Los trucos de los controladores para boicotear el tráfico aéreo sin coste para ellos: bajas exprés, no hacer huelga para no perder dinero, turnos según la programación de cada torre

En plena negociación de un nuevo convenio colectivo con AENA, los controladores aéreos tienen bien estudiada su estrategia para ejercer presión sobre la empresa pero evitando que el ente público pueda tomar represalias contra ellos.

Según fuentes del sector aeronáutico, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, así han organizado los controladores sus protestas de cara al verano:

-- Los controladores practican una “huelga encubierta”. No van a la huelga de modo abierto porque, si se declaran legalmente en huelga, perderían dinero: el que dejarían de percibir por cada día no trabajado.

-- Están recurriendo al sistema de coger bajas “exprés”, es decir, ausencias de cinco días de duración como máximo. Así evitan que la Seguridad Social, a partir del quinto día de baja, pueda exigir un examen médico del empleado.

-- Van alternando los aeropuertos: Gerona, Valencia, Barcelona, Madrid, y así sucesivamente.

-- El número de persona que se coge la baja coincide siempre –“ni uno más, ni uno menos”- con las justas para ralentizar el servicio pero no interrumpirlo del todo.

-- AENA, cuando tiene notificadas las bajas, recurre a un listado de personal, a los que cita para que cubran el hueco. Y lo que está sucediendo es que ese personal, primero confirma su disponibilidad para acudir pero, muy poco antes del momento de incorporarse a su puesto, llama alegando enfermedad.

-- Algunas de las bajas se han cursado sin certificado médico.

-- La autoridad pública aeroportuaria es consciente de que las bajas aducidas resultan inverosímiles, porque siempre coinciden con la programación de las distintas torres de control, lo que revela que antes han hecho un estudio de esa programación. En Madrid ha llegado a haber treinta y cinco personas con baja de entre las que tenían que trabajar.

-- En el ministerio de Fomento existe un alto grado de malestar por la actitud de los controladores. Y apuntan que, si el estado de salud de ese colectivo es tan precario como muestran las numerosas bajas, “habría que replantearse la capacidad física y psíquica de algunos controladores. Es decir, ver si efectivamente están en condiciones de salud para desempeñar una función tan delicada”.

Fuentes de AENA consultadas por ECD afirman que el ente público entiende que estamos asistiendo a “escaramuzas propias” del proceso de negociación colectiva, pero desde Fomento se advierte a los controladores de que, en el nuevo convenio, han de “perder privilegios”, porque “se ha cambiado de escenario en este país” y los controladores españoles siguen “a la cabeza en sueldo y a la cola en productividad” en el marco de la Unión Europea.