El Gobierno reacciona contra un Banco de España que se ha convertido en enemigo

La creación de una autoridad sancionadora contra los bancos es la primera respuesta. Desoirá los informes del supervisor y se apoyará en los de otros organismos económicos

Pablo Hernández de Cos, Pedro Sánchez y Nadia Calviño.
Pablo Hernández de Cos, Pedro Sánchez y Nadia Calviño.

El Gobierno no permanecerá quieto ante los varapalos que está propinando últimamente el Banco de España a su política económica. Una primera respuesta es el anuncio de que va a crear una autoridad sancionadora para proteger a los clientes de los abusos de la banca. Y acudirá a otros informes para rebatir sus previsiones catastrofistas.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, mostró carácter al estrenarse la semana pasada en el Congreso de los Diputados. Y no a favor del Gobierno.

Advirtió de que la subida del salario mínimo anunciada por el Ejecutivo perjudica “a los más vulnerables”, y que, como tal, resulta contradictorio que Pedro Sánchez justifique que no adelantará elecciones por su “agenda de cambio social”, de apoyo a los débiles.

El Gobierno ve en el Banco de España un enemigo

Fuentes de la cúpula económica del Gobierno, a las que ha tenido acceso Confidencial Digital, admiten que esas duras críticas contra una de las medidas estrella del Ejecutivo no han gustado al presidente Sánchez. Que empieza a ver al Banco de España como “un enemigo a batir”.

En Moncloa destacan que el cargo de gobernador ha perdido mucha importancia, con el traspaso al BCE de las competencias de supervisión sobre los doce mayores bancos españoles. Ya no tiene el poder que ostentaron en su día MAFO, Jaime Caruana o Mariano Rubio.

Pero, aunque las decisiones se tomen en Frankfurt, se aplican aquí. Y la forma de ejecutarlas es crucial en muchos casos. Ponen como ejemplo ilustrativo la inspección del Banco Popular que determinó la necesidad de hacer una macroampliación de capital o vender el banco y que, a la postre, desembocó en su desaparición por resolución.

Tampoco pasan por alto la proyección mediática: “El Banco de España es un púlpito muy atractivo, desde donde se pueden criticar duramente las reformas económicas del Ejecutivo”.

Sánchez es consciente de que no tendrá un gobernador de su cuerda, como mínimo, hasta dentro de seis años, cuando concluya el mandato de Pablo Hernández de Cos, nombrado por Rajoy días poco antes de triunfar la moción de censura contra él.

Golpe con la autoridad para proteger a los clientes

La primera respuesta del Gobierno no se ha hecho esperar. Según las fuentes consultadas por ECD, Pedro Sánchez se ha propuesto asestar un golpe a la credibilidad del Banco de España con la promesa personal de que va a crear una Autoridad Independiente de protección al cliente financiero.

 

Un anuncio, adelantado por ECD varios días antes, en el que el presidente obvia completamente que en España ya existe un organismo “independiente” con la autoridad necesaria para proteger a los clientes de los posibles abusos de los bancos.

En efecto, el Banco de España cuenta con una oficina virtual de quejas, reclamaciones y consultas, para ofrecer esta protección a los ciudadanos frente a la banca. Además, cuenta con una oficina presencial para estos trámites en su sede, en la calle Alcalá 48.

No hace lo suficiente

Por lo tanto, con ese anuncio “el presidente ha querido dar a entender que el Banco de España no está haciendo lo suficiente para proteger a los consumidores”, reconocen en la cúpula económica del Gobierno.

De hecho, Sánchez incidió en que así pretendía “garantizar la seguridad” de los clientes ante “potenciales abusos de los bancos”.

Según ha podido constatar ECD por fuentes internas, en el Banco de España también se ha recibido esta medida como “una bofetada con la mano abierta”. Se considera que ese anuncio “no hace precisamente ningún favor al supervisor, que trabaja desde hace tiempo por mejorar su reputación”, destaca un veterano inspector.

Informes para defender la subida del salario mínimo

Por si fuera poco, el Gobierno no está dispuesto a permanecer callado ante los varapalos del Banco de España a su política económica, y está dispuesto a contraatacar. Sin criticar directamente al supervisor, desoirá sus advertencias y basará la defensa de sus medidas estrella utilizando informes de organismos menos catastrofistas en sus previsiones.

Ponen como primer ejemplo la subida del salario mínimo a 900 euros pactada con Podemos. Resaltan que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha mostrado un discurso más diplomático que el del gobernador del Banco de España.

En un informe reciente, destacó que, con la subida “sin precedentes” del SMI, se reducía la brecha entre el salario mínimo español y el del resto de economías desarrolladas. Y que esta medida aumentaría la remuneración de los asalariados en 700 millones de euros; y la renta disponible en 1.750 millones.

Además, los 150.000 puestos de trabajo menos que calcula el Banco de España se reducen a 80.000 en las estimaciones de la Airef.

En el Ejecutivo destacan un análisis parecido que ha realizado BBVA Research. Estima que la subida del SMI afectaría al 9,7% de los trabajadores, de los cuales aproximadamente un 5% (unos 80.000 empleados) podrían perder su empleo o ver reducido el número de horas trabajadas.

“El aumento del salario mínimo disminuiría la desigualdad salarial, pero podría incrementar la desigualdad de rentas”, señala el servicio de estudios de BBVA. Y añade que, en la medida en que la economía siga avanzando, la creación de empleo será menor que la que se esperaría sin el aumento del SMI, pero en todo caso seguirá siendo positiva.

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