El ERE de Catalunya Caixa ya va por el doble de lo anunciado en 2010. Saldrán 1.550 empleados antes de julio y las prejubilaciones se sustituirán por bajas incentivadas

Las necesidades de solvencia de la entidad han acelerado la petición de ayudas al FROB. Catalunya Caixa sólo recibirá los 1.718 millones del Fondo de Reestructuración si consigue reducir de forma drástica su plantilla antes del 30 de junio, un año después de la salida de los primeros 800 empleados.

Las nuevas pruebas de resistencia de las entidades financieras que se están haciendo a nivel europeo han llevado a que el Banco de España exija a Catalunya Caixa un ratio de solvencia del 10 por ciento, por lo que la dirección ha estimado necesario acudir al FROB para solicitar una inyección económica de 1.718 millones de euros.

Según ha sabido El Confidencial Digital, las presiones recibidas por el organismo dirigido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez han acelerado el calendario de actuación de la caja catalana, que ha priorizado la obtención de capital procedente del Fondo de Reestructuración a otras gestiones, como la creación de un banco filial.

No obstante, según las fuentes consultadas por este diario, la inyección de 1.718 millones “no será a cualquier precio”: Catalunya Caixa deberá prescindir de un total de 1.550 empleados y cerrar nuevas oficinas antes del 30 de junio para poder cobrar esas ayudas.

Tal y como informó ECD –vea aquí la noticia-, la primera reestructuración de la entidad se realizó tras el proceso de fusión de Caixa Catalunya, Caixa Tarragona y Caixa Manresa, que supuso una inyección de 1.250 millones de euros, el cierre de 395 sucursales y la prejubilación de 1.350 trabajadores.

La dirección de Catalunya Caixa calculaba que un nuevo FROB supondría la salida de más empleados para finales de 2011, pero las exigencias del Banco de España forzarán a la entidad presidida por Alfons Todó a acortar los plazos y ampliar el número de salidas.

Además, los trabajadores que tendrán que abandonar su puesto en los próximos meses no obtendrán los mismos privilegios que consiguieron los compañeros que se marcharon de la entidad después de la primera reestructuración. En esta ocasión, la entidad no ofrecerá prejubilaciones, sino bajas incentivadas a aquellos que acepten su marcha de la empresa.

Las fuentes consultadas por este confidencial explican que la dirección de la entidad ha tomado esta decisión “por la reforma de las pensiones impulsada por el Gobierno y la falta de capital necesario para pagar las prejubilaciones”.

Portavoces oficiales de Catalunya Caixa se han puesto en contacto con ECD para puntualizar que "a día de hoy, tenemos cerrada la salida de 1.350 empleados".

 

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