Guerra en el transporte urbano

Oleada de deserciones en el sector del taxi hacia Uber y Cabify el día de la huelga

Se disparó el interés por las licencias VTC ante la escalada de violencia. Consideran que la imagen de los taxistas ha quedado dañada y el futuro está en el nuevo modelo de negocio

Protesta de taxistas en Madrid contra Uber y Cavify.
Protesta de taxistas en Madrid contra Uber y Cavify.

El sector del taxi comienza a dar síntomas de división. Lejos de unir al colectivo, las protestas de esta semana por la competencia desleal de Uber y Cabify están comenzado a provocar las primeras deserciones de profesionales. Algunos de ellos han empezado a interesarse en el paso hacia las nuevas plataformas tecnológicas.

Calles desiertas de taxis, estaciones y aeropuertos con paradas vacías y miles de profesionales con los motores detenidos. Esta fue la foto en muchas ciudades este martes con motivo de la huelga convocada por el sector del taxi para protestar contra los conductores de plataformas como Uber y Cabify.

Unos 20.000 taxistas secundaron las movilizaciones en Madrid y Barcelona. Pero las protestas también contaron con un apoyo masivo en otros puntos como Málaga, Zaragoza, Murcia, Bilbao o Tenerife.

Surgen las primeras deserciones de taxistas

Sin embargo, esa imagen de unión del colectivo en las manifestaciones que acaban de celebrarse en las grandes capitales de provincia está comenzando a desquebrajarse.

Según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes del sector, decenas de conductores en Madrid y Barcelona han tomado la decisión de dejar el taxi y pasarse a ofrecer los servicios de Uber y Cabify en las próximas semanas.

Por lo pronto, la mayoría de ellos reconocen en privado que están hartos del escenario de tensión constante que llevan sufriendo en los últimos tres meses, con una competencia feroz que les impide tener garantías de poder llegar a final de mes.

Otros toman ahora el camino emprendido por compañeros que les aportan su experiencia, después de varias semanas como conductores de estas nuevas aplicaciones. “Se trabajan prácticamente las mismas horas, pero con bastante menos estrés”, explica a ECD uno de los profesionales que acaba de pasarse a Uber en Madrid.

La violencia ha dividido a los taxistas

Pero hay más motivos detrás de estas primeras deserciones. Los actos violentos protagonizados este martes por determinados grupos en el centro de Madrid han decepcionado a una parte del colectivo. “Dimos una imagen lamentable”, admite uno de los profesionales que se convertirá en unas semanas en conductor de Cabify.

Otro de sus colegas va más allá y asegura que “muchos han dejado de sentirse representados por los sindicatos del sector. Ellos van simplemente a lo suyo”, denuncian.

Menos kilómetros para cargar a clientes

También valoran que Uber y Cabify no permiten contactar con un conductor específico. Cuando se solicita un viaje, la aplicación envía la solicitud a los conductores más cercanos para que procedan a recoger al cliente en la ubicación seleccionada.

 

Así las cosas, los taxistas están comenzando a ver con buenos ojos que los servicios entran por la aplicación y no tienen que estar en la calle buscando clientes. Un funcionamiento que, a la larga, también repercute en un menor estrés y consumo de combustible.

El usuario se descarga la aplicación, pide un vehículo y realiza el abono a través del móvil. Este modo de pago es también tomado como positivo por algunos de estos conductores. “Evitaríamos también las agresiones y robos al no llevar dinero en efectivo en el coche”, añade otro de los taxistas que ha acaba de decidir pasarse a Uber.

Compra de licencias VTC por 30 euros

En páginas de segunda mano se observaban este martes decenas de anuncios promocionando estas licencias VTC por 30 euros o a usuarios solicitando la compra de alguna. El artículo 20 de la Ley de Ordenación de Transportes permite la transmisión de las autorizaciones.

Una licencia VTC es la autorización para ejercer la actividad de arrendamiento de vehículos con conductor. Sobre estas licencias operan después las empresas ‘tecnológicas’ Uber Cabify.

Eso sí, las licencias están vinculadas a un coche y no al conductor. Además, desde 2015 se exige a todos los autónomos que para operar deben estar asociados mediante sociedades o cooperativas en grupos de al menos siete licencias VTC.


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