Los expertos consideran un “grave error” las fusiones de cajas de ahorros de la misma región: integración lenta, duplicidad de redes, cierre de sucursales y más paro

Las cajas de ahorros abordan uno de los procesos de reestructuración más importantes de su historia. Sin embargo, la maraña política está provocando que muchas de las fusiones presenten un elevado arraigo regional poco deseable. Una integración lenta, la duplicidad de redes y el cierre de sucursales con el consiguiente aumento del paro pueden ser algunas de las consecuencias negativas de estas operaciones.

Según los expertos económicos de alto nivel, a los que ha tenido acceso El Confidencial Digital, la concentración geográfica no parece la mejor solución para el proceso de reestructuración del sector de las cajas de ahorros.

Uno de los principales inconvenientes con los que se encuentran este tipo de operaciones es que se pierden recursos. El cierre de sucursales es el mayor lastre que puede provocar, con un aumento del paro en esas comunidades a corto plazo. El coste humano sería enorme, ya que al personal despedido y prejubilado de la red de oficinas, habría que sumarle el de los servicios centrales.

Existe un número significativo de oficinas de cajas de ahorros que no aportan rentabilidad ni el valor adecuado al negocio. Si dos entidades con zonas de influencia regionales distintas se integran, tienen la posibilidad de cerrar un número importante de estas oficinas en pérdidas o poco rentables, rebajando costes fijos y aumentando la rentabilidad.

Por el contrario, en la mayoría de las fusiones regionales planteadas, se daría prioridad al cierre de oficinas por coincidencia local sobre la rentabilidad. El número de sucursales que habría que cerrar sería enorme, pues las entidades a fusionarse han abierto oficinas en los mismos lugares donde lo hacía la otra.

Las mismas fuentes explican que estas operaciones también se encuentran con una importante duplicidad de redes, es decir, no se pueden explotar las sinergias. Además, hay que tener en cuenta que se trata de entidades que han estado compitiendo en una misma región.

El factor político no es ajeno a esta situación. Más, cuando el ámbito de competencia sobre cajas recae, en gran medida, en los Gobiernos de las Comunidades Autónomas. Según los expertos consultados, los Ejecutivos regionales tienen que desterrar la idea de poseer una entidad propia. “Hay que olvidarse de operaciones políticas y centrarse en criterios técnicos”, matizan.

Entre las cajas que han optado por fusionarse con entidades de su misma región se encuentra Caixa Nova y Caixa Galicia que “no han tenido, precisamente, un camino de rosas en su integración”, según destacan los mismas fuentes. En el caso de las cajas gallegas se cerrarán 204 oficinas y cerca de un millar de empleados serán prejubilados.

También en Castilla y León se ha llevado a cabo una fusión entre cajas de la misma Comunidad. Es el caso de Caja España y Caja Duero. Su red actual cuenta con 1.160 oficinas, así como casi 6.000 empleados en conjunto. Su unión desembocará en el cierre de más del 20% de las sucursales (250) y tendrá efectos similares sobre el empleo: entre 1.200 y 1.400 despidos y prejubilaciones. El reparto de poder también provocó la salida de la fusión de otras entidades de la región como Caja Burgos, Ávila y Segovia.

 

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