Los militares identifican más ‘patinazos’ técnicos en la serie sobre el Ejército de Telecinco

Tras su estreno, las principales críticas se centraron en la imagen que, a juicio de los militares consultados por ECD, se da a la sociedad de lo que son las Fuerzas Armadas y los valores que defienden.

Muchas de las quejas giran en torno a que la ficción de Telecinco muestra relaciones amorosas entre tropa y oficiales, subordinados cuestionando órdenes o tuteando a sus mandos, o no reflejan los métodos y tácticas reales que utilizan las Fuerzas Armadas en combate pese a haber sido asesorados por el Mando de Operaciones Especiales.

El Confidencial Digital ha recibido en los últimos días análisis de militares señalando los ‘patinazos’ técnicos que han detectado en la serie de Mediaset. Estos son algunos de ellos:

--Cuando los militares preparan una emboscada a los vehículos en los que supuestamente viajan los terroristas, un ‘boina verde’ aposta una ametralladora ligera en un risco. Además de no llevar trípode –“esencial en una situación en la que el tiro debe ser preciso para evitar bajas de civiles”-, se trata de una MG-34. Un modelo de origen alemán utilizado por primera vez hace 75 años, en la Segunda Guerra Mundial, y que tras estar en servicio en el Ejército español “ahora es una pieza de museo”.

--Uniformidad de los GEOs: no sólo los militares critican parte del equipamiento de los ‘boinas verdes’. También miembros del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional destacan errores en la uniformidad de los agentes que custodian la embajada de Bamako en la ficción. “No tiene nada que ver con la real. Con un mono y unas rodilleras se lo han despachado” aseguran agentes consultados por ECD.

--Lanzamiento de una granada humo contra civiles: uno de los momentos al que más referencia hacen en sus análisis los militares españoles es aquel en el que un ‘boina verde’ lanza una granada de humo en el remolque de un camión donde supuestamente se encontraban los dos niños secuestrados por los yihadistas. “Nunca se operaría así, lanzando una granada en un espacio cerrado. Cuando abren la compuerta del camión no ven lo que hay en el interior. Si hay un terrorista lo primero que hará es matar a los rehenes y luego disparar hacia la puerta. El terrorista verá sombras, pero el militar no verá absolutamente nada al ser un espacio cerrado y oscuro. Y si hay fuego hay que responderlo, y no se verá si se dispara al enemigo o al rehén”.

--Cortes de pelo, barbas y tatuajes: pese a que la normativa sobre cortes de pelo, barbas, patillas y tatuajes se ha endurecido en los últimos años –y no se ha aplicado de forma retroactiva-, a los militares les ha llamado la atención ciertos aspectos de ‘Los Nuestros’. Por ejemplo, que un oficial lleve una cresta en el pelo y un tatuaje en el cuello completamente visible. “Difícilmente se encontrará entre todos los oficiales españoles alguien con esa ‘pinta” aseguran.

--Uniformes y chalecos de distinto color: los ‘boinas verdes’ de la ficción de Telecinco llevan uniformes con el camuflaje árido, utilizado por el Ejército español en climas desérticos como Afganistán o Malí. Sin embargo, sus chalecos son de otro patrón de camuflaje.

--Personal sin experiencia con explosivos: en un determinado momento, una patrulla descubre un vehículo sospechoso en los alrededores de la base española, con evidentes signos de ir cargado posiblemente de explosivos. El reglamento, según los militares, implica informar de inmediato a la base y “nunca entrar en contacto con el vehículo más allá de una inspección ocular”, y solicitando la presencia de artificieros. La cabo de ‘Los Nuestros’ abre la puerta del coche, se sienta dentro y posteriormente abre el maletero. “En la realidad le caería un buen puro” aseguran algunos de los militares consultados.

--Usos “absurdos” de lenguaje en código: cuando los militares detectan que en el camión asaltado no están los niños secuestrados, uno de los ‘boinas verdes’ lo comunica en código –técnica habitual en este tipo de operaciones secretas-: “chocolate negativo”. Sin embargo, a los pocos segundos, el capitán encarnado por el actor Hugo Silva se comunica con su mando para advertirle que “no están los niños”, saltándose el código.