A discusión el papel de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones en un escenario altamente competitivo

El papel de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones está siendo objeto de discusión por parte de empresas del sector, que consideran que estamos en una situación de mercado y de competencia que se ve alterado por las intervenciones de dicho organismo. La continuidad de ese papel de control está en entredicho. El uso de las nuevas tecnologías, cada vez más generalizado, ha aumentado la lucha entre los operadores de telefonía y compañías de cable por ofrecer a sus clientes un servicio integral y a medida de cada uno. Los operadores de cable, por ejemplo, han alcanzado niveles de penetración superiores a la tecnología ADSL en al menos cinco comunidades, Asturias (9,4 por ciento de los hogares con cable frente a 5,7 con ADSL), Cantabria (8,4 contra a 6,7), País Vasco (8 frente a 5,8), Comunidad Valenciana (6,8 contra 6,5) y Murcia (6,2 frente a 5,6), donde las ofertas de ONO, Telecable y Euskaltel, entre otros, han sido preferidas. Otros operadores de cable, como R (Galicia) o Tenaria (Rioja y Navarra), han conseguido niveles de penetración muy próximos a los de otras tecnologías. Estos datos reflejan la existencia de un mercado de las telecomunicaciones con buena salud, dicen los expertos, que se mueve libremente y muy competitivo. En ese entorno es donde las intervenciones de la CMT parecen discutibles en cuanto a garantizar igualdad de condiciones en ofertas y servicios para todos los operadores. Son llamativas sus decisiones limitando la actividad de Telefónica, mientras —como se ha publicado en ECD- sigue sin tomar una decisión en torno a los operadores principales que actúan de incumbentes en distintas áreas locales. El rechazo sistemático de algunas propuestas para todo el territorio nacional, mientras permite a otros locales actuar sin limitación, cuestiona la continuidad de esa función en la CMT. Ese papel de la Comisión contradice con la necesidad de promover la demanda y favorecer definitivamente la implantación de la sociedad de la información, un objetivo que parece tener mucho más claro el ministro de Industria, José Montilla, decidido a acabar con la brecha digital y favorecer el desarrollo tecnológico.