Bankia desaparecerá de las calles en primavera

CaixaBank ya tiene muy adelantados sus planes para implantar en abril su imagen de marca en las sucursales, nada más conseguir las autorizaciones para la integración legal

Bankia está a punto de desaparecer como marca visible en las sucursales a pie de calle después de su fusión con CaixaBank, poniendo fin a una historia de menos de diez años en la que había logrado reponerse tras los escándalos de las ‘tarjetas black’, la propia salida a Bolsa o el rescate que puso en jaque al conjunto de la economía española.

Aunque el germen de Bankia se fragua desde 2010, la historia real de la entidad comienza en marzo de 2011, cuando el entonces presidente del grupo, Rodrigo Rato, presenta la marca en un acto multitudinario en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Un nombre corto y potente, sin ningún guiño a las marcas de las siete cajas que la integraron -Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias y las cajas Laietana, Ávila, Segovia y Rioja-, que se dio a conocer con anuncios en la calle, en radio y televisión que animaban a ser “banqueros” participando en la inminente salida a bolsa.

Desembarco inmediato de CaixaBank

Aunque la marca Bankia convivió casi un año desde su creación con la denominación de las antiguas cajas de ahorros en sus territorios de origen, poco a poco se fue imponiendo el nuevo nombre y la idea de que era una nueva entidad, aunque acarreara lastres del pasado.

Ahora, CaixaBank está trabajando con celeridad para que, una vez conseguidas todas las autorizaciones para la integración legal prevista en el primer trimestre de 2021, todo esté listo para empezar a colar inmediatamente después el logo de CaixaBank y su cartelería en las oficinas de la entidad absorbida.

Se prevé que la unión legal y de los títulos que cotizan en Bolsa se cierre en el primer trimestre de este año. De esa manera, el nuevo banco mantendrá la marca CaixaBank, mientras que la de Bankia desaparecerá de la red de sucursales a partir del mes de abril y de forma inmediata.

Fuentes financieras destacan que la entidad de origen catalán cuenta con una denominación más asentada y conocida entre la sociedad y sus clientes, mientras que el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri arrastra algunas sombras de sus problemas del pasado.

Antes de la integración tecnológica

Aunque el cambio se irá ejecutando de manera progresiva en los meses siguientes, la unificación de la marca de ambas entidades de cara a los clientes se adelantará en todo caso a la integración de la plataforma tecnológica y de servicios de ambas entidades.

Hay que recordar que la unión de sus plataformas para operar de forma única aún se prolongará al menos hasta finales de año, momento en que los dos bancos consideran que se podrá dar por cerrada la integración.

 

No habrá un periodo de transición

En cambio, la entidad catalana optó por un periodo de transición y de convivencia entre las marcas CaixaBank y Banco de Valencia en las provincias de Valencia y Castellón que ha durado algo más de tres años.

Tras este periodo, CaixaBank consideró que apostar por su marca como única denominación favorecía la transparencia y la cercanía en su relación con los clientes, además de destacar la notoriedad del banco líder en España.

El desgaste de la marca Bankia

El debut bursátil de Bankia fue de uno de los grandes golpes para la marca, pero ni de lejos el único, pues también se vio salpicada por las preferentes; el escándalo de las ‘tarjetas black’, que mantiene a Rato en prisión, y por el rescate del grupo.

Es ahí cuando entra en acción José Ignacio Goirigolzarri, que relevó al ex director gerente del FMI en la presidencia de Bankia en mayo de 2012 y planteó una recapitalización de la entidad que obligó directamente a España a pedir apoyo a sus socios europeos para poder destinar más de 22.400 millones a reflotar el grupo.

A pesar de esos duros ajustes, el nuevo equipo trató de marcar distancias con el pasado, quiso dar ejemplo con los sueldos limitados de su cúpula y se esforzó por recuperar el ánimo de sus trabajadores y mantener su clientela.

El lema era “Empecemos por los principios”, que unido a la gestión profesional y a una campaña para librar de comisiones a los clientes más fieles, permitió que la marca Bankia fuera poco a poco ganando prestigio y ganara fuerza tras integrar a BMN, el banco creado por Caja Murcia, Caja Granada y la balear Sa Nostra.

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