PSOE y Ciudadanos se oponen a más kilómetros de alta velocidad

Pedro Sánchez y Albert Rivera se aliarán para frenar la euforia de Rajoy con el AVE

Negocian un plan común de infraestructuras y transportes para España que apueste por más trenes de Cercanías en las grandes ciudades y priorizar la inversión en seguridad

Pedro Sánchez y Albert Rivera en el debate organizado por 'El País'.
Pedro Sánchez y Albert Rivera en el debate organizado por 'El País'.

Frente a las críticas de Ciudadanos a la inversión en alta velocidad, Rajoy se acaba de comprometer a continuar con los planes de expansión, ahora hacia el norte de la Península y Levante. Pero encontrará importantes obstáculos para sacarlos adelante en el Parlamento la próxima legislatura. El PSOE de Pedro Sánchez también se sumará al bando anti-AVE.


En el capítulo sobre infraestructuras y transporte, el programa electoral del PP presume de sus logros en la legislatura: 900 kilómetros de carreteras y haber terminado otros 520 kilómetros de líneas ferroviarias de alta velocidad. “Y gracias a las modificaciones en las políticas de tarifas se han alcanzado los seis millones de nuevos viajeros en el ferrocarril”, añaden.

“Seguiremos extendiendo la red de alta velocidad ferroviaria” y “seguiremos transformando la red convencional para integrarla con la de alta velocidad y reducir los tiempos de viaje”, defienden los ‘populares’.

Alianza PSOE-Ciudadanos contra el AVE

Pues bien. Según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes de ambos partidos, el PSOE y Ciudadanos presentarán en el Congreso, en los primeros meses de la próxima legislatura, un Plan de Transportes y Infraestructuras alternativo.

Su idea es someterlo a la aprobación del Parlamento, con el mayor consenso posible, para garantizar la estabilidad de las actuaciones que España necesita a medio y largo plazo.

Finalizar solo las inversiones pendientes

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD revelan que el plan contempla finalizar solo las inversiones ya presupuestadas en materia de grandes infraestructuras.

De esta manera, se completarán los distintos corredores pendientes, adecuando los proyectos a la demanda realmente existente, a criterios de cohesión territorial y a la planificación definida en la Red Transeuropea.

Se desarrollarán los corredores de la Red Transeuropea mejorando los estándares operativos de las líneas y con puntos de acceso adecuados a la Red (terminales intermodales interiores y conexión con las terminales ferroportuarias). Consideran que la mejora de los servicios ferroviarios es esencial para el objetivo de trasvasar carga de la carretera al tren.

Prioridad a la seguridad que a la obra nueva

También plantearán prestar más atención a la mejora y mantenimiento de infraestructuras ya existentes en detrimento de obras nuevas. Pondrán el énfasis en el servicio de transporte que se facilita con la infraestructura y no en la infraestructura en sí misma.

Se dará prioridad absoluta a las actuaciones necesarias para la mejora de la seguridad del sistema de transporte. Para ello, se priorizarán las inversiones ligadas a la mejora de índices de seguridad y accesibilidad.

 

Movilidad de pasajeros en áreas metropolitanas

Otro de los puntos fuertes que han tratado ambos partidos, en reuniones recientes, es centrar la atención en la movilidad de pasajeros metropolitanos.

Proponen, por tanto, desarrollar los compromisos adquiridos en los convenios firmados por la Administración General del Estado y las Comunidades Autónomas en materia de Planes de Transporte de Cercanías de las grandes ciudades y áreas metropolitanas.

Rechazo a la construcción de infraestructuras aisladas

También pondrán el énfasis en el concepto de “cadena logística” y no en la visión de las infraestructuras aisladas.

Consideran que un buen desarrollo de ciertas infraestructuras no tiene sentido si se producen cuellos de botella en otros eslabones de la cadena (conectividad portuaria, estrangulamientos en las infraestructuras lineales, falta de infraestructuras nodales multimodales, etc).

Como se ve, un plan que mantiene pocos puntos de coincidencia con el programa del Partido Popular. No es difícil pensar, por tanto, que este será uno de los asuntos que exigirá grandes dosis de negociación en el nuevo parlamento que salga de las elecciones del 20 de diciembre, si se quiere llegar a consensos.

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