¿Qué hacer en Córdoba un fin de semana?

La ciudad de Córdoba tiene la capacidad de atrapar a sus turistas y quedarse para siempre en el recuerdo. Sus reconocidos atractivos logran atraer cada año a más de un millón de visitantes. Además, esta preciosa ciudad ha sido merecedora de tres reconocimientos de Patrimonio Mundial. Uno de ellos, por su Mezquita Catedral, otro por su centro histórico y el último, por la relevancia cultural de su Fiesta de los Patios.

Si estás planificando una escapada de fin de semana a Córdoba y no tienes claro cómo organizar tu tiempo, a continuación te compartimos algunas ideas. Para ello, nos basaremos en la propuesta de OWAY Tours.

Aunque en Córdoba hay miles de posibilidades para hacer planes como hacer turismo gastronómico, disfrutar de un baño árabe o visitar Medina Azahara, a continuación nos centraremos en sus puntos y monumentos más importantes. Puedes recorrerlos a partir de El Free Tour Córdoba.

8 paradas imprescindibles en Córdoba

Plaza de las Tendillas

Su distribución se remonta a la segunda década del siglo XX. Ubicada en el epicentro comercial de Córdoba, hacia el año 1999 sufrió una remodelación que desde el principio estuvo conceptualizada como una propuesta actual pero, al mismo tiempo, respetuosa con la tradición y su pasado histórico. Uno de sus puntos más emblemáticos lo constituye la estatua ecuestre del Gran Capitán, asentada sobre pilas circulares y cuadrangulares, obra de Mateo Inurria. En sus laterales cuenta con 32 chorros de agua que, a menudo, se convierte en el centro de las diversiones de los más pequeños. La plaza de las Tendillas sigue siendo uno de los puntos de encuentro más importantes entre cordobeses y turistas.

Templo Romano

Dedicado al culto imperial, el Templo Romano de Córdoba destaca por sus ingentes dimensiones. Se sitúa próximo al Ayuntamiento y, en el pasado, formó parte del Foro Provincial. En sus orígenes quedaba erigido sobre un podio y poseía seis columnas corintias en la zona de entrada, donde además había un altar. Durante la reconstrucción, dirigida por Félix Hernández, se ha logrado recuperar la grandiosidad de esta ciudad durante el periodo romano. Algunos de sus componentes originales pueden encontrarse distribuidos por bellos puntos de la ciudad así como en el Museo Arqueológico.

Plaza de la Corredera

Todo apunta a que su emplazamiento estuvo ocupado en el pasado por el Circo Romano. Gracias a los procesos de recuperación arqueológicos ha sido posible rescatar bellos mosaicos que hoy pueden encontrarse en el Alcázar de los Reyes Cristianos. La estructura rectangular que posee en la actualidad en la que se pueden encontrar pórticos con arcos en su área inferior, refleja su vínculo directo con las ciudades castellanas. Es de hecho, esta peculiaridad lo que la convierte en una rara avis en Andalucía. La Plaza de la Corredera ha servido a lo largo de la historia como punto de celebración de actos de fe, pregones o ejecuciones (éstas especialmente durante el periodo de la Invasión Francesa). En la actualidad, es una de las zonas de encuentro más atractivas de la ciudad y está repleta de cafés y locales de copas.

Plaza del Potro

Fue nombrada así por la fuente de estilo renacentista que la corona y que presenta como principal elemento ornamental la figura de un potro. Ubicado en el barrio de la Ajerquía, la plaza del Potro se convirtió en un lugar de compra-venta de ganado pero también de actividades de tipo artesanal. En la actualidad, posee en uno de sus laterales los museos de Julio Romero de Torres y Bellas Artes.

La Mezquita-Catedral

Pasó a ser Patrimonio de la Humanidad hacia el año 1984. En la actualidad, se considera el monumento más importante del Occidente islámico y es uno de los centros de ebullición de la vida turística de Córdoba. En su estructura podemos encontrar un resumen de la evolución del estilo omeya en España, así como otros estilos posteriores presentes en su construcción cristiana (por ejemplo, el barroco, el renacentista o el gótico).

Todo parece apuntar a que su emplazamiento estuvo dedicado desde la antigüedad al culto de distintas divinidades. Bajo dominación visigoda, se erigió en el mismo solar la Basílica de San Vicente y, sobre ella, la mezquita. De plana rectangular, este espacio sagrado fue compartido por musulmanes y cristianos durante un periodo de tiempo.

Patio de los Naranjos

Su apariencia ha ido adoptando un aspecto diferente a lo largo del tiempo. Una de las modificaciones más destacadas se llevó a cabo durante el periodo de Abd al-Rahman III, momento en el que se amplía por su área septentrional y se derriba el antiguo alminar de Hixem I. A lo largo del periodo islámico, el Patio de los Naranjos fue una piedra angular de la ciudad: En él se llevaba a cabo actividades públicas como la enseñanza o la administración de justicia.

Alcázar de los Reyes Cristianos

Esta fortaleza es una de las reliquias culturales y artísticas más importantes de la historia de Córdoba. En su interior se conserva parte de la evolución arquitectónica de la ciudad, lo cual se traduce en una gran cantidad de restos de origen romano, visigodo y árabe. Hacia el año 1236 Córdoba fue conquistada por Fernando III el Santo y en aquellos momentos, era una extensión del antiguo Palacio Califal. Sería Alfonso X el Sabio que inició su restauración que llegaría a su fin a lo largo del periodo en que Alfonso XI estuvo en el poder. El Alcázar de los Reyes Cristianos se ha convertido en un punto importante a lo largo de la historia sirviendo como Sede del Santo Oficio, por ejemplo.

La Judería

Se ubica dentro del casco histórico y se encuentra dentro del área nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO hacia el año 1994. Este barrio de origen judío cuenta cuenta con una estructura islámica (dos calles transversales centrales y labertinos con adarves). En la actualidad, su espacio se extiende desde la Puerta de Almodóvar hasta la Mezquita-Catedral.