociales”.

Es en este contexto en el que habló de “la transcendencia de la transmisión de otros valores como son el respeto a las leyes y el sentido y valor de la disciplina. Estos valores que hoy parecen estar en crisis en ciertos sectores, han constituido una de las más importantes aportaciones del servicio militar obligatorio y es uno de los motivos más destacados por los que en varios países y en España, se oyen voces que piden su reimplantación aunque sea con ciertas variables”.

Antes había destaco el fomento de “un sentido de la solidaridad que tenía en el patriotismo su meta” a que contribuía la mili. Se basaba, según argumenta el articulo, en el concepto de Patria, “que iba más allá de la “patria chica” y se enriquecía con la exigencia de defenderla, lo que, en definitiva, era la razón de ser del servicio militar”.

Con el cambio del reclutamiento al modelo profesional de Fuerzas Armadas se habrían perdido o al menos diluido estos valores, y también en parte “la vinculación [de los militares] con la población civil y en último término la conciencia de defensa, que por encima de posturas críticas y de otros problemas, se nutría de lo que se cultivaba en las Unidades”.

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