El Gobierno utiliza a Renfe, Adif y AENA para prometer obra pública en campaña sin disparar el déficit
Concederá créditos a las empresas del Estado para activar inversiones paralizadas desde hace años en carreteras, ferrocarriles y aeropuertos. Esta vía no genera desviación presupuestaria
Tras años de recortes, la obra pública ha respirado en 2015 con un incremento del 8%. Y volverá a subir en 2016. Permitirán al Gobierno prometer la mejora de infraestructuras paralizadas desde hace años durante la campaña para las elecciones generales y, además, sin poner en riesgo el cumplimiento del objetivo de déficit comprometido con Bruselas.
Las inversiones son una de las partidas más beneficiadas en los Presupuestos del próximo ejercicio, después de que la obra pública haya sido una de las partidas más damnificadas durante la legislatura con una reducción del 30%.
Ahora, el Gobierno pretende impulsar este sector clave en la dinamización del mercado laboral a pocos meses, además, de las elecciones generales.
Presupuesto de 10.000 millones
El Ministerio de Fomento y sus empresas públicas contarán el próximo año con un presupuesto que superará los 10.000 millones de euros, según los datos que contemplan las cuentas del Estado para 2016 que se dio a conocer este martes el ministro Montoro en el Congreso. Así, durante 2016 los recursos para inversiones e infraestructuras crecerán por segundo año consecutivo.
Pero además del aumento de la disponibilidad presupuestaria de Fomento el ejercicio que viene, las inversiones reales, que sumarán 3.578 millones, también se incrementarán un 4,6% en 2016.
No obstante, la partida que más incidencia tiene en la obra pública es la que se refiere a activos financieros, que repunta con fuerza hasta los 33.237 millones, un 14,9% más que en 2015. Es la primera vez que va a crecer en la crisis. Hay que recordar que el Gobierno aplicó un tijeretazo el año pasado a este capítulo del 24,1%.
No computa en el déficit del Estado
Según fuentes del Gobierno, consultadas por ECD, el Ejecutivo recurrirá a esta partida porque así evita un gasto directo en obras que ponga en peligro el cumplimiento del objetivo de déficit.
El Estado concederá créditos a sus empresas públicas, que pertenecen al Ministerio de Fomento (entre ellas las que gestionan la red de transportes por ferrocarril (Renfe y Adif), carretera o aeropuertos (AENA) para activar o acelerar programas de inversión en infraestructuras.
La principal ventaja presupuestaria que persigue es que, al tratarse de préstamos a empresas públicas, no se computan en el déficit.
