Bankia volverá al tamaño que tenía Caja Madrid en 2009. El ajuste de Bruselas desmonta lo aprobado por el Gobierno Zapatero y por el gobernador Fernández Ordóñez

El Plan de Viabilidad de Bankia 2012-2015 que se acaba de presentar plantea una conclusión clamorosa: Bankia no debió nacer nunca. Bruselas ha obligado a la entidad a reducirse al tamaño que tenía Caja Madrid en el año 2009, justo antes del SIP (Sistema Integral de Protección), que se ha revelado una monumental chapuza política.

El Plan de ajuste supone una desautorización total del improvisado SIP de Bankia y de todo lo actuado desde 2010: Bruselas ha tirado por los suelos al Gobierno Zapatero y al exgobernador del Banco de España Fernández Ordóñez.

El adelgazamiento de un 60% impuesto por Europa sobre el tamaño del 2010 supone volver justo al tamaño, estructura y balance de Caja Madrid, porque eso era lo que pesaba la caja madrileña en la fusión. La entidad tenía entonces 2.179 oficinas y 15.259 empleados, casi justo las cifras a las que le obligan a volver ahora.

Se ha acogotado al banco

En el actual equipo de gestión se admite, ‘off the record’, que Bankia no debió hacerse nunca.

Respecto a las decisiones de Bruselas, de lo malo que se esperaba casi ha sucedido lo peor. La lectura de los gestores de Bankia es que el plan de ajuste impuesto es el más duro posible: se ha acogotado al banco y el margen de maniobra o de modulación es mínimo, por no decir cero.

El presidente, Goirigolzarri, tuvo que tragar saliva en la presentación del Plan de Viabilidad 2012-2015, cuando dijo que el plan no era el suyo. No solo decía la verdad sino que además era el plan que no quiso aplicar nunca y peleó por evitar toda costa. Tenía en la cabeza un plan un 30% menos duro que el impuesto y con más plazo. Por poner un ejemplo, los gestores del banco querían cerrar 400 o 500 sucursales menos y despedir 2.000 personas menos y ganar algún año más de plazo.

Difícil reducción de plantilla

El equipo de Goirigolzarri dice haber peleado a cara de perro para evitar un ajuste de máximos, pero la Comisión Europea lo ha impuesto sin miramientos, con Almunia al frente. El presidente esperaba un cierto margen para el saneamiento y el margen ha sido pírrico.

Solo han arrancado alguna cesión in extremis. Bruselas quería hacer una quita de hasta el 70% del valor nominal de las emisiones de preferentes y deuda subordinada, y se ha quedado en solo el 30%. Otra mínima concesión es arrancar cuatro años de plazo para la venta de todos los paquetes de acciones en empresas participadas (Mapfre, Iberia, etc.).

 

En cuanto a la reducción plantilla en 6.000 personas, va a ser muy duro, sobre todo tras el anterior despido de 4.000 personas, que fue suave y pactado.

La única modulación posible que tiene Bankia es intentar que en la venta de sus negocios no estratégicos, los compradores firmen una cláusula de mantenimiento de empleo, fuera de eso no puede hacer nada. Y lo van a tener muy difícil con los sindicatos, que van exigir un dinero extra para despidos generosos.

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