Iberdrola volverá a la carga con la eléctrica lusa EDP: intentará controlar la compañía aprovechando que el rescate de Portugal obliga a privatizar empresas públicas

Las empresas españolas asentadas en Portugal están expectantes tras el rescate financiero del país vecino. Las grandes compañías buscarán oportunidades en la privatización de las empresas públicas lusas a la que obligará las imposiciones de la Unión Europea. Iberdrola volverá a intentar aumentar su participación en la eléctrica portuguesa EDP.

Bruselas obligará al Estado portugués a acometer desinversiones en las compañías en las que cuenta con una participación importante. Fuentes empresariales consultadas por El Confidencial Digital explican que por este motivo pueden presentarse oportunidades en los próximos meses para las empresas españolas, tanto para las que ya tienen presencia como para las que aún no han desembarcado en el país vecino.

El Gobierno de Portugal, que siempre ha mantenido una fuerte inclinación proteccionista empresarial, se verá obligado ahora a poner en venta sus participaciones en compañías de gran envergadura como la eléctrica EDP (25%), la petrolera Galp (8%), la aerolínea TAP (100%), REN (51%) o Aguas de Portugal (73%).

Las grandes firmas españolas ya han comenzado a mover ficha, interesadas en la oportunidad que les brinda la desinversión en algunas importantes empresas públicas lusas. Según fuentes del sector, Iberdrola es una de ellas, que buscará de nuevo intentar aumentar su peso en la eléctrica Energías de Portugal (EDP), participada en un 25% por el Estado portugués.

Según las fuentes consultadas, la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán no está especialmente interesada en los activos de EDP, pero sí ve con mejor perspectiva poder invertir en la filial del grupo de renovables.

Iberdrola es la segunda comercializadora del país, con una cuota del 25% por detrás de EDP, de la que, además, tiene el 5% de su capital social. Hasta hace unos años, era uno de los principales accionistas de la eléctrica lusa (10%). Sin embargo, las barreras para participar en la gestión disuadieron a la española, que fue reduciendo su participación hasta el 5% actual.

La empresa española rompió en 2008 el monopolio -en manos de la propia EDP- de la construcción de complejos hidroeléctricos en el país luso: está desarrollando tres parques eólicos y en 2009 se adjudicó la construcción del complejo hidroeléctrico do Alto Tâmega con una inversión de 1.700 millones de euros.

 

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