Emilio Botín tendrá despacho personal y comedor en la nueva sede de la ‘Fundación Botín’ en la calle Castelló: es una apuesta para el futuro

La Fundación Botín inaugurará en los próximos meses una nueva sede central en Madrid. Una de las localizaciones que suena con más fuerza para la ubicación es la calle Castelló en el barrio de Salamanca. El objetivo de la institución es reunir a todos los empleados que trabajan en la capital en un mismo espacio.

Según ha podido saber El Confidencial Digital, el presidente del Banco Santander contará con un despacho personal en la nueva sede que la institución proyecta en la capital de España, un lugar en el que pueda estar cómodo cuando visite el centro y tener la posibilidad de recibir visitas e invitados.

Las mismas fuentes explican que uno de los enclaves que más atrae a la Fundación Botín para ubicar las oficinas es la calle Castelló, en pleno barrio madrileño de Salamanca. Sin embargo, también se están barajando otras zonas de la ciudad y estudiando si alquilar o comprar el inmueble que acogerá la sede central.

Según las fuentes consultadas, las dependencias incluirán también un comedor, donde la Fundación tiene previsto realizar almuerzos y conferencias, ya que ahora mismo se ve obligada a realizarlos en salones de hoteles o auditorios por carecer de un espacio acondicionado para este tipo de eventos.

Fuentes cercanas al presidente del Banco Santander consultadas por ECD explican que Emilio Botín quiere acercarse así al día a día de la institución, aunque mantendrá su despacho en la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte (Madrid), al que acude a diario.

Otras fuentes dan por hecho que Botín elegirá este emplazamiento tras abandonar la primera línea de fuego de la banca al frente del Santander. Cuando deje en un futuro la presidencia de la entidad financiera podrá continuar colaborando con la institución en este lugar como presidente de la Fundación que lleva su nombre.

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También uno de los principales motivos que mueven a la entidad a buscar un nuevo espacio es la necesidad de concentrar en un mismo lugar a todos los empleados que trabajan en Madrid. Se trata de una vieja reclamación de estos trabajadores que actualmente se encuentran dispersos por diversos puntos de la capital.