Los compradores de vivienda de lujo huyen ahora de las casas grandes de los Barrios de Salamanca y Sarriá
Priorizan que cuenten con jardín, luz natural, terrazas, o con plaza de parking en el mismo edificio
Los compradores de viviendas de alta gama, que en términos generales se pueden definir como aquellas que superan la cifra psicológica del millón de euros, buscan parámetros distintos en los últimos tiempos. El mercado inmobiliario, después de la pandemia, está atravesando por una situación de incertidumbre debido a la subida de los tipos de interés, el alza del Euribor (que ya supera el 3,5%), y la crisis inflacionista.
Elizabeth Hernández, directora en Cataluña y Baleares de la inmobiliaria de lujo BARNES, ha comentado a Confidencial Digital que “la vivienda de lujo es un bien escaso al alcance de pocas personas. Además, no tienen por qué tener un importe estratosférico, sino que puede ser un ático singular, o un apartamento pequeño con una vista espectacular”.
Por su parte, Ferran Font, portavoz y director de estudios de pisos.com, ha explicado a ECD “que una vivienda de lujo reúne una serie de características. Suele estar en ubicaciones muy concretas o zonas exclusivas. Normalmente se localiza en lugares tranquilos, y a pesar de ello cuenta con todos los servicios. Además, a nivel de precio tiende a estar por encima del millón de euros, aunque al final importa más la calidad que el precio en sí”.
¿Qué demanda el comprador de lujo?
Iñaki Unsain, Personal Shopper Inmobiliario de Barcelona, ha expresado a este medio que en la Ciudad Condal “una vivienda de lujo es aquella que supera el millón de euros”. Asimismo, ha remarcado que “en la zona alta de Barcelona” -compuesta por los tradicionales barrios de alto standing de Pedralbes, Sarrià y Sant Gervasi- “las viviendas muy grandes que superan el millón de euros, desde mi percepción, cuesta más venderlas y el interés que generan ha disminuido porque sus costes de mantenimiento, al igual que los gastos de comunidad, son elevados. Al final son casas amplias y de gama alta, que suelen comprar familias para vivir, o a modo de segunda residencia, y en la actualidad ya no tienen tanta demanda”.
La directora de BARNES en Cataluña y Baleares ha asegurado que, tras la pandemia, “el comprador de inmuebles de alta gama valora aspectos como las terrazas amplias, los jardines, o que se cuente con plaza de parking en el mismo edificio”. Además, ha añadido que “ahora vemos que, como tendencia, el interés por las viviendas con muchos metros cuadrados se está reduciendo, como las que tradicionalmente se daban en el Barrio de Salamanca de Madrid o en Sarriá en Barcelona”.
Igualmente, Font ha resaltado que “en general lo que busca un comprador de vivienda de lujo es exclusividad. Aunque también se dan casos de compra como inversión, como una oportunidad de mercado, y especialmente en un escenario que cuente con un marco regulatorio estable”.
El lujo y la inflación
En un contexto inflacionista como el actual, desde BARNES manifiestan que “los activos inmobiliarios son lo mejor para protegerse contra la inflación. Y esto se concreta más en la vivienda de lujo, que al final es un bien escaso y al alcance de poca gente”.
Unsain ha comentado que “la inflación afecta más a las viviendas de obra nueva, ya que los costes de materiales han subido, y en general todos los costes asociados a la construcción. Respecto a las viviendas de segunda mano, la crisis de precios no ha tenido tanta repercusión”.
En pisos.com consideran que en “un momento de inflación vemos cómo la demanda de inmuebles se activa, y el valor refugio de una vivienda de lujo evita la pérdida de poder adquisitivo”.
