Un precedente del caso Zaida Cantera

Otro teniente coronel fue ascendido tras ser condenado por acoso

Fue evaluado y declarado apto para acceder al puesto de coronel cuando ya había sido denunciado

El de Zaida Cantera no fue el primer caso. Existe un precedente cercano de un oficial de las Fuerzas Armadas que ascendió de teniente coronel a coronel tras ser condenado por acoso sexual a una teniente médico. Fue evaluado positivamente cuando ya había sido denunciado.

La historia de la comandante Cantera conmocionó a la opinión pública. La entrevista a la militar, que denunció su caso ante las cámaras de LaSexta, tuvo incluso eco en el Congreso de los Diputados: fueron varios los grupos parlamentarios que interpelaron al ministro Morenés por este asunto.

Sin embargo, no se trata de un hecho aislado. Hay otros precedentes, aunque pocos de oficiales condenados por acoso sexual, pero son escasos aquellos en los que el condenado fue posteriormente ascendido.

En 2009, este coronel –entonces teniente coronel- fue imputado y condenado por el Tribunal Militar Central a 8 meses de prisión militar por abuso de autoridad en su modalidad de maltrato a inferior. La víctima fue la entonces teniente médico E.V. El Supremo reafirmó la condena.

La denuncia de la teniente médico había sido interpuesta en febrero de 2008, pero ello no impidió que en fuese incluido entre el cupo de tenientes coronel que ascendieron el verano de ese año. En su caso, por antigüedad y reuniendo los requisitos para ello, incluidos los méritos que le otorgaba pertenecer a la Orden de San Hermenegildo.

En la sentencia del Tribunal Militar Central de 2009, a la que ha tenido acceso ECD, se recogen los hechos que llevaron a la condena del teniente coronel. Todo comenzó con la visita  de presentación de la teniente médico al despacho de su superior, en el que éste le dijo “qué bien hueles, me estás dejando el despacho perfumado”.

Un par de meses después de la incorporación de la teniente al Regimiento de Munguía (Vizcaya), ésta recibió al teniente coronel para un examen médico rutinario. Tras comunicársele que tenía la frecuencia cardiaca por encima de lo deseable, éste le respondió “"tengo taquicardia, estoy acelerado, porque me pones…”.

El peor momento para la teniente llegó el día en que, estando en el bar de su unidad en solitario, el teniente coronel se le acercó y le puso una mano sobre el muslo, provocando que ésta se marchase a toda prisa del lugar.

Tras cumplir condena, el ya coronel se reincorporó a su unidad en 2011.


 

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