Nueva pandemia: Extreme Burnout de las enfermeras

Varios enfermeros

Año 2022, España ha sido asolada por una nueva pandemia. Miles de enfermeras, afectadas e infectadas por el virus Extreme Burnout han enfermado y padecido el síndrome coloquialmente conocido como “hartazgo mayúsculo”. Los síntomas inequívocos son: agotamiento, claudicación, frustración, desencanto y un cabreo monumental.

Se cuentan por miles las enfermeras que han abandonado el cuidado o han emigrado a territorios lejanos dónde sus afecciones se curan.

De nada han servido los aplausos y las falsas promesas, esos tratamientos no han curado, ni tampoco paliado los efectos y secuelas de un virus tan contagioso. Las enfermeras han sucumbido a la virulencia de unas condiciones laborales altamente nocivas y la virulencia de la enfermedad está ya descontrolada.

Como consecuencia al descenso drástico del número de enfermeras ya no se detectan niveles normales de cuidados en los centros sanitarios, ni ninguno de los ámbitos de la salud. La Atención Primaria está en estado de coma irreversible.

Cuentan los testigos que los hospitales, los centros de atención primaria, las residencias, etc., están carentes de asistencia profesional cualificada en el cuidado. Los valores normales de empatía y conocimiento enfermero se han visto muy alterados.

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Los responsables políticos han sido los causantes de esta nueva y fatal pandemia. Han cometido una grave negligencia al no querer aplicar el tratamiento más eficaz y científicamente recomendado.

Erradicar el origen de la fuga de enfermeras es ahora la prioridad de los responsables sanitarios. Esas autoridades sanitarias que nunca han respetado, ni reconocido, ni apoyado la importancia del rol social y la eficiencia de las enfermeras en el SNS.