Convertir vuelos cancelados en retrasos, cambiar de avión y ‘olvidarse’ de informar sobre reclamaciones, los trucos de las aerolíneas para evitar las multas

Las compañías aéreas no dejan de innovar para sortear las sanciones y multas impuestas por organismos internacionales como el IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo) o la Comisión Europea. 

Tal y como confirman a El Confidencial Digital fuentes del sector, se trata de una práctica habitual en todas las compañías aéreas, ya sean de bandera o ‘low cost’. Lo que cambia son los métodos o ‘triquiñuelas’ que cada empresa pone en práctica para no tener que pagar las sanciones correspondientes a la cancelación y retraso injustificado de vuelos.

Así, lo más habitual es camuflar vuelos cancelados para hacerlos pasar por retrasos. La penalización por suprimir vuelos es mayor que la del retraso en la salida de los mismos, tanto económica como estratégicamente, explican fuentes de Iberia, Spanair, KLM o British Airways.

“Si una compañía aérea supera un porcentaje cercano al 10% de vuelos cancelados al año, sus derechos aéreos o ‘slots’ pueden ser asignados a otra empresa al año siguiente”, explica un técnico de IATA a ECD.

Por este motivo, lo que se suele hacer es no anunciar la cancelación del vuelo en cuestión, sino su retraso. A los pasajeros de ese vuelo, se les mete en el siguiente avión que parta al mismo destino, de forma que “más o menos, todo el mundo quede contento”, añade. La sustitución de los aviones asignados por otros de mayor tamaño y capacidad también es habitual, según fuentes del sector.

A las líneas aéreas les sale a cuenta esta maniobra: la compensación a los pasajeros es menor, puesto que la compañía no tiene que correr con los gastos de hotel, manutención y reposición o reembolso del billete. 

Finalmente, y aunque así lo refleja la ley vigente (Reglamento CE nº 261/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo), normalmente los empleados de las empresas aéreas, se olvidan de facilitar al pasaje información sobre cómo reclamar en caso de cancelación, retraso o ‘overbooking’.

Ahorro de hasta 25.000 euros por vuelo cancelado

Gracias a estas argucias, las compañías pueden librarse de pagar hasta 25.000 euros por vuelo cancelado. El ahorro aumenta o disminuye en función del número de pasajeros que reclamen, el tiempo de retraso o la distancia a recorrer.

Las compensaciones económicas que deben pagar las aerolíneas en caso de cancelación son las siguientes:

-- 250 euros para vuelos de hasta 1.500 km.

-- 400 euros para vuelos de entre 1.500 y 3.000 km. y todos los vuelos intracomunitarios de más de 1.500 km.

--  600 euros para vuelos de más de 3.500 km. efectuados fuera de la UE.

Estas compensaciones pueden reducirse a la mitad cuando la llegada al punto de destino no supere un retraso de dos, tres o cuatro horas, respectivamente, concretan desde AENA. 

Si el percance al que se enfrenta el viajero es el 'overbooking', la compañía deberá pedir voluntarios que renuncien a su vuelo a cambio de ciertas compensaciones. Si no hay voluntarios, están obligados a ofrecer asistencia y compensaciones económicas con las mismas cuantías que en caso de cancelación. Además, el pasajero podrá elegir entre el derecho de reembolso y un medio de transporte alternativo.

De esta forma, pocos son los viajeros que saben que si su vuelo sufre un retraso de entre dos y cinco horas, tiene derecho a que la aerolínea le facilite un refrigerio y dos llamadas.

“A falta de una indemnización tasada por ley o recogida en el contrato, las cancelaciones y retrasos superiores a las cinco horas darán derecho a la indemnización de los daños y perjuicios ocasionados y acreditados”, explican desde un bufete de abogados especializado en estos casos.