Bolivia ha dado garantías a BBVA, Repsol y Santillana de que no corren peligro de ser expropiadas. Es la respuesta de Evo Morales a la dura advertencia de García-Margallo

BBVA, Repsol y Santillana están a salvo de nuevas expropiaciones del Gobierno de Bolivia. Ese es, al menos, el mensaje que ha trasladado Evo Morales al Ejecutivo español, a quien le ha comunicado que solo le interesa 'expoliar' los recursos estratégicos del país.

Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes del Gobierno, la advertencia del Ejecutivo español, en boca del ministro García-Margallo, de que la expropiación de la filial de Abertis y Aena “tendrá consecuencias sobre las relaciones bilaterales”, e incluso una respuesta por parte de la Unión Europea, ha tenido un efecto inmediato.

BBVA, Repsol y Santillana se ‘salvan’

Evo Morales ha reaccionado, con rapidez, a la amenaza de España. Y ha enviado un mensaje claro al Gobierno.

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD explican que el presidente de Bolivia ha venido a transmitir a las autoridades españolas que solo le interesa ‘expoliar’ los recursos del país cuando no esté de acuerdo con las inversiones realizadas por las multinacionales extranjeras.

Esto quiere decir, que no va a actuar, en principio, contra BBVA, Repsol y Santillana, otras de las empresas con intereses en el país.

Evo Morales no puede prescindir de Repsol

Repsol es un socio estratégico de Morales. El pasado mayo, en plena expropiación de la filial boliviana de Red Eléctrica Española, el presidente de Bolivia ratificó a la petrolera española como el principal inversor extranjero del país en materia de hidrocarburos.

Una circunstancia que hace muy difícil una nacionalización de Repsol en Bolivia, según las fuentes empresariales consultadas por este diario.

Mientras, el negocio de BBVA y Santillana en Bolivia es muy poco significativo para la facturación total de ambos grupos.

 

Sexta compañía española en manos de Bolivia

Sabsa, filial de las españolas Abertis y Aena, administra los tres aeropuertos más grandes del país y es acusada por las autoridades bolivianas de haber hecho insuficientes inversiones.

Es la sexta compañía española que pasa a manos del Estado en menos de un año, ya que en mayo pasado Morales nacionalizó una filial de Red Eléctrica de España (REE) y en diciembre otras cuatro de Iberdrola, por las que aún no ha habido una compensación económica.

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