La UME se defiende de las acusaciones de fallos en el protocolo anticoronavirus

Militares de la unidad denuncian que es imposible respetar las distancias de seguridad, pero desde el cuartel general aseguran haber puesto en práctica todas las recomendaciones sanitarias

Militares de la UME, en una intervención de la Operación Balmis.
Militares de la UME, en una intervención de la Operación Balmis.

Los militares españoles han tenido y tienen un papel clave en la gestión de la crisis del coronavirus. Bajo el mando coordinado del JEMAD y la ministra de Defensa, efectivos de las Fuerzas Armadas participan en tareas como la desinfección de instalaciones o el rastreo de los contagios.

A consecuencia de la emergencia sanitaria los mandos de los Ejércitos y la Armada, así como los responsables de unidades y bases, han ido adoptando decisiones organizativas para que la expansión de la pandemia no merme las capacidades militares.

La Unidad Militar de Emergencias (UME) afirma haber puesto en práctica las recomendaciones sanitarias relacionadas con la prevención del contagio del SARS-CoV-2 emitidas por el Ministerio de Sanidad y por la Inspección General de Sanidad de Defensa.

Entre estas se encuentran el mantenimiento de las distancias de seguridad y organización de actividades para favorecerlas, el uso obligatorio de mascarillas en sus recintos y la desinfección de lugares de trabajo y equipos. Además, cuentan con servicios para que los militares se laven las manos con la frecuencia recomendada.

Sin embargo, militares de la Base Conde de Gazola (León), donde tiene su base el Batallón V (BIEM V) de la UME, aseguran que pese a existir normas y medidas escritas que se han distribuido entre el personal, no todas se vienen cumpliendo.

Medidas difíciles de cumplir

De acuerdo con la UME, los militares afirman que se cumple estrictamente que todo el personal lleve mascarilla en todo momento, salvo para comer y realizar determinadas actividades físicas.

Fuentes internas de la base de León cuentan a Confidencial Digital que las distancias de seguridad no se respetan en ciertas ocasiones.  

Una de ellas es en los retenes. Cada semana un grupo de personas está de guardia las 24 horas del día de lunes a domingo. Esa semana el equipo duerme en el mismo edificio, en el que las medidas son “casi imposibles de cumplir”, según los testimonios recabados.

Conviven en un espacio “reducido” en torno a 15 personas. Además, informan a ECD que en teoría se les iba a hacer un test para detectar posibles casos de coronavirus cada vez que entrase un nuevo retén, pero de momento no se han realizado.

 

Aseguran que se les ha llegado a culpar de estos contagios alegando que no han mantenido la distancia ni las medidas indicadas.

Por otra parte, para el uso de los vestuarios se establecieron turnos con el objetivo de impedir que coincidieran demasiadas personas y garantizar así el cumplimiento de las distancias. Pero estas no se respetan ya que, por las exigencias del trabajo, “es imposible que dé tiempo a estar preparados al tiempo que requieren los superiores”.

Respecto al uso del gimnasio, señalan que hay días en los que el deporte consiste en clases de ejercicios variados de alta intensidad, tocando los militares el material, uno tras otro, sin desinfectar.

Contacto con un positivo dentro de la base

Algunos militares denuncian también que efectivos que comunican haber estado en contacto directo con personas que han dado positivo en las pruebas de coronavirus acuden al trabajo sin que se les hayan realizado el test correspondiente.

En concreto, ECD ha podido saber que un militar coincidió en el vestuario con otro que tenía Covid.

El militar se queja de que no le avisaron hasta cuatro días después del contacto con el contagiado pese a que este tenía los síntomas, aunque no estuviera confirmado aún por la PCR.

Durante esos cuatro días, el militar podía haber estado contagiado, pero continuó yendo a trabajar. Posteriormente tuvo que permanecer nueve días en aislamiento y sin prueba ninguna, una vez transcurridos, volvió con normalidad al trabajo.

Servicio de supervisión de las medidas sanitarias

La UME defiende haber puerto en práctica todas las medidas y protocolos sanitarios relacionados con el SARS-CoV-2. Además, la unidad cuenta con un servicio específico para supervisar el cumplimiento de estas normas.

ECD ha podido saber de este servicio se encarga el personal del servicio de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). Su jefatura se encuentra en el Cuartel General de la UME, aunque cada Batallón dispone de personal concreto para las tareas relacionadas con los protocolos sanitarios derivados de la crisis del coronavirus.

Este personal actúa bajo la dirección de la jefatura de PRL. Además, miembros de la jefatura de Prevención de Riesgos Laborales de la UME realiza visitas periódicas a las unidades para comprobar que las medidas se están cumpliendo.

Fuentes del cuartel general señalan que prueba de la utilidad de estas medidas es el bajo índice de contagios que presenta la Unidad, añaden que la mayor parte de los contagios están relacionados con el ámbito social y familiar.

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