El secretario general estaba dispuesto a seguir en el cargo

Toxo abandona CCOO tras descubrir que el sindicato se ha ‘podemizado’

Ha recorrido durante un mes las sedes de toda España y ha constatado un movimiento creciente de dirigentes críticos que defienden las posiciones de Pablo Iglesias

Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC.OO
Ignacio Fernández Toxo, secretario general de CC.OO

Ignacio Fernández Toxo estaba dispuesto a optar a un tercer mandato al frente de CCOO. Así lo permiten los estatutos del sindicato. Ha preferido dar un paso atrás pero su salida no ha sido tan pacífica como se ha presentado. Ha rechazado dar la batalla contra un movimiento creciente de dirigentes críticos en la mayoría de las federaciones de la organización.

La renuncia llega después de que Josep María Álvarez asumiera el liderazgo de UGT hace unos meses, en sustitución de Cándido Méndez, que permaneció en el cargo durante 22 años.

Desde principios de febrero, según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los contactos, Fernández Toxo ha mantenido encuentros reservados con los líderes de federaciones y territorios de toda España. “Quería saber su opinión”, explican en su entorno.

En esas reuniones, la dirección de CCOO ha ido identificando a los sectores más críticos con la actual ejecutiva en la línea de promover un “cambio revolucionario”.

Se les asocia con movimientos capitaneados por dirigentes vinculados a Podemos. Al menos, se inclinan más por las posiciones que defiende el partido de Pablo Iglesias. Exigen una profunda renovación de la organización, un movimiento que “no puede pasar por las mismas caras”.

Entre sus propuestas más destacadas figuran que se supriman los privilegios de los liberados y que se abandonen todos los consejos de administración de compañías donde se mantenga todavía la representación sindical.

En la cúpula de Comisiones Obreras reconocen que, día a día, esta corriente ha ido ganando cada vez más adeptos.

Los dirigentes críticos consideran que el actual modelo defendido por las dos grandes centrales, UGT y CCOO, está siendo rebatido tanto desde dentro de las organizaciones, como desde la sociedad en su conjunto. “A Toxo y Álvarez sólo les preocupa hacerse fotos con el Gobierno y los empresarios”, reprochan a ambos.

Fernández Toxo no se iba a enrocar

Fuentes próximas a la dirección de CCOO, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, explican que Toxo ha rechazado ahora dar la batalla contra este sector crítico con su gestión. De hecho, venía comentando a sus más íntimos que daría un paso atrás en el próximo congreso, si eso era bueno para el sindicato.

Ha tenido en cuenta también que está a punto de cumplir 65 años. Ese momento aconseja que nuevos dirigentes den un paso al frente en la organización. “No tendría sentido exigir rebajar la edad de jubilación y perpetuarse en el cargo más allá”, le han recordado en los últimos días en algunos de estos encuentros. Una postura que, por otro lado, Toxo también comparte.

 

Sus segundos se resisten al relevo

Los segundos niveles de la organización son los que se venían resistiendo al relevo de Toxo. Le animaban para que continuase porque, con su retirada, la mayoría de ellos van a perder los cargos. Muchos, incluso, no conocieron hasta hace una semana los planes concretos del secretario general en la línea de una retirada.

Toxo fue revelando progresivamente estas intenciones a sus más allegados, según ha confirmado ECD. Pero ha decidido retrasar lo máximo posible el anuncio de esa decisión. Era consciente de que, comunicar con más de tres meses de antelación su renuncia, provocaría una guerra interna para sucederle. Ese escenario abriría la puerta, además, a una lucha de poder que indignaría aún más a los afiliados y ciudadanos.

Las tarjetas opacas, la puntilla

El malestar en las bases de CCOO por los graves escándalos que han afectado al sindicato, sobre todo con las tarjetas opacas de Caja Madrid, es monumental.

Fuentes internas del sindicato explican a El Confidencial Digital que el escándalo de las ‘black’ ha sido sobre todo el motivo que ha colmado la paciencia de la organización a todos los niveles, pero más aún entre las bases y los cuadros medios.

De los 86 directivos y consejeros de Caja Madrid que hicieron uso de tarjetas de crédito opacas, con un gasto total de 15,25 millones de euros, tres de ellos fueron elegidos en candidaturas sociales o en entidades representativas a propuesta de CCOO de Madrid.

Esta circunstancia, reconocen en la organización, ha provocado que miles de militantes en toda España se hayan visto obligados, día sí y día también, a dar explicaciones ante la opinión pública, en las empresas, y ante los compañeros de otros sindicatos. Una situación que se ha recrudecido, en las últimas semanas, con la publicación de la sentencia de la Audiencia Nacional.

No hay sintonía con Pepe Álvarez

Un dato más. Las relaciones entre Ignacio Fernández Toxo y Josep María Álvarez tampoco son tan fluidas como lo eran con Cándido Méndez.

Incluso se han registrado episodios de claras discrepancias públicas. La primera demanda de una subida salarial para 2016 de UGT (un 4%) iba mucho más allá de lo que pretendía poner sobre la mesa CCOO. Toxo apostaba por priorizar la creación de empleo en la negociación. Finalmente, hubo acuerdo, pero públicamente quedó manifiesta la diferencia.

También se han tensado las relaciones entre ambos por la distinta postura ante una eventual huelga general contra el Gobierno del PP. Álvarez juega ambiguamente con la idea cada vez que se le cuestiona. Toxo, sin descartarla, se ha ido distanciando de la convocatoria mientras haya negociaciones abiertas.

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