A qué se dedica Rodrigo Rato al frente de Caja Madrid: no quiere oír hablar de otro asunto que no sea la privatización de la entidad

Rodrigo Rato tiene muy claro el objetivo: la conversión de Caja Madrid en banco tiene que terminar cuanto antes. Todos los esfuerzos de los directivos de la entidad están centrados ahora en el SIP (Sistema Institucional de Protección) de las cajas que integrarán el nuevo banco resultante de la fusión fría.

Caja Madrid logró en junio cerrar un acuerdo de ‘fusión fría’ con Caja Ávila, Caja Segovia, Caja Rioja, Caixa Laietana y la Caja Insular de Ahorros de Canarias, mediante la creación de un Sistema Institucional de Protección (SIP). Poco después se unió también Bancaja, dando lugar a la primera caja de España por volumen de activos (340.000 millones) por delante de La Caixay Caixa Girona (280.000 millones).

En la asamblea general que ratificó la alianza con Bancaja, Insular, Layetana, Ávila, Segovia y La Rioja, el presidente de Caja Madrid, aseguró que la entidad será un “banco con interés social”.

Fuentes cercanas a Rodrigo Rato han explicado a El Confidencial Digital que la entidad madrileña “solo tiene ahora en la cabeza acabar cuanto antes con la conversión de Caja Madrid en banco”, es decir, la privatización de la caja.

Las fuentes bancarias consultadas cuentan que Rodrigo Rato trabaja a tope en la integración también con otro objetivo: alejar la influencia de la clase política de las entidades financieras. Los SIP dejan la puerta abierta a la privatización total de la gestión de las cajas de ahorros, una de las prioridades, ahora mismo, del presidente de Caja Madrid.

Rato ha pedido a sus directivos, según las fuentes consultadas, que “concentren todas sus fuerzas en adaptar la entidad a la nueva etapa” que se inicia tras la fusión. La caja tendrá una entidad central, que será un banco, y que estará participado al menos en un 50% por las cajas de ahorros que integran el SIP.

Las cajas españolas han elegido de forma mayoritaria las llamadas ‘fusiones frías’ o Sistema Institucional de Protección (SIP), para afrontar el proceso de reestructuración del sector.

Esa vía permite a las entidades compartir riesgos, pero a la vez mantener sus marcas diferenciadas en sus regiones de origen, mientras que con las fusiones clásicas aparece una única caja resultante, con una sola estructura administrativa y comercial.

El dato de que los principales esfuerzos en Caja Madrid están centrados en culminar la ‘fusión fría’ explica, por ejemplo, que el traslado de la sede, desde la Plaza de Castilla a la torre de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, no se esté produciendo a la velocidad que estaba prevista.

 

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