Supervisión de las aseguradoras: en el Ministerio de Economía nadie sabe cómo cumplir las órdenes de Pedro Solbes sin levantar ampollas
Las órdenes son claras. La Dirección General de Seguros debe convertirse en un mero registro en el que se apunten las compañías que ofrezcan pólizas de seguros. La supervisión de cuentas y actividades ordinarias tiene que salir de Economía. Todos conocen la meta, pero nadie en el Ministerio parece saber cómo hacerlo sin levantar ampollas.
Los técnicos recomiendan que las cuentas de las aseguradoras sean supervisadas por el Banco de España, que ya tiene experiencia en fiscalizar hasta el último céntimo que mueven los bancos sin poner en riesgo la solvencia de las entidades. Pero también proponen que las empresas de seguros envíen información periódica a la CNMV de manera similar a como lo hacen las cajas, que no cotizan en bolsa pero explican públicamente sus actividades a través de sus informes de gobierno corporativo a la CNMV.
El presidente de este organismo, Manuel Conthe, no es muy partidario de mezclar en la Comisión informaciones de empresas cotizadas y no cotizadas, y está trabajando incluso en la redacción de unos nuevos criterios para que la CNMV no se convierta en un buzón de comunicaciones varias, poco relevantes para inversores y para el público en general pero que ahora son obligatorias.
La cuestión tiene difícil solución, porque Conthe no quiere más sectores con supervisión compartida como las cajas, y en Economía hay quienes dicen que las cuentas estadísticas globales que haría el Banco de España, como ya lo hace con bancos y cajas, no es suficiente, ya que estos tienen más controles externos aunque no coticen.
Al final todo indica que habrá responsabilidad compartida y que Economía podrá argumentar en Bruselas que los seguros españoles ya son supervisados por organismos independientes del ministerio.
