El Gobierno francés está dispuesto a financiar hasta el 50% de los costes de las ‘renovables’ españolas que se instalen en el país vecino

Francia quiere atraer el interés de las renovables para “suplir el gap” de este tipo de generación eléctrica que existe en el país vecino. Así lo explica a El Confidencial Digital uno de los responsables de la Agencia Francesa de Inversiones Internacionales (AFII) en Madrid. Desde este organismo tienen especial interés en atraer a las empresas fotovoltaicas, eólicas o de biomasa españolas.

Las renovables que se decidan por Francia para desarrollar sus proyectos de generación eléctrica alternativa tienen a su alcance subvenciones de hasta el 50% de la inversión total que hagan en territorio galo. Para beneficiarse de estas ayudas, hay dos condiciones específicas: el proyecto tiene que generar empleo y fomentar el avance en investigación y desarrollo.

La apuesta francesa por la energía nuclear puede considerarse “respetable o no” pero esa es una discusión política, comentan a ECD fuentes cercanas a este ‘ICEX’ francés. Lo que tienen claro en este organismo público de inversión es que el gobierno de Sarkozy es consciente de la carencia de energías alternativas en Francia.

Preguntados sobre qué tipo de empresas son las más ‘deseadas’ para impulsar el panorama energético galo, responden a este confidencial que “no se puede rechazar ningún tipo de empresa”, especialmente “tal y como está ahora el mercado y la economía”. No obstante, en el país vecino tienen predilección por las renovables españolas: “en el sector energético, España está un paso por delante de Francia”, reconocen.

Los ejecutivos de AFII aclaran que en Francia existen empresas potentes en este mercado “como Total o EDF”, pero añaden que “han empezado después que las españolas” y, aunque están “perfectamente cualificadas para competir”, los franceses no quieren desperdiciar la oportunidad de aprovechar el ‘know how’ de empresas líderes en el mundo como Acciona, Abengoa o Iberdrola Renovables.

Según ha podido saber ECD, varias empresas nacionales de generación eléctrica alternativa ya se han puesto en contacto con la oficina comercial francesa, aunque “se trata de proyectos confidenciales”, por lo que no han podido facilitar el nombre de las interesadas.

Lo que sí han adelantado es que el año pasado facilitaron contactos y la gestión de “algunos papeleos” a Acciona Biomasa para la construcción de su planta en Marsella. También asesoraron a Urbaser para una iniciativa concreta de gestión de residuos. Por su parte, Gamesa asegura a este confidencial que “Francia no es uno de sus destinos prioritarios”.

Iberdrola puso en marcha su último parque eólico en suelo francés a finales de mayo. Se trata de las instalaciones de Amelecourt, al nordeste del país, cerca de la frontera alemana. Amelecourt, la filial francesa de Iberdola Renovables, ha reforzado su crecimiento en este país, donde cuenta con 137,17 MW de potencia instalada repartida en 15 instalaciones de energía eólica.

Pero no sólo están interesadas en las ‘grandes’. Las pequeñas y medianas empresas de generación eólica, solar o de biomasa también están en el punto de mira de Francia. “las PYMES forman el grueso” del tejido empresarial de este sector en España, asegura un portavoz oficial de la agencia francesa de inversión, quien se muestra muy interesado en el “crecimiento brutal” de estas firmas de menor tamaño, cuyo ritmo de “desarrollo puede llegar al 150% anual en muchos casos”.

La prioridad es atraer a compañías que se establezcan en zonas menos desarrolladas industrial y demográficamente en Francia. “Se incentiva cada empleo generado”, explican desde AFII. Estos incentivos pueden llegar a cubrir el 50% de la inversión de la empresa en cuestión.

No obstante, no quieren que las empresas pongan una planta de generación eólica “y ya está”, sino que prefieren empresas que necesiten mano de obra cualificada y estén dispuestas a implantarse en zonas como las inmediaciones de Toulouse o Burdeos, donde escasean las oportunidades para los desempleados. Hablan de potenciar, por ejemplo, la implantación de plantas de generación de silicio o de ensamblaje de placas fotovoltaicas, industrias que requieren de un importante número de trabajadores.

También se ocupa el ministerio galo de Fomento de subvencionar el desembolso realizado en I+D, siendo el máximo de esas ayudas o “créditos fiscales a la investigación” de hasta un 40-50% del gasto destinado a investigación. Dichos créditos consisten en deducciones en concepto de impulso de I+D que las empresas pueden hacerse a la hora de pagar sus impuestos. Estos beneficios fiscales alcanzarán los 1.300 millones de euros en 2008, según fuentes cercanas al Ejecutivo francés.