Brufau tardó dos meses en convencer a La Caixa y Sacyr del nombramiento de Imaz como CEO de Repsol
Se produjo una intensa discusión sobre su falta de experiencia en la gestión de una gran multinacional. Nemesio Fernández-Cuesta era el plan B del presidente de la compañía
La Caixa y Sacyr han apoyado el nombramiento de Josu Jon Imaz como consejero delegado de Repsol. Así lo pusieron de manifiesto con sus votos en el último consejo de administración. Sólo Pemex quedó al margen de ese respaldo. Pero la batalla entre los principales accionistas de la petrolera para alcanzar el acuerdo ha sido intensa.
Según han relatado a El Confidencial Digital fuentes del Consejo de Repsol, las negociaciones entre el presidente y los dos vicepresidentes de la compañía para nombrar consejero delegado a Josu Jon Imaz comenzaron hace casi dos meses.
Es el tiempo aproximado que ha tardado Brufau en convencer a Isidro Fainé (La Caixa) y Manuel Manrique (Sacyr) para aprobar el ascenso.
Dudas en La Caixa y Sacyr con Imaz
Las negociaciones se han llevado con la máxima discreción, aseguran personas conocedoras de los contactos. Motivo: el propio Antonio Brufau no las tenía todas consigo. No contaba en un principio ni con la aprobación de La Caixa, ni de Sacyr para el movimiento.
Un escenario que ha planteado una dura batalla entre los principales accionistas de la petrolera en las últimas semanas.
Detrás, revelan, hay muchas horas de intensas conversaciones entre los primeros espadas de Repsol, La Caixa y Sacyr para alcanzar un acuerdo sobre el ascenso de Imaz.
Discusión intensa sobre su idoneidad
Las fuentes del Consejo de la compañía a las que ha tenido acceso ECD explican que en esos encuentros al más alto nivel uno de los asuntos que más inquietaba a los principales accionistas de referencia era la idoneidad de Josu Jon Imaz para asumir el cargo de consejero delegado.
A pesar de su excelente preparación como químico, hay quien consideraba en el entorno de La Caixa y Sacyr que el puesto de CEO le podía quedar algo grande. Hay que tener en cuenta que su nueva responsabilidad exige llevar el día a día y la gestión de una gran multinacional como Repsol.
Nemesio Fernández Cuesta, en el banquillo
Pero Antonio Brufau tenía un plan B. Era consciente de que no iba a ser fácil ganar este pulso a Fainé y Manuel Manrique para 'colocar' a Imaz.
Por ello, el otro nombre fuerte que el presidente de Repsol tenía encima de la mesa era el de Nemesio Fernández Cuesta. Ejercía hasta ahora como número dos de la petrolera, aunque sin las funciones propias de un consejero delegado.
Su papel decisivo en las negociaciones en la crisis de YPF ha sido uno de los principales méritos que el directivo se ha anotado en su trayectoria en la principal petrolera española. Su nombramiento, comentan, hubiera presentado posiblemente menos obstáculos que el de Imaz.
