Rusia rechaza la invitación para que sus buques de guerra vuelvan a Ceuta

El Gobierno de Rajoy intentó que regresaran tras la prohibición por la ‘crisis del Kuznetsov’ pero Moscú ha respondido que ya no es "puerto amigo"

La fragata de la Royal Navy HMS Liverpool siguiendo de cerca al portaaviones ruso Admiral Kuznetsov
La fragata de la Royal Navy HMS Liverpool siguiendo de cerca al portaaviones ruso Admiral Kuznetsov

La estampa de marinos rusos paseando por las calles de Ceuta, vestidos con sus características camisetas a rayas horizontales  azules y sus enormes gorras de plato, ya forma parte del pasado desde octubre de 2016. Y no volverá en un futuro.

Al menos eso es lo que le trasmitió el gobierno ruso al español este mismo año, cuando desde se trató de revertir la situación a la inmediatamente anterior a la ‘crisis del Kuznetsov’. Pero, según confirman fuentes diplomáticas a Confidencial Digital, todas las gestiones han sido infructuosas.

Lo que cuentan estas voces es que España planteó a Rusia la posibilidad de abrir una “nueva época” en lo referente a las escalas en Ceuta. Sin embargo, según estas fuentes próximas a dichas conversaciones, la respuesta rusa fue tajante: Ya no consideran ningún puerto español como ‘amigo’ de cara a realizar reabastecimientos o dar descanso a las dotaciones de sus buques.

El enfado ruso

Las escalas rusas en Ceuta se convirtieron en algo habitual a partir de 2010. La Armada rusa contemplaba la bocana ceutí como un ‘puerto amigo’. Y durante casi seis años se produjeron más de sesenta escalas de buques logísticos, cruceros de guerra o submarinos.

Durante todo este tiempo las únicas protestas que se registraron por el paso de los barcos rusos provenían de Gibraltar. Colonia que, por otra parte, acogía con los brazos abiertos a unidades de la flota pesquera estatal de la URSS durante los años sesenta y setenta.

La fuerza de las protestas fue creciendo gracias al apoyo de un conglomerado de lobbys bien asentados en Londres y Washington, hasta que por fin llegó octubre de 2016. En plena campaña bélica de Rusia en Siria, una gran flota naval con el portaaviones ‘Almirante Kuznetsov’ partió del puerto ártico de Severmorsk rumbo a la costa siria. Se preparaban para el asalto a Alepo, tomada por fuerzas rebeldes a Al Assad en 2013.

La armada rusa, a través del Ministerio de Exteriores y el de Defensa, habían solicitado oficialmente el permiso para al menos tres de sus buques -escoltas y de reaprovisionamiento- realizasen una parada para pertrecharse y dar descanso a sus dotaciones en Ceuta. Como había ocurrido antes en decenas de situaciones se concedió el permiso. Un trámite que ya se había convertido en una mera formalidad.

BUQE

Sin embargo, desde Estados Unidos y el Reino Unido comenzaron a llegar críticas a la escala de la flota rusa. El ministro de Defensa británico, Michael Fallon, se mostró “extremadamente preocupado de que algún país de la OTAN considere prestar asistencia a la flota rusa que puede acabar bombardeando a civiles en Siria”. La administración Obama no fue tan clara, pero también respaldaba el veto a la escala en un puerto que, por otra parte, está fuera del paraguas de la OTAN.

España se mantuvo firme en su decisión de permitir la escala hasta que el propio secretario general de la OTAN aseguró que en la Alianza estaban “preocupadoscon la posibilidad. El gobierno intentó salir del embrollo ofreciendo a Rusia la posibilidad de “retirar” voluntariamente la solicitud de escala y así no tener que denominarlo veto.

 

Y así ocurrió. La embajada comunicó que la flota rusa no haría escala en Ceuta. Pero según admitieron entonces fuentes próximas al Gobierno de Mariano Rajoy a ECD el movimiento provocó un enfado importante entre la diplomacia rusa. Un enfado que aún sigue latente.

Malestar en Ceuta

Donde más notan la ausencia de los marinos rusos es obviamente en Ceuta. Los comercios y locales de la ciudad autónoma cifraban en decenas de miles de euros de ingresos cada escala rusa.

Según admiten fuentes del gobierno local a ECD, los responsables municipales han recogido críticas y muestras de malestar entre el sector comercial de la ciudad por la pérdida de las visitas rusas. Críticas que también han llegado a oídos de la Autoridad Portuaria ceutí.

Los comerciantes ceutíes recuerdan que mientras ellos han dejado de ser visitados por marinos rusos, con los que “nunca hubo problema alguno”, hay ciudades andaluzas que han seguido recibiendo a buques de otros países. El pasado fin de semana, por ejemplo, Málaga recibió la visita del portaaviones norteamericano USS Iwo Jima.

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