El arte moderno crece como ‘refugio de inversión’ siguiendo la estela de Alicia Koplowitz, Florentino Pérez o Juan Abelló: los pintores españoles cotizan al alza

La ralentización de la economía, la crisis crediticia y de confianza, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria o la inseguridad creciente en otros sectores que tradicionalmente han acaparado las inversiones españolas, están llevando a los empresarios del país a buscar otros destinos para diversificar sus ingresos.

Tal y como ha podido saber El Confidencial Digital, uno de esos “valores refugio” que está cobrando cada vez más protagonismo entre los grandes empresarios españoles es el de la adquisición de piezas artísticas como inversión a medio-largo plazo. Los preferidos, ‘los grandes’ de la pintura contemporánea nacional.

Los datos publicados en el último informe anual (correspondiente a 2006) sobre la evolución de este sector, encargado por la The European Fine Art Foundation - organizadora de la feria The European Fine Art Fair (TEFAF) – muestra cómo las ventas prácticamente se han doblado desde 2002, alcanzando un récord anual de 43,3 billones de euros en 2006. 

Los principales ‘responsables’ del ‘subidón’ en la compra-venta de piezas artísticas han sido la creciente demanda de arte contemporáneo y la llegada a los mercados de los compradores de las economías emergentes: China, Rusia e India. Este estudio lo ha elaborado Clare McAndrew, economista cultural especializada en el mercado de bellas artes, y se basa en un exhaustivo estudio internacional de galeristas con información procedente de casas de subastas y bases de datos. 

En España el arte contemporáneo también está ganando adeptos entre los empresarios, que empiezan a ver cómo sus adquisiciones de pintura y escultura se convierten en un valor seguro para invertir a medio-largo plazo. Díaz apunta que las firmas más cotizadas por los empresarios e inversionistas que acuden a subastas, ferias y galerías son Sorolla, Picasso, Chillida, Tápies, Manolo Valdés o Barceló.

Joaquín Gallego, asesor y especialista en Mercado de Arte Contemporáneo de la Fundación Claves de Arte de la Universidad Antonio de Nebrija, apunta a ECD algunos de los nombres de los coleccionistas de arte más representativos en el tejido empresarial español: Juan Abelló, Plácido Arango y Esther Koplowitz. Florentino Pérez también suena entre los amantes del arte patrio.

El presidente de ACS también es un amante del arte. El ex presidente del Real Madrid es uno de los habituales en la feria de arte contemporáneo ARCO, donde se le puede ver “casi todos los años comentando personalmente con sus asesores” la adquisición de nuevas piezas.

El experto de la Fundación Claves de Arte desvela una característica común en estos tres grandes ‘mecenas’: todos son coleccionistas generalistas que disfrutan con la adquisición de obras antiguas, modernas y contemporáneas. Además, todos ellos cuentan con un ‘Goya’ en su haber.

Según recoge el periodista y crítico de arte Fernando Rayón en su artículo ‘Mercado del arte ¿dónde está la crisis?’ publicado en el último número de Nueva Revista, la crisis bursátil y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria “habrían llevado al dinero a invertir en valores refugio como el arte”. Rayón subraya, no obstante, que la prudencia ha llevado a los inversores a “apostar por piezas de caza mayor”, pujando fuerte por los grandes artistas. “Eso sí, nunca pagando sobreprecios”, asegura en este análisis.

Aunque la inversión en arte “no es algo nuevo”, tal y como señala Daniel Díaz, asesor de Invertir en Arte, en los últimos años se trata de un sector de importante crecimiento.

En cuanto a las adquisiciones particulares con “tintes de inversión”, los expertos coinciden en que se trata siempre de obras seguras y que al hacer la transacción, no se tiene en la cabeza la compra-venta inmediata delas mismas.

Además de los ‘pesos pesados’ de la economía española, también son numerosos los casos de coleccionismo de arte ‘corporativo’. La Caixa fue pionera en esta actividad, de la mano de la veterana galerista María Corral, recuerda Gallego. 

Otro ejemplo del arte como inversión es el fondo de la Colección VAC (Valencia Arte Contemporáneo). Esta colección de 125 piezas nació con el propósito de dotar a Valencia de una colección de obras de artistas contemporáneos internacionales que en su mayoría no forman parte de los fondos de colecciones institucionales españolas.

Afinsa, Telefónica, Altadis o Aena también han diversificado sus inversiones mediante adquisiciones fondos artísticos. Un rasgo característico del coleccionismo de arte como inversión o como elemento corporativo es la búsqueda de piezas que tengan relación con la actividad o ubicación de las empresas. La Caixa en Mallorca se ha hecho con varias obras del pintor mallorquín Anglada Camarasa o Altadis ha buscado pinturas que muestren gente fumando. Otra colección representativa sería la de fotografía de Telefónica, con exposiciones sobre el desarrollo de infraestructuras en España. Los especialistas en Mercado de Arte añaden que “el coleccionismo español siempre ha sido muy comprometido con las instituciones” lo que facilita los préstamos de sus fondos a museos, galerías y exposiciones de carácter público y/o divulgativo. En cuanto a los sectores más activos, “el financiero, sin duda”, coinciden los especialistas consultados por este confidencial. “Bancos y empresas del sector inmobiliario están haciendo varios movimientos” en este sentido, “movimientos lógicos”, aclara el director de la consultora especializada Invertir en Arte.