Calviño y Valerio, cabecillas del Gobierno para pararle los pies al Banco de España

Han convencido a Pedro Sánchez de que es el “enemigo a batir” para evitar cuatro años de ataques continuos a la política económica

Magdalena Valerio y Nadia Calviño.
Magdalena Valerio y Nadia Calviño.

El Gobierno acaba de protagonizar un sonoro encontronazo con el Banco de España. Un reproche sin precedentes en boca de una secretaria de Estado. Le ha reclamado que pida “perdón” por las alertas de destrucción de empleo que iba a provocar la subida del salario mínimo. Una ofensiva que han impulsado Nadia Calviño y Magdalena Valerio.

Desde la llegada del PSOE a La Moncloa hace un año, las medidas económicas anunciadas por Pedro Sánchez y su gabinete han sido cuestionadas por el supervisor en varias ocasiones.

Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes próximas al Ejecutivo, el Banco de España “ha colmado la paciencia”, esta vez sí, de los ministerios del área económica.

Algunos de sus máximos responsables han comenzado a estallar y a comentar en privado que están “hartos” y que no están dispuestos a permanecer “quietos” durante cuatro años ante los ataques del supervisor a la política económica.

Hasta ahora, se habían mantenido prudentes, pero ante las perspectivas de poder mantener el Gobierno socialista hasta 2023, han decidido “pasar al ataque”.

“Pararle los pies” al Banco de España

Así, el reproche que lanzó este martes la secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, durante la presentación de las cifras de paro correspondientes al mes de mayo, es sólo un ejemplo de la ofensiva que la cúpula económica del Ejecutivo ha comenzado a desplegar para “pararle los pies al Banco de España”.

Valdeolivas criticó duramente al servicio de estudios del supervisor y al propio gobernador, Pablo Hernández de Cos.

Le acusó de provocar “alarma social” y de “falta de rigurosidad”. Por si esto fuera poco, le exigió que reconociera el “error” en sus predicciones sobre el empleo que podría destruir la subida del SMI.

Revuelo en el mundo político y económico

Fuentes económicas de alto nivel destacan a ECD que es la primera vez que un miembro del Gobierno pone en duda la forma de realizar los análisis del Banco de España, al dejar caer que podrían ser datos no rigurosos. “Quiero pensar que los datos se hicieron de forma rigurosa”, dijo Valdeolivas.

 

El tono bronco tampoco tiene precedentes. Por ello, las declaraciones de la secretaria de Estado de Empleo han provocado un enorme revuelo en el mundo político y económico. Como ejemplo, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, consideró un “error” que el Ejecutivo “salga a criticar así” al Banco de España.

También afirmó que es prematuro concluir que el SMI no ha afectado negativamente al empleo porque “estas cosas hay que verlas en el tiempo”. “¿Y quién nos dice que no se podría haber creado más empleo?”, se preguntó.

Calviño y Valerio, las cabecillas de la ofensiva

Pues bien. Las fuentes del Gobierno a las que ha tenido acceso ECD señalan a dos ministras como las “cabecillas” de esta ofensiva contra el Banco de España. Citan a Magdalena Valerio, cuya número dos protagonizó el encontronazo de este martes, y a Nadia Calviño.

En el caso de Calviño, destacan la creación de la autoridad sancionadora para proteger a los clientes de los abusos de la banca. Se interpreta como la principal respuesta de la ministra de Economía para visibilizar que el Banco de España “no hace lo suficiente” para proteger a los consumidores.

Ha obviado completamente que en España ya existe un organismo “independiente” con la autoridad necesaria para proteger a los clientes de los posibles abusos de los bancos.

En efecto, el Banco de España cuenta con una oficina virtual de quejas, reclamaciones y consultas, para ofrecer esta protección a los ciudadanos frente a la banca. Además, cuenta con una oficina presencial para estos trámites en su sede, en la calle Alcalá 48 de Madrid.

Tampoco se olvida que, pese a ser un organismo creado por Economía, el anuncio de su puesta en marcha fue protagonizado por Pedro Sánchez. Lo realizó en plena polémica con el Supremo por la decisión de quién debía asumir el impuesto de las hipotecas (los bancos o los clientes). Se vendió además como una promesa personal del presidente.

Han convencido a Pedro Sánchez

Fuentes de la cúpula económica del Gobierno, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, admiten que las duras críticas contra una de las medidas estrella del Ejecutivo, como es la subida del SMI, han indignado también a Pedro Sánchez.

Convencido por las dos ministras, el presidente ha comenzado a ver al Banco de España como “un enemigo a batir” si quiere evitar cuatro años de “reproches continuos” a la política económica del Gobierno.

En Moncloa destacan que el cargo de gobernador ha perdido mucha importancia, con el traspaso al BCE de las competencias de supervisión sobre los doce mayores bancos españoles. Ya no tiene el poder que ostentaron en su día MAFO, Jaime Caruana o Mariano Rubio.

Pero, aunque las decisiones se tomen en Frankfurt, se aplican aquí. Y la forma de ejecutarlas es crucial en muchos casos. Ponen como ejemplo ilustrativo la inspección al Banco Popular que determinó la necesidad de hacer una macroampliación de capital o vender el banco y que, a la postre, desembocó en su desaparición por resolución.

Tampoco pasan por alto la proyección mediática: “El Banco de España es un púlpito muy atractivo, desde donde se pueden criticar duramente las reformas económicas del Ejecutivo”.

Pese a ello, Sánchez es consciente de que no tendrá un gobernador de su cuerda, como mínimo, hasta dentro de cinco años, cuando concluya el mandato de Pablo Hernández de Cos, nombrado por Rajoy pocos días antes de triunfar la moción de censura que puso fin a su mandato como presidente del Gobierno.

No se ha retractado ni un milímetro

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, mostró carácter al estrenarse el pasado mes de noviembre en el Congreso de los Diputados. Y no precisamente a favor del Gobierno.

Advirtió de que la subida del salario mínimo anunciada por el Ejecutivo perjudicaría “a los más vulnerables”, y que, como tal, resultaba contradictorio que Pedro Sánchez justificara que no pensaba adelantar las elecciones por su “agenda de cambio social”, de apoyo a los débiles.

Lejos de retractarse, como sí han hecho otros organismos como la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), el Banco de España se reafirmó la semana pasada en su informe anual de 2018 sobre los efectos de la subida del SMI.

Concluyó que era “prematuro” afirmar que la subida del salario mínimo del 22,3%, aprobada para este año, no esté impactando en el empleo. Defendió que se disponen de “muy pocos datos agregados”, e insistió en la conveniencia de ligar las subidas salariales al aumento de la productividad.

Hay que recordar que, en un primer análisis publicado en el mes de febrero, el supervisor apuntaba que la medida de subir el SMI a 900 euros podría suponer la destrucción de 125.000 empleos, el equivalente al 0,8% de los 16 millones de ocupados a tiempo completo existentes en el mercado laboral.

La AIReF había destacado en un informe que, con la subida “sin precedentes” del SMI, se reducía la brecha entre el salario mínimo español y el del resto de economías desarrolladas. Y que esta medida aumentaría la remuneración de los asalariados en 700 millones de euros; y la renta disponible en 1.750 millones.

Además, los 125.000 puestos de trabajo menos que calculaba el Banco de España se quedaban en sólo 80.000 en las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. 

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