Paradores no servirá el restaurante de Fitur: lo atendía por prestigio ya que perdía dinero, IFEMA ha querido cobrarle y por eso ha renunciado

Fitur, que ha sido la feria de turismo más importante del mundo, lleva años devaluándose. En las dos últimas ediciones se descolgaron firmas de primerísimo nivel, como Globalia, Orizonia, Iberia, Amadeus y Avis, por ejemplo. Pero la culpa no es sólo por la crisis.

Fuentes del sector, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, atribuyen los problemas de Fitur también a la falta de evolución de la muestra (cada vez es menos atractiva para las empresas), y a la actitud de IFEMA y de los organizadores que, lejos de reducir las tarifas que cobran por metro cuadrado para montar stands, las han elevado. Incluso han intentado cobrar por cosas que hasta ahora no tenían coste alguno

De cara a este año las cosas pueden empeorar, porque va creciendo el malestar en el sector turístico y no se descartan nuevas deserciones. Y un buen ejemplo de ello es Paradores de Turismo.

Desde hacía más de 20 años, Paradores gestionaba en Fitur el restaurante de la feria. Un restaurante que ocasionaba pérdidas a la empresa, pero que le compensaba por cuestiones de imagen ante los comensales. Era el único que reunía condiciones para comidas de delegaciones, periodistas, invitados de cierto nivel, porque la oferta gastronómica de la muestra se centra sobre todo en restaurantes de comida rápida y cafeterías.

Desde hace años existía un acuerdo tácito: Paradores perdía dinero con el restaurante, pero le compensaba por la imagen que le generaba. Y a Fitur le interesaba también porque Paradores aportaba prestigio a la feria en el apartado gastronómico.

Sin embargo, este año, por primera vez desde 1983, es decir casi desde el inicio porque Fitur lleva 31 ediciones, Paradores no gestionará el restaurante. La razón: IFEMA quiere cobrarle por la cesión de la gestión. De acuerdo con las fuentes consultadas, se trata de una decisión inaudita, que sorprende en estos tiempos de crisis.

Paradores, como empresa pública, no puede asumir, además de las pérdidas del restaurante, un pago extra. Y por ello ha dicho no  a gestionar el restaurante.

No obstante, no se plantea renunciar a su stand, puesto que, al ser la única empresa hotelera pública, no quiere dar la espantada, y menos en tiempos de crisis.

 

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