La Generalitat boicoteará a todas las empresas que descartan volver a Cataluña

La ausencia del Govern en los Premios Planeta es el inicio de una campaña para escenificar el plante en los actos organizados por La Caixa, Banco Sabadell, Naturgy, Abertis...

Quim Torra, presidente de la Generalitat de Cataluña.
Quim Torra, presidente de la Generalitat de Cataluña.

El plante de Quim Torra a Planeta es un aviso a navegantes. El presidente de la Generalitat tiene previsto plantar a todas las empresas que renieguen de volver a Cataluña en los actos que organicen en los próximos meses. El veto será seguido también por el resto de los miembros del Govern.

Ni el presidente de la Generalitat ni la consellera de Cultura, Quim Torra y Laura Borrás, estuvieron presentes en la edición del Premio Planeta 2018.

La cena de entrega de uno de los galardones de novela en español más destacados reunió este lunes en Barcelona al ministro de Cultura, José Guirao, la directora general del Libro, Olvido García Valdés; las alcaldesas de Barcelona y de l’Hospitalet de Llobregat, Ada Colau y Núria Marín, y los ex presidentes Artur Mas y José Montilla.

Se congregaron aproximadamente un millar de invitados en el Palau de Congressos de Catalunya, con el presidente del Grupo Planeta, Josep Crehueras, como anfitrión. Pero lo más llamativo fue que era la primera vez que no acudía ningún miembro del Govern.

Planeta descartó devolver su sede social a Barcelona

El Grupo Planeta había considerado unas horas antes que no se dan las condiciones para volver a ubicar su sede social en Cataluña. “Mantenemos firme la decisión de continuar fuera de Barcelona”, aseguró el domingo el presidente del grupo, José Creuheras, durante la rueda de prensa de presentación del Premio Planeta de novela.

Según Creuheras, “las condiciones no han cambiado”, en referencia a la situación política derivada del desafío independentista. Justificó la decisión por la “inseguridad jurídica” y por la defensa de “los intereses de nuestros accionistas y colaboradores”.

“No nos lo hemos planteado”, afirmó Creuheras sobre si Planeta ha sopesado corregir la decisión de hace un año. El grupo tomó la decisión de trasladar la sede a Madrid el 11 de octubre del año pasado, antes de la cena de entrega del Planeta 2017, a la que sí asistió entonces un miembro de la Generalitat: el conseller de Empresa, Santi Vila.

Plante a las empresas que reniegan de regresar a Cataluña

Así, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes internas de la Generalitat, Quim Torra ha decidido boicotear a todas las empresas que descartan regresar a Cataluña. Planeta ha sido la primera.

A partir de ahora, la idea es poner en marcha una campaña para escenificar el plante en los actos organizados por compañías que rechazan, sobre todo públicamente, devolver su sede social a territorio catalán. Se citan entre ellas a las empresas catalanas importantes, como son CaixaBank, Sabadell, Naturgy o Abertis.

 

Hasta el momento, la Generalitat había intensificado los contactos con bancos y otras grandes compañías para que devolvieran su sede social a Cataluña un año después del 1-O. En total, más de 4.000 empresas abandonaron la región por el desafío independentista.

Por lo tanto, la cúpula económica del Govern había puesto en marcha una hoja de ruta que apostaba por el apaciguamiento con las grandes firmas que se fugaron por el peligro que la crisis política suponía para sus negocios.

Por ahora, ninguno de los dos grandes bancos de origen catalán se plantea la vuelta a Cataluña. CaixaBank y Sabadell han descartado con rotundidad el retorno. El consejero delegado de la primera, Gonzalo Gortázar, ha insistido en que el traslado no es temporal, mientras que el presidente de la segunda, Josep Oliu, ha llegado a declarar que no se siente “exiliado” en Alicante.

Tampoco tienen este asunto encima de la mesa otras destacadas corporaciones, como Naturgy o Abertis.

De las grandes compañías, solo una, Agbar, ha anunciado que vuelve a ubicar su sede en Barcelona. La noticia fue muy aplaudida en su momento por el independentismo. La razón es que aspiraba a que comenzara a partir de entonces un goteo de retornos en las semanas siguientes, que dos meses después no se ha producido.

Algunos sectores independentistas llevan tiempo proponiendo iniciar una campaña de presión contra estas compañías para denunciar que ya no son empresas catalanas. Sin embargo, desde el Govern se había exigido a estos sectores que tuvieran paciencia y que adoptasen un perfil bajo. Ahora el planteamiento de Torra acaba de dar un giro radical.

Tras anunciar la “ruptura de relaciones” con la Casa Real

Hace unos meses, la Generalitat también decidió romper relaciones con la Corona. Se convirtió en el enemigo preferente del independentismo radical tras la salida de Mariano Rajoy de La Moncloa. El Govern alimentó la animadversión hacia un rey que “no ha tenido ni una palabra de consuelo o apoyo a los heridos de la violencia policial”.

Aprovechando la visita del jefe del Estado a Tarragona para inaugurar los Juegos Mediterráneos, Quim Torra anunció que no volvería a invitar a ningún miembro de la Casa Real a un acto organizado por el Govern, se manifestó contra Felipe VI junto a la ANC y Òmnium, y recriminó al monarca “enviar a la Policía a apalear catalanes el 1-O”, haciéndole entrega de un libro y un informe del defensor del pueblo catalán “sobre la violencia policial en el referéndum”.

Torra culminaba así una jugada cuidadosamente madurada a lo largo de toda una semana, y que días antes acabó de perfilar en Berlín junto a Carles Puigdemont, ideólogo de la ‘encerrona’ a Felipe VI.

Después de tres jornadas amagando con plantar al rey, el president compareció ese mismo día en el Palau de la Generalitat para comunicar que, finalmente, sí acompañaría al monarca en la ceremonia de inauguración de los Juegos Mediterráneos.

Pero, lejos de presentar su decisión como una marcha atrás, como una rectificación forzosa, Quim Torra dio por iniciado un enfrentamiento institucional con la Corona que se propone mantener hasta que Felipe VI “pida perdón por dar cobertura y apoyo a la represión contra más de dos millones de catalanes” durante el 1-O.

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