La OTAN puso en alerta dos F-18 españoles en Rumanía ante el acoso de un caza ruso a un avión polaco
La maniobras “agresivas” del Sukhoi Su-35 hicieron perder altura a la aeronave de la Policía Fronteriza de Polonia, que volaba sobre el Mar Negro
Un incidente entre aeronaves de la OTAN y de Rusia puso en alerta a dos cazas F-18 del Ejército del Aire destacados en Rumanía, en la misión de Policía Aérea de la Alianza Atlántica en el Mar Negro.
El suceso lo reveló el Ministerio de Defensa de Rumanía este sábado 6 de mayo. Ni el Ejército del Aire español ni el Estado Mayor de la Defensa han informado sobre ello.
Maniobras agresivas de un Sukhoi Su-35 ruso
De acuerdo con las autoridades rumanas, el origen de la alerta estuvo en una misión de patrullaje rutinario que llevaba a cabo la Agencia Europea de Fronteras, Frontex, en el Mar Negro. Participaba en esa misión un avión L410 Turbolet de la Guardia Fronteriza de Polonia, en cooperación con la Policía de Fronteras de Rumanía.
El avión polaco volaba por el espacio aéreo internacional en el Mar Negro, 60 kilómetros al este del espacio aéreo de Rumanía, cuando hacia las 13:20 fue interceptado por un avión de combate de las fuerzas aéreas rusas.
Se trataba de un Sukhoi Su-35, un cazabombardero que Rusia también ha vendido a China.
“Las maniobras agresivas y peligrosas del avión de combate de la Federación de Rusia en las inmediaciones de la aeronave polaca generaron un alto nivel de turbulencia y grandes dificultades en su control”, relata el Ministerio de Defensa rumano.
Alerta en Torrejón de Ardoz
El incidente provocó una alerta inmediata que llegó al Centro de Operaciones Aéreas Combinadas, ubicado en la base aérea de Torrejón de Ardoz y que dirige las misiones de policía aérea.
Este centro de la OTAN ordenó poner en alerta aviones de combate aliados en Rumanía, para intervenir ante esas maniobras de un caza ruso contra un avión de vigilancia fronteriza de Polonia.
La orden llegó a Rumanía. Fueron puestos en alerta cuatro aviones de combate: dos de la fuerza aérea rumana, y dos F-18 españoles, de los siete que forman el Destacamento Viespe del Ala 12 (precisamente con base en Torrejón) en Rumanía.
El Ministerio de Defensa de ese país explica que los cazas españoles y rumanos no llegaron a despegar. La tripulación del avión polaco “actuó con calma y profesionalidad ante la situación irresponsablemente creada por el piloto ruso, logrando enderezar la aeronave, tras la pérdida inicial de altitud causada por las maniobras del avión Su-35”, y logró aterrizar en un aeropuerto rumano a las 13:50.
“Ningún miembro de la tripulación a bordo del avión polaco resultó herido como resultado del incidente”, celebraron las autoridades rumanas, que están en contacto con Frontex y con el gobierno polaco para aclarar todas las circunstancias de este incidente.
Sí critica el Ministerio de Defensa de Rumanía que “la conducta agresiva de la aeronave militar perteneciente a la Federación de Rusia contra una aeronave desarmada que lleva a cabo una misión Frontex destinada a vigilar el riesgo migratorio en la cuenca del Mar Negro es totalmente inaceptabl”, y añade que “este incidente es una prueba más del enfoque provocador de la Federación de Rusia hacia el Mar Negro”.
Siete F-18 españoles
Los cazas españoles están destacados en la base rumana de Fetesti, al sureste del país y cerca de la costa del Mar Negro. Rumanía tiene frontera con Ucrania, y esa parte del Mar Negro, entre la península de Crimea (ocupada por Rusia desde 2014) y la costa ucraniana con puntos destacados como Odesa, es una zona caliente desde que comenzó la invasión rusa a gran escala sobre toda Ucrania.
El Ejército del Aire tiene en la base de Fetesti a un centenar de militares, principalmente del Ala 12 y también del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA). Llegaron entre finales de marzo y principios de abril, para extender la misión española de Policía Aérea en Rumanía que acababa a finales de marzo, y que estaba compuesta por F-18 del Ala 15 (Zaragoza).
Además, en otra base aérea de Rumanía (en Schitu) el Grupo Móvil de Control Aéreo (GRUMOCA) del Ejército del Aire tiene desplegado un radar para contribuir a la vigilancia del espacio aéreo. En este Destacamento Tigru participa casi un centenar de militares españoles.
