Jubilarse antes de los 50

Oficina con trabajadores.
Oficina con trabajadores.

Una tarde de domingo, veo en el móvil un artículo titulado “Retirarse a los 50”, me meto. El autor comienza diciendo que cada vez son más los seguidores de la llamada “independencia financiera y jubilación temprana” (FIRE por sus siglas en inglés). Trabajar duro, inversiones a largo plazo, y una rentabilidad que nos asegure mantener un buen nivel de vida sin trabajar… Es cierto, no es el primero que veo, ni en el que entro; yo también quiero retirarme lo antes posible pero ¿Por qué tanta gente quiere eso? “Dejar de trabajar”.

Aparte del motivo obvio, “¿Quién iba a rechazar dejar de trabajar?” Puede que el trabajo de esas personas sea demasiado exigente para soportarlo toda la vida (Tampoco hay muchas perspectivas laborales para los mayores de 50). Parece que la única forma de no trabajar de más es acumulando patrimonio.

Como la mayoría de los empleados del sector financiero (es el que yo conozco, pero pasa en muchos otros), trabajo más horas de las que me pagan. Es algo aceptado, le pasa a mucha gente (en mi grupo de amigos a todos-somos 8-), todo el mundo conocerá alguien así. Si miramos unos años atrás, la persona que se quedaba más horas normalmente era la que prosperaba jerárquicamente en su trabajo, o al menos tenía más posibilidades de hacerlo.

Estamos en una situación en la que, para cumplir con tu trabajo, debes quedarte más horas de las correspondientes para sacar el trabajo que haya. Es lo mínimo, te dirán: “Queremos gente que quiera prosperar”; el famoso modelo “up or out (arriba o fuera)” de algunas empresas. A veces el trabajo está bien remunerado (compensa en cierto modo las horas trabajadas de más), pero por mi experiencia personal y de nuevo, mi grupo de amigos, el trabajo no está del todo bien pagado.

Esta situación ha hecho que busquemos maximizar y rentabilizar el dinero que tengamos en las manos, sacar lo máximo para poder dejar el exigente mercado laboral. Lo peor de esta situación es que también se produce en muchos otros sectores, aunque sin eslóganes tan motivadores, en estos casos es básica y tristemente lo que hay o lo que toca. Tenemos la sensación de que, si no acepto el trabajo o lo dejo, lo cogerá otro: “hay 1.000 como tú en la puerta que harán el trabajo si te vas”.

El empresario tiene todo el derecho del mundo a buscar una vida mejor, a tener un nivel de ambición, que le hará trabajar más horas por su proyecto, pero no debe olvidar que es eso, su proyecto. Puede beneficiarse con su empresa, pero no a costa de las condiciones laborales de los empleados. El afán por ganar dinero no es malo, motiva, ayuda al progreso, es de hecho necesario para vivir en el mundo que vivimos hoy día pero ¿hasta qué punto es bueno? Se suele decir que todo en exceso es malo, y la codicia de algunos jefes/empresarios y sobre todo en las grandes empresas, el mandato de retribuir al accionista/dueño de la empresa a cualquier precio, es algo que se ha normalizado con un alto coste para el trabajador.

Debemos solucionar esta situación, reforzando la inspección del horario de trabajo. Con las tecnologías de hoy día (móviles, ordenadores, correos), se podría saber perfectamente las horas que trabaja una persona. Sin embargo, hemos visto como el tan anunciado control laboral implantado en mayo del año pasado no ha servido para nada. Por supuesto de esto no se dan cuenta los políticos (o no quieren).

Uno de los problemas de España es que ciertas instituciones están obsoletas (los sindicatos), y otras están infrautilizadas (la Inspección Laboral): Los sindicatos han ido perdiendo su utilidad a medida que las condiciones laborales han ido mejorando para los trabajadores, se relajaron y han perdido su influencia en la mayoría de los sectores. Su filiación manifiesta a un sector de la política, así como la inyección económica estatal (originalmente para que tenga medios) tampoco les vino bien.

En países como Alemania los sindicatos se financian por las aportaciones de sus afiliados. Tengo que decir en este punto que no conozco a nadie menor de 40 años que esté afiliado a un sindicato. Respecto a la Inspección de Trabajo en España, contamos un cuerpo con escasos recursos: mientras que en España hay un inspector por cada 15.000 trabajadores, la media europea se sitúa en un inspector por cada 7.300 asalariados. Se debe aumentar la plantilla y facilitar la tarea de este departamento.

 

Un inspector que pueda hacer bien su trabajo y controlar los horarios aflorará puestos de trabajo (sancionando a las empresas que incumplan), y de paso permitirá al trabajador conciliar vida laboral y personal. Es obvio que mejores condiciones en el trabajo ayudarían, mejoraría nuestra vida profesional y personal. Ahora los jóvenes estamos cambiando siempre de trabajo; algunos buscan nuevas experiencias, pero hay más motivos. Quizá a algunos les gustaría quedarse en su trabajo, haciendo una tarea que ya conocen, cumpliendo su horario.

Es cierto que los tiempos han cambiado, los trabajos de toda la vida de nuestros abuelos y algunos padres escasean (salvo oposición), pero que este cambio no sirva para que empeoren nuestras condiciones de vida, ni hacer que tengamos tantas ganas de retirarnos a los 50. 

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