El parón en la Universidad supone una violación directa de nuestros derechos, emanados del pago de una tasa y por tanto, inviolables
Soy alumno de la Universidad de Sevilla, tengo 21 años y estoy en finalizando la Licenciatura de Derecho y la Diplomatura de Gestión y Administración Pública. Me gustaría escribir en nombre propio y de tantos alumnos que por sus valores morales y convicciones personales, no compartimos lo que va está ocurriendo en nuestra Universidad; el famoso “PARÓN”.
Esta medida, según el Reglamento General de Estudiantes (art. 14) debe ser aprobada por el voto favorable de dos tercios de las Delegaciones de todas las Facultades de la Universidad. Asimismo, cada Facultad debe obtener el voto favorable de dos tercios del total de sus alumnos. Es decir, para tomar la decisión que ha tomado el Consejo de Alumnos de la Universidad, se necesitaba que dos tercios de las facultades integrantes de la US hubieran votado si al parón. Esto no ha sido así, se ha infringido la normativa de manera flagrante. En el caso de la Facultad de Derecho, de los cerca de 5.000 alumnos que hay matriculados, sólo han votado 1.778 personas, y de esas, 968 han dicho “si al parón·; esto no representa los dos tercios necesarios para poder aprobar unilateralmente ningún parón académico y sin embargo, la información dada por la Universidad es que la Facultad de Derecho apoya el parón. Y así, sin respetar la normativa, en otras muchas facultades.
Este parón académico, vaticina una violación directa de nuestros derechos, emanados del pago de una tasa y por tanto, inviolables. No podremos realizar numerosos exámenes parciales, ni recibir clases, transgrediendo nuestro derecho constitucional a la educación, y por ende, el derecho al trabajo de nuestros docentes, los cuales según dicen los “representantes” de facultad serán “vigilados”.
Al igual que una huelga despliega unos mecanismos de protección y una serie de servicios mínimos, atestiguando la libertad y los derechos individuales de cada sujeto, la figura jurídica indeterminada del “parón” académico no vislumbra ninguna protección de derecho individual, ni siquiera en el caso de haber sido aprobado de manera legal y democrática y sin ningún tipo de arbitrariedad normativa como aquí ocurre.
Desde aquí me gustaría dejar claro que, en ningún caso nos oponemos a cuantas medidas sean legítimas y legales para manifestarnos por cualquier medida de ajuste, pero que desde luego no estamos dispuestos a permitir que se nos engañe, ni a nosotros, ni a ustedes, y mucho menos que se nos vulneren nuestro derechos, que tanto sudor y esfuerzo nos cuestan a nosotros y a nuestras familias. Somos estudiantes responsables, preocupados por nuestro presente y nuestro futuro, alumnos conscientes de la situación tan delicada de nuestro país, nuestra educación y de las reformas tan categóricas que están por venir; pero no estamos dispuestos a ser arma arrojadiza política para la satisfacción de unos pocos.
Quede claro en estas líneas que el parón no es secundado por la mayoría, que eso es falso; que la colectividad de estudiantes lo que queremos es estudiar, formarnos, ser útiles y ser el principal activo para nuestro país, España; solo defendemos nuestros derechos y pedimos el respeto de aquellos que no piensan así, que no sean autoritarios ni se catequicen en aquellos que Sir W. Churchill llamaba “antifascistas de hoy”.
