El G-14, el lobby de las inmobiliarias, busca un pacto con el banco malo: les preocupa que la Sareb se dedique a tirar los precios porque entonces ellas no venderían nada

El lobby de las grandes inmobiliarias, conocido como los G-14, quiere llegar a un pacto de precios con la Sareb, el banco malo, para evitar rebajas temerarias, porque en ese caso ellas perderían cualquier posibilidad de vender sus propios inmuebles.

Empresas como Colonial, Martinsa-Fadesa, Realia, Metrovacesa, Rayet, Reyal Urbis, Vallehermoso y el resto de las grandes, prácticamente todas en suspensión de pagos, no han perdido su capacidad de lobby y por eso se han puesto en marcha, porque les aterra que la Sareb se lance a tirar los precios de los inmuebles, urgido por la necesidad de hacer dinero. Si eso ocurriera, ellos no podrían vender nada.

Presiones a los bancos

Las grandes del sector están presionando a los bancos, que son sus socios naturales y a la vez accionistas de la Sareb, para que no se produzca un desmadre de rebajas. La Sareb se ha quedado con los inmuebles tóxicos de la banca con un descuento del 54% sobre su valor en libros, y cualquier política de rebajas adicionales daría una muy mala señal al mercado, según los inmobiliarios.

Temen que el banco malo se embarque en una política de precios de derribo para hacer liquidez, lo que pondría ponga patas arriba el mercado, ya de por sí hundido, según explica a El Confidencial Digital de fuentes próximas al grupo G-14, Inmobiliarias por la Excelencia, el lobby del sector.

La banca, que es accionista mayoritaria de la Sareb, junto con el FROB y varias compañías de seguros, tiene ya “observadores” en todos los comités de la Sareb, con voz y sin voto, lo que le permitiría evitar que se entre en una política de precios temeraria.

No se conoce la política de precios

De momento el banco malo va dando pasos con tiento y no se ha lanzado a hacer ventas masivamente.

Belén Romana, la presidenta de la Sareb, ha lanzado mensajes de prudencia. No ha hecho ningún movimiento amenazador, pero queda por ver su política de precios y rebajas, y eso pone nervioso al sector. En este momento precisamente está trabajando en la estrategia de precios, antes de lanzarse masivamente a hacer ventas.

Las inmobiliarias sobreviven a duras penas tras refinanciar sus gigantescas deudas, y están prácticamente todas en suspensión de pagos. La última en concurso es Reyal Urbis, tras vadear la suspensión durante un agónico año. Las grandes que componen el G-14 todas navegan con el agua al cuello, metidas en concursos de acreedores que ya duran, según los casos, de tres a cinco años.

 

Colonial, Martinsa-Fadesa, Realia, Metrovacesa, Rayet, Reyal Urbis, Vallehermoso y el resto buscan llegar a una senda de precios pactada con la Sareb. De hecho ya lo propusieron al ministerio de Fomento al poco de estallar la burbuja inmobiliaria, y misteriosamente, entonces nadie entró en una espiral alocada de precios de derribo. Es posible que ahora lo consigan.

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