El desarrollo del turismo rural en España se resiente tras años de picaresca: ahora se conceden las ayudas con cuentagotas

El sector del turismo rural español sufre las consecuencias de la llamada ‘picaresca de las subvenciones’: las administraciones están endureciendo sus criterios de concesión para evitar la proliferación de casas rurales ‘fantasmas’.

En la Asociación Española de Profesionales del Turismo (AEPT) reconocen a El Confidencial Digital que “es algo que se ha oído en los últimos años” aunque a día de hoy, está bastante controlado.

Fuentes de este organismo especifican que el ‘apogeo’ de las solicitudes de subsidios para construir, reformar o potenciar las que dieron en llamarse como ‘casas rurales fantasmas’ se dio entre 2005 y 2007, cuando se repartieron miles de euros bajo el paraguas de los fondos estructurales de la Unión Europea.

Según fuentes oficiales cercanas a la gestión de estos temas en Extremadura, Castilla La Mancha o Galicia, a día de hoy, “puede que se sigan dando casos, pero desde luego, nosotros no tenemos constancia”.

Empresarios del sector consultados por este confidencial denuncian que muchos de sus vecinos, “que no se dedican a esto”, han obtenido ayudas de las autoridades provinciales, autonómicas o centrales para realizar reformas en sus viviendas o parcelas.

La excusa: que iban a utilizar estos inmuebles como apartamentos casas rurales. En algunos casos estas subvenciones ascienden hasta el 85% del total de las inversiones realizadas y cubren desde reparaciones hasta la construcción íntegra de la vivienda en cuestión.

“Ahora nos lo ponen mucho más difícil a los que de verdad nos dedicamos al turismo rural”, lamentan los propietarios de varios de estos alojamientos.

Así lo reconocen desde las propias instituciones de turismo, comercio y desarrollo rural encargadas de llevar a cabo los estudios prospectivos y análisis de los planes de negocio. Además, aseguran que se mira todo con lupa para evitar todo tipo de irregularidades.

“A muchos tenemos que llamarles prácticamente a diario, haciéndonos pasar por posibles huéspedes para ver si hay o no habitaciones disponibles”, explican algunos de estos técnicos a ECD. Los encargados de realizar este tipo de inspecciones añaden que el seguimiento a cada una de las nuevas casas rurales va de los 5 a los 10 años, dependiendo de la legislación autonómica.

Las zonas geográficas en las que están teniendo más eco las consecuencias de esta picaresca son Extremadura, Galicia, Asturias o Andalucía, de acuerdo con fuentes del sector.

 

En cuanto a cuáles son las ayudas económicas más codiciadas, la mayoría de estos profesionales de la hostelería y el turismo coinciden al señalar las subvenciones para señalizaciones y cartografía, así como las ayudas para crear sus propias páginas Web o facilitar a sus empleados formación específica.

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