La marca Dolce & Gabbana atenta contra la moral en sus anuncios publicitarios

Es la primera vez que escribo una carta a los medios y, visto lo visto, puede que no sea la última. Llego de la calle y, al entrar en casa, mis padres tienen puesta la tele en Antena 3. Miro hacia la pantalla y observo como un grupo de chicas se están besando, cambia rápidamente la imagen y aparecen en esta ocasión unos chicos haciendo lo mismo, desaparecen y se quedan las chicas besándose y enseñando su bonito reloj de Dolce & Gabanna.

Con este anuncio, la firma deja muy claro que lo único que le interesa es vender sus productos. Al precio que sea. No tienen escrúpulos, principios, ni moral, cuando confunden la auténtica naturaleza de la sexualidad.

Soy una chica joven, universitaria, pero rebelde ante la injusticia y el “vale todo” que nos quieren imponer. Yo, desde la oportunidad que me ofrece este periódico, pido a los que hayan pensado comprarse un reloj de esta firma, que no lo hagan.

Hay otros muchos y bastantes fabricantes que no dañan la dignidad humana.