La otra cara de la cumbre de la OTAN: fin a la ensaladilla rusa y lío con los vales de comida para policías

Los antidisturbios despliegan dos de sus blindados procedentes del Ejército para bloquear los accesos al recinto de Ifema en el que se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno

Cumbre de la OTAN en Madrid (Foto:  E. Parra. POOL / Europa Press).
Cumbre de la OTAN en Madrid (Foto: E. Parra. POOL / Europa Press).

Los 30 jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros de la OTAN se reunieron el miércoles 29 de junio en el recinto ferial de Madrid, Ifema, durante la primera de las dos jornadas de la cumbre de la Alianza Atlántica que se cierra este jueves 30.

Tanto Pedro Sánchez como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, destacaron el carácter “histórico”, que distintas voces de la alianza llevan tiempo utilizando para definir este encuentro de líderes que llega en plena ‘guerra fría’ con Rusia por la invasión de Ucrania y la tensión en la frontera este de la OTAN.

La cumbre se celebra en medio de unas medidas de seguridad excepcionales, con miles de policías nacionales, guardias civiles y policías municipales movilizados para blindar el lugar de la reunión y otros puntos sensibles de Madrid.

Este evento dejó, en su primera jornada, detalles llamativos, curiosos, pero poco conocidos más allá de los titulares que acapararon los discursos y la aprobación del documento ‘Concepto estratégico de Madrid’, que recoge los retos de la OTAN para los próximos años y las líneas estratégicas de actuación.

Ensaladilla tradicional, en vez de rusa

“Sorprende la ‘ensalada rusa’ en el menú de la cafetería de la cumbre de la OTAN en Madrid”: la agencia británica de noticias Reuters tituló así una noticia este martes 28, cuando ya había periodistas y distintos trabajadores en Ifema preparando la cumbre.

Se hizo eco del menú que se ofrecía en la cafetería de la zona en la que trabajan los periodistas, y a la que también acuden otros trabajadores de Ifema. Entre los “Entrantes” se podía elegir ensaladilla rusa (“Potatoes salad Russian style”, se aclaraba al lado en inglés), ensaladas variadas, verdura del día y salmorejo cordobés.

Que justo en una cumbre en la que se ha definido a Rusia como la gran amenaza para la OTAN se pudiera comer ensaladilla rusa provocó numerosos comentarios jocosos y noticias como esa de Reuters.

El menú se repitió al día siguiente, el miércoles 29. Pero hubo un cambio. La ensaladilla rusa fue sustituida, entre los entrantes, por la “Ensaladilla tradicional”, en inglés “Traditional salad”. Las referencias a Rusia habían desaparecido de un día a otro del menú que ofrecía Smart Food & Drinks, la empresa que gestiona ese restaurante dentro de los pabellones de Ifema.

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania a gran escala, el pasado febrero, algunos restaurantes han decidido borrar el rastro de Rusia de la ensaladilla, y han llegado a rebautizarla en sus cartas como “ensaladilla ucraniana”, como gesto simbólico de apoyo a los ucranianos frente a la invasión.

 

Vales de comida para policías

La gran cantidad de personas que trabajan estos dos días en Ifema está provocando algunos desajustes de última hora que trastocan la organización. Es el caso del sistema para que los policías, agentes y funcionarios de otros cuerpos y ministerios, y trabajadores de distintas empresas puedan comer en las cafeterías de Ifema sin tener que pagar de su bolsillo.

El asunto fue tema de conversación entre dos responsables de la organización de la cumbre este mismo miércoles. Uno de ellos explicaba que se le habían entregado vales de comida, para que pudieran desayunar por la mañana y comer a mediodía los policías que vigilan Ifema, a un asesor de la Secretaría General de Presidencia del Gobierno.

Esos vales debían ser repartidos para que a la hora de las comidas esos agentes no tuvieran problemas para pedir la comida en las cafeterías.

Al parecer, las previsiones se quedaron cortas, y acudieron a la cantina seis veces más personas de las previstas, entre policías nacionales, policías municipales, funcionarios de otros departamentos, trabajadores de empresas privadas contratadas para el evento, los propios empleados de Ifema, y también el personal destacado en el CECOR, el centro desde el que se coordina toda la seguridad de la cumbre de la OTAN.

Despliegue de seguridad

El dispositivo policial desplegado en torno a Ifema destaca por sus dimensiones y la intensidad de los controles que se realizan para evitar que cualquier peligro se acerque al lugar donde se reúnen Joe Biden, Emmanuel Macron, Boris Johnson...

Los periodistas y otras personas que pueden acudir a la cumbre con acreditación no pueden llegar a Ifema por su cuenta, sino que son trasladados en autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid que han sido movilizados para realizar continuos viajes dentro y fuera de estos cordones de seguridad.

Los controles son muy intensos. Los policías comprueban la identidad de los acreditados con especial celo, tomándose su tiempo para comprobar que la foto del DNI es de la persona acreditada, si el documento es auténtico o una falsificación... Policías nacionales viajan en los autobuses, que recorren calles y glorietas cortadas, vigiladas por furgones de las Unidades de Intervención Policial (UIP).

Blindados procedentes del Ejército

El acceso principal de Ifema, por el que entran los vehículos de los jefes de Estado y de Gobierno rodeados de coches y motos de policía, está blindado por furgones de los antidisturbios. Uno de ellos custodia la entrada por la verja que rodea el recinto, con policías a pie, algunos con fusiles de asalto y otros con escudos balísticos.

Junto al furgón, destaca un vehículo mucho más pesado. Se trata de un Blindado Medio sobre Ruedas (BMR), un vehículo militar utilizado por el Ejército de Tierra, del que las UIP de la Policía Nacional tienen varias unidades, así como el GEO desde hace poco tiempo.

Ese BMR está equipado con una pala delantera. Pero hay otro vehículo igual, otro BMR de los antidisturbios, en otro acceso secundario. Allí, el BMR y un furgón colocados en zig zag impedirían cualquier intento de entrar a toda velocidad en el recinto. Por la escotilla del blindado se asoma un policía nacional, que apunta con un fusil de asalto hacia esa entrada de vehículos a Ifema.

Muy cerca, un agente está dispuesto en todo momento para lanzar una hilera de pinchos al suelo, para pinchar las ruedas a cualquier vehículo sospechoso que de pronto pretenda acceder por la fuerza.

Perros adiestrados

El pasado mes de abril, ECD ya contó que en el dispositivo especial por la Cumbre de la OTAN tendrían un papel muy importante los policías destinados en la Unidad Central de Protección. Esta unidad se encarga de “la organización y ejecución de la protección de altas personalidades nacionales y extranjeras y de aquellas personas que se determinen, así como la de los edificios e instalaciones que por su interés lo requieran”.

Así está siendo. Los policías de esta unidad son identificables porque luce un pin en la solapa de la chaqueta con el nombre y el escudo propios. Visten de paisano, con traje de chaqueta, camisa y corbata, y participan en la vigilancia cercana sobre personalidades políticas y militares que se mueven por Ifema, pero también en los filtros de entrada que deben pasar periodistas y otras personas.

Junto a ellos se despliegan también agentes sin uniforme, pero vestidos de manera más informal, sin traje, y con chalecos amarillos y azules identificativos de la Policía Nacional. Todos ellos controlan los sistemas de rayos X que peinan bolsos, mochilas y maletas.

Una medida de seguridad llamativa consiste en requerir a todo el que entre con un ordenador portátil, cámara de televisión u otro dispositivo tecnológico de cierto tamaño, a que lo encienda y demuestre que realmente es el aparato que aparenta ser.

Los pasillos, pabellones y calles al aire libre de Ifema están custodiados por agentes de las UIP, algunos con armas largas, y efectivos de otras unidades de la Policía Nacional. Hay agentes de distintas unidades antidisturbios, no sólo la Iª UIP, con base en Madrid, sino también de otros puntos de España, como por ejemplo la IIIª UIP, de Valencia.

Las cámaras de fotos y de televisión son especialmente sensibles, por si ellas y en las mochilas, trípodes y otros equipos pudieran esconderse cualquier amenaza para los jefes de Estado y de Gobierno, ministros y altos mandos militares que asisten a la cumbre.

Por eso, los fotógrafos y operadores de cámara que participan en los “pool” para cubrir los movimientos de los líderes de la OTAN tienen que pasar por la revisión de los perros adiestrados de la Policía Nacional. Un guía canino indica al animal que se acerque y huela una fila de cámaras, trípodes, cables y mochilas, para comprobar que no hay ningún peligro.

Caballos y un laboratorio

En el dispositivo participan otros animales: los caballos de la Unidad de Caballería. Los jinetes de la Policía Nacional patrullan por el perímetro de Ifema, para mantener vigilancia y presencia alrededor. Mientras, los caballos que quedan de reserva descansan a la sombra.

Además, en reserva quedan también vehículos de unidades especiales. Es el caso del camión del Laboratorio de Actuaciones Especiales, y otro del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT).

El primero sirve para realizar in situ una inspección ocular técnico policial, y en el segundo hay material para especialistas en electricidad, mecánica, electrónica...

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