El Gobierno prorroga el decreto anti-OPAS para proteger a Telefónica y Prisa

Moncloa ha valorado que en este momento es “la teleco más opable de Europa”. Vivendi estaba a la espera para decidir sobre el asalto a la propietaria de El País y la SER

Pedro Sánchez, con Isidro Fainé (izquierda) y José María Álvarez-Pallete (derecha).
Pedro Sánchez, con Isidro Fainé (izquierda) y José María Álvarez-Pallete (derecha).

El Gobierno lleva tiempo atento a la situación de Telefónica, sobre todo por la pérdida de valor de las acciones, rozando mínimos históricos, lo que le ha convertido en una compañía vulnerable en plena recuperación tras la pandemia. Moncloa ha valorado especialmente esa amenaza para prorrogar el decreto anti-OPAS hasta finales de año.

El Consejo de Ministros de este jueves ha prorrogado hasta el 31 de diciembre la obligación para que cualquier inversor extranjero, aunque sea de la Unión Europea, pida permiso expreso para comprar más del 10% de una empresa estratégica que cotice en la Bolsa o, en cualquier caso, si la inversión es superior a 500 millones de euros.

De este modo, se amplía el ámbito de aplicación de la suspensión del régimen de liberalización de determinadas inversiones extranjeras directas en España por motivos de seguridad pública, orden público y salud pública en los principales sectores estratégicos que se estableció tras el estallido de la pandemia.

Una amenaza sobre Telefónica

Fuentes conocedoras de la decisión del Gobierno explican a Confidencial Digital que el entorno de Pedro Sánchez en Moncloa ha valorado especialmente la situación en la que se encuentra Telefónica y ha tomado la determinación de buscar las vías necesarias para fortalecerla mediante ayudas desde el Estado.

En ámbitos empresariales no se pasa por alto ahora que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, fue uno de los grandes empresarios que acompañaron hace unas semanas a Sánchez en la presentación del programa ‘España 2050’, un acto al que, sin embargo, faltaron algunos de los principales ejecutivos del país.

“Tiene una buena venta política”

Desde el punto de vista político, en el equipo económico de Presidencia consideran que la maniobra tiene incluso una “buena venta de cara a la opinión pública”, porque se ‘salva’ a una empresa claramente estratégica, dada su presencia en ámbitos tan delicados como las telecomunicaciones, la ciberseguridad, etc.

Además, se puede esgrimir el ejemplo de otros países europeos, como ocurre en Francia y en Alemania, donde el Estado tiene una destacada presencia en el capital de empresas como France Telecom y Deutsche Telekom.

“La teleco más opable de Europa”

Hay que recordar que una de las consecuencias de la crisis del coronavirus ha sido la caída de los mercados de valores. Una situación que ha dejado a las grandes compañías españolas muy expuestas, en el punto de mira de una OPA, es decir, de una oferta no amistosa para adquirir todas o una mayoría de las acciones, como ha ocurrido con Naturgy.

En el Ejecutivo no se olvida ahora que el pasado mes de octubre el miedo a que la teleco española fuera ‘opada’ cobró fuerza al trascender el nombre de una compañía que podía estar interesada: Deutsche Telekom.

 

Varias informaciones aseguraron entonces que la alemana estaba analizando la viabilidad de lanzar una OPA sobre Telefónica en ese momento. Poco después de esto, el Gobierno sacó la ley anti-OPAS para inversores europeos.

En Moncloa destacan que “aquellas semanas fueron momentos críticos para Telefónica”. A finales de octubre estaba marcando los mínimos de toda la caída por la pandemia: los 2 euros y medio.

El Gobierno no introdujo la ley hasta mediados de noviembre. Por lo tanto, Deutsche Telekom podía haber comprado Telefónica a un precio históricamente bajo, a unos niveles que no se veían desde 2002. En aquel momento, el mercado interpretó que el decreto anti-OPAS frenó a Deutsche Telekom a realizar ese movimiento.

Fuentes de la cúpula económica del Gobierno concluyen que, si la alemana decidiera ahora retomar la operación, estaría comprando Telefónica un 55% más caro que en octubre. Pero aseguran que la amenaza sobre la multinacional española es seria porque sigue expuesta. “Es en este momento la teleco más opable de Europa”, advierten.

La francesa Vivendi, a la espera en Prisa

Por si esto fuera poco, fuentes del Ejecutivo destacan también que la compañía francesa Vivendi tiene intención de seguir escalando dentro del Grupo Prisa. En enero Vivendi compró un paquete de acciones de Prisa equivalente al 7,6% de la compañía por 50 millones de euros.

Solo unos pocos días más tarde aumentó esa participación hasta el filo del límite permitido: un 9,9%. Después, han circulado informaciones que apuntan a que la intención de Vivendi es clara: aumentar su control hasta el 20%.

Su plan inicial era esperar a que venciera el decreto anti-OPAS este mes de junio, pero el Gobierno acaba de prorrogar esa normativa hasta el 31 de diciembre.

Así las cosas, Moncloa ha conseguido, de momento, frenar dos posibles tomas de control ‘peligrosas’: la de Telefónica y la de Prisa. “Dos gigantes de dos sectores clave para el país”, destacan.

Ofensiva para controlar el grupo Prisa

Las fuentes a las que ha tenido acceso ECD recuerdan que Moncloa dio un paso de gigante a finales del año pasado en la operación para tomar el control del Grupo Prisa.

Hay que recordar que Pedro Sánchez dio orden entonces de acelerar los contactos con los principales accionistas del grupo mediático para desbancar a Javier Monzón de la presidencia, tras conseguir el cambio de criterio del presidente de Telefónica.

Contactos de Amper con Pedro Sánchez

El nuevo posicionamiento de José María Álvarez Pallete, que resultó definitivo, se logró después de varios contactos con el equipo económico de Moncloa por parte del dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian -con el 29,84% de Prisa-. 

Antes de lanzar la operación para descabalgar a Javier Monzón, el primer accionista de Prisa consultó directamente con Pedro Sánchez, con quien –revelan en el entorno del jefe del Ejecutivo, el empresario armenio mantiene una relación fluida.

Nervios tras la vuelta de Moreno a El País

Desde su llegada a La Moncloa, Sánchez ha contado con el apoyo de los medios de Prisa. En el Gobierno no olvidan ahora que El País se apresuró a negar el escándalo sobre el plagio de la tesis doctoral de Pedro Sánchez y, bajo la dirección de Soledad Gallego-Díaz, minimizó las consecuencias de la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, en junio del año pasado, se produjo un punto de inflexión que disparó las alarmas en el equipo del jefe del Ejecutivo. Sin previo aviso, el entonces presidente de Prisa, Javier Monzón, anunció la sustitución de Soledad Gallego-Díaz como directora de El País por Javier Moreno.

En ese momento, Sánchez, aconsejado por su jefe de gabinete, Iván Redondo, consideró que era clave que el Gobierno se garantizase el apoyo de los medios del Grupo Prisa, en especial del diario El País, que todavía mantiene influencia entre el electorado socialista y de izquierdas. “No tenemos otro apoyo”, le insistió Redondo al presidente.

La caída de Soledad Gallego suponía una “amenaza mediática” para el Gobierno de coalición, ante la llegada a la dirección del periódico de Javier Moreno, “el moderado” –así lo llaman en La Moncloa-. Moreno ya había ocupado este cargo entre 2006 y 2014.

Moncloa fracasó entonces en la operación para tomar el control del Grupo Prisa porque no contó con que el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, iba a darle la espalda.

Telefónica apoyó la operación de Moncloa

Meses después en cambio, en la operación para derribar a Javier Monzón, Telefónica se alineó con Amber (socio mayoritario), otros accionistas como el jeque catarí Khalid Al-Thani (5,1%), y el fondo Melqart Asset Management, que posee una participación del 3,6%.

Fuentes próximas al consejo de Prisa explicaron entonces que la posición que adoptó finalmente Telefónica (9,4%) –donde se centraron las presiones ejercidas desde La Moncloa para tomar el poder en Prisa-, resultó clave para avanzar en la ofensiva del Gobierno dirigida a hacerse con el control de El País.

“Redondo se centró en Pallete. Sabía que con Ana Botín no había mucho que hacer. Es muy amiga de Monzón”, se aseguró en aquel momento.

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