Revuelo en la Armada: El pase forzoso a la reserva de un vicealmirante “es un insulto al uniforme”

El ex subdirector de reclutamiento ha sido ‘jubilado’ por orden del Gobierno cuatro meses después de su ascenso

El vicealmirante Alfonso Carlos Gómez Fernández de Córdoba durante una toma de posesión en Cádiz.
El vicealmirante Alfonso Carlos Gómez Fernández de Córdoba durante su toma de posesión como Almirante Segundo Jefe del Arsenal de Cádiz.

Poco más de cuatro meses han transcurrido desde que el Consejo de Ministros ordenase el ascenso a vicealmirante de Alfonso Carlos Gómez Fernández de Córdoba, Subdirector General de Reclutamiento y Orientación Laboral, hasta que el Gobierno -a propuesta de Defensa- ha firmado su pase forzoso a la reserva.

El vicealmirante Gómez Fernández de Córdoba fue cesado el pasado mes de agosto, pero ha sido a principios de este mes cuando se ha ordenado su ‘prejubilación’. Una decisión que no ha sido nada bien recibida en la Armada española.

Gómez Fernández ocupaba el cargo de subdirector de reclutamiento en el Ministerio de Defensa hasta agosto. Una de sus últimas gestiones en el puesto estuvo relacionada con las polémicas oposiciones al Cuerpo Militar de Sanidad en la especialidad de Psicología, que fueron anuladas por Defensa tras dejar fuera a una aspirante con tatuajes.

Defensa ordenó volver a convocar las pruebas y  los afectados por su repetición presentaron un recurso. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid dictaminó la suspensión de la segunda convocatoria. Y por el camino, el ministerio comunicó al vicealmirante su cese.

“Un insulto a este uniforme”

Sin embargo, lo que más ha llamado la atención entre oficiales de la Armada española ha sido su pase forzoso a la reserva.  “Lo que han hecho con el vicealmirante suena a ‘aviso a navegantes” asegura a ECD un oficial de la marina que coincidió en destino con el oficial cesado y que exige su anonimato.

“Era innecesario y ha resultado vergonzoso. Es un insulto a este uniforme” aseguran. “Es lo más parecido a un castigo”.

Una medida para casos excepcionales

El pase forzoso a la reserva puede decretarlo el gobierno en caso de decisión del Consejo de Ministros. En la anterior etapa del gobierno socialista hubo dos pases forzosos a la reserva que generaron polémica.

Se trata de la del teniente general José Antonio Beltrán, responsable militar de la repatriación de las víctimas del Yak-42, y la del teniente general José Mena tras criticar abiertamente al Estatuto de Cataluña durante un discurso de la Pascua Militar.

En la Armada hay oficiales que consideran lo ocurrido con las oposiciones de psicología militar “no conlleva la gravedad de otros asuntos que motivaron otros pases a la reserva de forma forzosa” como los anteriormente citados. Sin embargo, la ley no estipula ningún tipo de limitación.

 

Lo que dice la ley y el Supremo

De hecho, legalmente ha habido cierta controversia por este tipo de decisiones, que se ejecutan a través de un Real Decreto. El Tribunal Supremo incluso se posicionó al respecto en 2006 en el caso del teniente general Beltrán, dando la razón al ejecutivo.

Pese a que la ley de entonces ha cambiado, el nuevo texto normativo de la Carrera Militar de 2007 (ley 39/2007) establece en su artículo 113.2 que “por decisión del Gobierno, los oficiales generales podrán pasar a la situación de reserva, mediante real decreto acordado en Consejo de Ministros, a propuesta del Ministro de Defensa”. Pero no subraya ningún tipo de situación susceptible de tal medida, por lo que depende del Gobierno su interpretación.

El malestar por la medida tomada por el Ejecutivo respecto al vicealmirante Gómez Fernández de Córdoba ha traspasado a la Armada y ha llegado a otros cuerpos de las Fuerzas Armadas.  También el general de división en la reserva Rafael Dávila ha hecho mención a la polémica en su blog personal.

“El caso es que el tema ha finalizado en los tribunales y el almirante cesado y después enviado a la reserva sin saber por qué; y nosotros sin saber en manos de quien estamos. Porque aquí, señora ministra, es por todos sabido, por casi todos, que un soldado se guía por el honor y espíritu y no por el relevante, o no, lugar que ocupa. Todos los destinos lo son, relevantes. Nunca se menosprecia la labor de un soldado dándole un puesto ¿de poca relevancia?, ni se le humilla. Eso es inadmisible en la milicia. Ni pedir ni rehusar” concluye el general Dávila.

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