Odisea para acceder al Museo del Prado: largas colas, horas de espera y ventanillas que no funcionan

Viernes 9 de noviembre. Festivo en Madrid capital. Me acerco al Museo del Prado a las doce de la mañana. Larga cola en la puerta de Goya. Tres ventanillas de las que sólo una funciona.

Me acerco a una de ellas y pido entradas para el domingo. No, no es posible, me dicen. Sólo para el día. No, por teléfono no se pueden reservar, insisten. No, en la página web tampoco.

Me acerco a la puerta de Velázquez. Un cartel dice “Sin reserva y con ticket”. Una guardia me niega el acceso. Me acerco a la puerta de Murillo. Tampoco hay público. Un guardia me echa de allí. Me acerco a la nueva puerta de Los Jerónimos. Una guardia me pone las manos en los hombros. Me veo rodeada de guardias.

Vuelvo hacia la puerta de Goya. La cola sigue, sube por la calle. Pregunto a unos visitantes que salen de coger el ticket cuanto han tardado. “Hoy sólo era una hora”, la respuesta.

Y las otras tres puertas ¿para qué sirven? ¿Y las tres ventanillas? Eficacia, cero. Amabilidad, menos cero. 

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