“O estás aquí, o allí”. Aena prohíbe a su presidente hacer campaña electoral con Salvador Illa
Los accionistas han lanzado un ultimátum a Maurici Lucena, nominado como vicepresidente económico por el candidato del PSC si llega a la Generalitat
Maurici Lucena se convirtió en presidente de Aena en 2018. Menos de tres años después, si el PSC se impone en las elecciones catalanas del 14 de febrero, dejará la empresa estatal y volverá a la política como vicepresidente económico de un Gobierno presidido por Salvador Illa. Un anuncio que ha caído como una bomba en la compañía.
Sin embargo, según ha podido confirmar Confidencial Digital por fuentes próximas al gestor aeroportuario, Lucena no podrá volcarse en la campaña electoral en Cataluña, tal y como se supone que lo haría, en condiciones propicias, el aspirante a un cargo de tal relevancia.
El hecho de que Lucena siga, de momento, en Aena no es tampoco ningún consuelo para algunos inversores susceptibles, que ven que el directivo sólo mantendrá sus objetivos profesionales en el gestor aeroportuario si el PSC no consigue el objetivo de situar a Salvador Illa como president.
“O estás aquí, o estás allí”, han trasladado al presidente algunos directivos de la cotizada en los últimos días, tras conocerse su eventual nombramiento como vicepresidente económico de la Generalitat
Además, algunos accionistas critican que Aena será a partir de ahora “plato de segunda mesa” para el actual primer ejecutivo. Y se han desatado también las dudas sobre la confianza que ofrece al mercado un directivo que ya ha dejado claras sus prioridades.
Hay que recordar que la compañía se apresuró a mandar un comunicado dejando claro que Maurici Lucena continuará en el cargo “con dedicación exclusiva” hasta que se sustancien los comicios del 14 de febrero.
Lucena percibió el último año una retribución de 168.000 euros, muy lejos de los grandes salarios del Ibex, en tanto que es una empresa con mayoría del Estado, pero muy por encima de ministros y otros altos funcionarios.
Momentos convulsos para la empresa
Se tiene en cuenta que la compañía no pasa por su mejor momento. Los accionistas aún esperan el golpe final de las cuentas consolidadas del año pasado -que la empresa presentará diez días después de la cita con las urnas-.
Por el momento, los inversores cuentan con un desplome histórico en el tráfico, tras una caída superior al 72% al cierre del año anterior, y con unas pérdidas de 172 millones solo en los seis primeros meses de 2020. Unas serias turbulencias, reconocen en la empresa, provocadas por el impacto de la pandemia en el sector aeronáutico.
