Corbacho no tiene miedo al desplome del paro: considera que tiene controlados a los sindicatos y habla todos los días con Méndez y Fernández Toxo

Pese a las alarmantes cifras del paro, el ministro Celestino Corbacho está en un gran momento. El titular de Trabajo no tenía ninguna fe en seguir en el Gobierno en la última crisis ministerial, hasta el punto de que la rumorología se intensificó, llegando a decirse que el ministro “ya estaba cogiendo bolis para llevarse a casa”.

Corbacho, muy consciente de su participación en el Ejecutivo como ‘ministro-cuota’ del PSC, aterrizó en Madrid sin más contactos con el PSOE de la capital que los que mantenía de su época como integrante de la gestora de Joaquín Almunia. Ahora, al seguir en el Gobierno, se siente absolutamente validado por Zapatero, a quien, en la anterior legislatura, criticó en persona duramente por las políticas de inmigración aplicadas por el entonces ministro Jesús Caldera.

Vencedor en el debate de la inmigración, Corbacho está tranquilo por su control sobre los sindicatos. Era su estrategia y ha conseguido ganárselos, por lo que no tiene temor a la huelga –de momento, la única manifestación habida ha sido contra el Ejecutivo de Esperanza Aguirre.

Corbacho habla por teléfono a diario con Cándido Méndez de UGT e Ignacio Fernández Toxo de CCOO. Su control y su buena relación con los sindicatos, afirman fuentes muy próximas al ministro, representan un auténtico balón de oxígeno que le ha dado fuerzas en sus polémicas con Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, pese a que los expertos económicos del PSOE no dudan en alinearse en privado con las tesis de MAFO.

 

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