La Junta de Castilla y León ha cambiado los horarios de los colegios de Educación Especial: los niños distintos o especiales, no pueden medirse en los mismos parámetros que los demás

Ayer por la tarde (la del día 27) algunos padres fuimos convocados a una reunión urgente en colegio de Educación Especial Reina Sofía de Salamanca, en el que nos explicaron de manera no muy clara que por parte del Consejo Escolar se había procedido a solicitar el cambio de horario para el curso que viene.

Todo nace de la Consejería de Educación, que por ORDEN EDU/2076/2008, de 27 de noviembre, por la que se posibilita la modificación de la jornada escolar de los centros de educación especial sostenidos con fondos públicos, de la Comunidad de Castilla y León, publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León en fecha 4 de diciembre de 2008.

En dicha reunión se nos explican varias cosas, una no baladí, el procedimiento para llegar al cambio de horario, una cuestión que se asemeja a la mismísima reforma Constitucional, dado que requiere dos veces de dos tercios del colegio electoral para su aprobación en sufragio, pero que luego además ha de aprobar la Consejería o la Dirección Provincial de Educación, quedando así la decisión última, de aprobar el horario continuado y el programa que lo rige. Y además pretenden que votemos mañana, vamos a toda prisa, sin que los padres hablemos, nos informemos y debatamos, lo que nos parece mejor para el futuro inmediato escolar de nuestros hijos.

Pero se da el caso, ayer me informaron de ello, de que la reunión, que ayer se tuvo no fue in tempore, dado que según los plazos establecidos, se debió hacer tiempo atrás, pero además la información que se nos dio fue sesgada, durante todo el tiempo de ella, estuve meditando sobre dos cuestiones de calado, que son: primera, en toda la información que se daba no se hacía referencia en ningún momento al beneficio o perjuicio que se producía en uno de los elementos básicos de la comunidad educativa, que son el personal docente y personal del centro, segunda, ¿porqué un procedimiento administrativo (lo que es en definitiva) tenía una composición tan embrollada?, teniendo que, para ser válido el proceso de votación emitirse dos tercios de los sufragios totales posibles, y de estos dos tercios, tendrían que ser favorables al cambio de jornada. No es difícil, intuir por donde van las cosas.

Además de que pueda ser impugnable todo ello, para que luego, la Consejería se acoja seguramente al “café para todos”, esto es, si la mayoría de los colegios tienen jornada continuada, los de Educación Especial, también.

Pero están pasando algo muy importante por alto, están obviando cosas serias y de mucho calado.

Para empezar, no es lo mismo el rendimiento escolar de un niño normal, que el de un niño distinto, estos últimos, tienen una intensidad en su rendimiento mucho menor, y se cansan a la media hora de estar fijando su atención en una actividad de concentración, por eso su educación se programa con actividades cambiantes a lo largo de la jornada, entre aprendizaje, ratos de asueto, como recreo, y adquirir habilidades cotidianas, canciones, etc. Además y el programa que nos presentaron en esto incumplirá la ley, el periodo interlectivo de la comida pretenden reducirlo en media hora, dejándolo de las dos horas establecidas legalmente, en hora y media, para cuando se aborde la jornada continuada, si sale adelante el proyecto, y este es a mi entender el problema de fondo del asunto, argumentando para ello que es el momento más conflictivo de la jornada.

Se da la circunstancia que cuando acaban las horas lectivas, y los niños del Colegio Reina Sofía pasan al comedor, ya quedan al cargo de cuidadores, no de profesores, y salvo alguna actividad tipo taller, para los mayores, los demás quedan al cargo de este personal, hasta que son enviados en el transporte para casa.

No se nos han escapado a los padres, que es por la tarde cuando recibimos a nuestros hijos, que no controlan esfínteres, y los tenemos que cambiar el pañal, porque vienen húmedos hasta las axilas, no han pasado por alto las veces que vienen con alguna herida o arañazo, producido por un momento de irascibilidad de los compañeros, que no pueden controlarse y según sus modelos cognitivos, hacen víctimas involuntariamente de sus frustraciones a quien más cerca tienen. Pero eso no es culpa de ellos, es culpa de quien los cuida, que lo hacen mal o de manera “distraída”, por no hablar, de la escasez de personal, para ello, admitida ayer por El Director del Centro Reina Sofía, y subrayada por la Jefa de Estudios.

 

En definitiva, es mi parecer que todo obedece a una maniobra orquestada para como todos los demás empleados de la Consejería, irse para casa a las 15.00 horas, como casi todos los funcionarios, aún a riesgo de apretar muchísimo más la actividad matinal, a estos niños a los que al final y a la postre aturdirán más con horarios de locura para ellos.

La consejería de Educación o la Dirección Provincial, debería de proveer de personal suficiente, y suficientemente preparado para la atención a niños discapacitados. Dado que nuestros hijos nos cuentan a su manera, sus desazones escolares, y digo a su manera porque ellos muchas veces no utilizan el lenguaje hablado normal, sino que nos lo expresan a su manera, con ecolalias, con sus gestos, con su nerviosismo, eso cuando no lo hace un arañazo en la espalda de 15 cm.

Algo pasa en ese Centro y en esa franja horaria, la más conflictiva, según la información dada por el propio centro, a lo que una madre no pudo por menos de preguntar, ¿Mi hijo va a estar seguro en ese momento aquí?

Existen varias cosas, una la profesionalidad y la moral o ética en el desempeño de un puesto de trabajo, como servidores públicos que son docentes y personal, y si todavía esto no vale, o hay insuficiencia de personal, pues se dota de más personal y no me vengan con que se cumplen las ratios cuidador/niños, como si seres de otra especie se tratara, y si todo ello no fuera suficiente, existe el Régimen Disciplinario de los Empleados Públicos, repásense en la Consejería el Estatuto Básico del Empleado Público.

Los padres de los niños discapacitados, al final admitiremos, la jornada continuada, o no, que eso el tiempo lo dirá, pero lo que no vamos a consentir es que se utilice a nuestros hijos como moneda de cambio en políticas educacionales ni de otro orden, ni por supuesto, vamos a consentir, malos tratos psicológicos, físicos, ni falta de atención, acudiremos a donde haga falta, “haremos lo que haga falta”.

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