Ninguna empresa tiene balas para los subfusiles de los militares de inteligencia

Ha quedado desierto el concurso del Estado Mayor de la Defensa para comprar 120.000 cartuchos del calibre 4,6 x 30 mm, los que disparan los HK MP7

Militares españoles en Irak.
Militares españoles en Irak.

El Estado Mayor de la Defensa no ha encontrado ninguna empresa que pudiera suministrar miles de cartuchos para los subfusiles que utilizan en zona de operaciones los militares del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS).

Confidencial Digital ha podido comprobar que ha quedado desierta una licitación que a principios de octubre lanzó la Jefatura de Asuntos Económicos del Estado Mayor de la Defensa, y que tenía por objeto el “Suministro de 120.000 cartuchos del calibre 4,6 x 30 mm”.

El presupuesto base de licitación era de 60.000 euros.

La licitación se tramitó por el procedimiento restringido. Ninguna empresa llegó a presentar una oferta formal para suministrar esos miles de cartuchos al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas, por lo que se declaró desierto el procedimiento de adquisición.

Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas

El objeto del contrato no especifica el destino, y el órgano de contratación es la Jefatura de Asuntos Económicos del Estado Mayor de la Defensa. Pero en los pliegos sí se indica que estos cartuchos iban a ir destinados al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas.

De hecho, el lugar de entrega era la base de Retamares (Pozuelo de Alarcón, al oeste de Madrid), donde se encuentra la sede del CIFAS.

Según la Orden DEF/710/2020, de 27 de julio, por la que se desarrolla la organización básica del Estado Mayor de la Defensa, “el Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) será el órgano responsable de facilitar al Ministro de Defensa, a través del JEMAD, y a las autoridades del Departamento, la inteligencia militar precisa para alertar sobre situaciones internacionales susceptibles de generar crisis que afecten a la Defensa Nacional, así como de prestar el apoyo necesario, en su ámbito, a las operaciones militares”.

Además, “el JEMAD establecerá las condiciones en las que el CIFAS apoyará al MOPS en las operaciones militares que se determine. Asimismo, asesorará al JEMAD y a los Jefes de Estado Mayor de los Ejércitos y la Armada en materia de contrainteligencia militar y seguridad en la estructura orgánica de las FAS. Además, contribuirá al asesoramiento al JEMAD en el nivel estratégico de las operaciones militares”.

Por este motivo, miembros del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas se despliegan en aquellos países en los que hay tropas españolas, y llevan a cabo de contrainteligencia militar y otras encaminadas a garantizar la seguridad de los militares españoles. En esas misiones forman lo que se denomina el Elemento Nacional de Inteligencia de la Defensa (ENID), que asesora al jefe de Seguridad y al jefe de la Fuerza en misiones en el exterior en materia de seguridad.

 

MP7, entre el subfusil y la pistola

Los 120.000 cartuchos que pretende comprar el Estado Mayor de la Defensa servirán tanto para el adiestramiento en tiro que realizan los miembros del CIFAS antes de su despliegue, como para su empleo en zona de operaciones.

El calibre de los cartuchos no es 9 mm, el más corriente en las armas cortas de dotación en las Fuerzas Armadas y en las Fuerzas de Seguridad. En este caso, se buscan balas del calibre 4,6 x 30 mm.

Este calibre se empezó a fabricar buscando reducir el retroceso y aumentar la penetración en chalecos antibala.

Se utiliza principalmente con el HK MP7, un “arma de defensa personal”, aunque también es citada como “pistola ametralladora” y “subfusil”. Lo produce el fabricante alemán Heckler & Koch.

Es casi tan portátil como una pistola, por su tamaño, pero a la vez cuenta con cargadores con mayor capacidad que una pistola (de 20 a 40 balas) y tiene suficiente potencia para penetrar blindajes corporales. Además, en general ofrece una velocidad de fuego mayor que muchos fusiles de asalto.

Los militares del Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas utilizan este subfusil cuando participan en misiones en países en conflicto o inestables donde hay contingentes españoles.

Para garantizar su propia seguridad, los efectivos del CIFAS van armados con estos subfusiles cuando se mueven por zona de operaciones. Son armas potentes, pero al mismo tiempo no muy grandes, discretas, ideales para militares en misiones de inteligencia.

Asesinato de 7 agentes del CNI en Irak

Hay que recordar que en noviembre de 2003 siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) murieron en una emboscada que les tendieron en Irak insurgentes opuestos a las tropas estadounidenses y de otros países que habían derrocado a Sadam Hussein: Carlos Baró, Alberto Martínez, José Carlos Rodríguez, José Ramón Merino, José Lucas, Alfonso Vega y Luis Ignacio Zanón. Sólo se salvó José Manuel Sánchez Riera.

Los espías viajaban en dos coches, vestidos de paisano, tratando de pasar desapercibidos. El periodista Fernando Rueda, especializado en información sobre servicios de inteligencia, relata en su novela ‘Destrucción masiva’ el ataque mortal contra los agentes del CNI en Latifiya.

En esa reconstrucción del ataque, señala que los espías españoles pudieron responder con “sus pistolas ametralladoras HK MP7 A1 y un único subfusil”. En una noticia de El País se habló de “pistolas y sus pistolas ametralladoras Steyr”.

En cualquier caso, con esas armas hicieron frente a disparos de fusiles Kalashnikov AK-47 y de ametralladoras, así como al impacto de proyectiles de lanzagranadas RGP.

La emboscada mortal en la que murieron siete agentes del CNI en Irak llevó a los servicios de inteligencia y a las Fuerzas Armadas a revisar sus protocolos y a reforzar los medios con los que se despliegan este tipo de agentes en misiones de inteligencia.

‘Boinas verdes’ del MOE

Los operadores del Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra también se han desplegado en zona de operaciones, como Afganistán, armados con HK MP7 A1.

Estos ‘boinas verdes’ o ‘guerrilleros’ forman un Equipo Básico de Operaciones Especiales (EBOE): entre sus misiones se encuentra el dar escolta a los agentes del CNI que trabajan en zona de operaciones y conflicto.

Después del asesinato de siete agentes en Irak, en 2003, se reforzó el proyecto de que los militares del MOE se unieran en equipos conjuntos con miembros del CNI. La idea era proteger a los agentes de inteligencia con militares entrenados para operar en ambientes hostiles, en solitario o en equipos pequeños, adiestrados en utilizar armas pequeñas y de gran potencia de fuego.

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