El sector no se cree la operación

Cuatro incógnitas de la contraopa-sorpresa de Florentino Pérez sobre Abertis

ACS está en proceso de reducción de deuda, el anuncio encarece el precio de compra, la clave de la buena relación con Fainé, qué le podría dar el Gobierno a cambio

Florentino Pérez, presidente de ACS.
Florentino Pérez, presidente de ACS.

Prácticamente nadie en el mundo económico se cree que Florentino Pérez sea realmente el caballero blanco de Isidro Fainé en la contraopa de ACS sobre Abertis para frenar a la italiana Atlantia. La existencia de cuatro incógnitas principales ha provocado que buena parte del sector se pregunte por las verdaderas intenciones del también presidente del Real Madrid.

Por el momento, ACS ha anunciado que estudia lanzar una contraopa sobre Abertis que compita con la anunciada oficialmente por la italiana Atlantia a mediados del pasado mes de mayo.

La constructora presidida por Florentino Pérez tomaba así el relevo del gestor aeroportuario AENA, participado al 51% por el Estado, que también había estudiado pujar por Abertis. Una opción que, solo por el momento, el Gobierno, como accionista mayoritario de la empresa que preside José Manuel Vargas, ha desestimado.

La operación de ACS ha generado dudas en los mercados desde el primer momento. Para empezar, consideraron que Abertis no era un buen negocio para la constructora, que además cayó un 7% en Bolsa tras conocerse su interés por la concesionaria catalana.

En pleno proceso de reducción de deuda

Con el paso de los días, según ha podido saber El Confidencial Digital por fuentes económicas que han analizado con lupa la operación, en el sector se han identificado, al menos, cuatro maniobras ocultas de Florentino Pérez, que han desconcertado, incluso, a los grandes inversores que están pendientes de las decisiones que vaya adoptando ACS.

De entrada, no pasan por alto que el plan estratégico de la constructora no contempla volver a endeudarse de forma temeraria. Un proceso que choca con el proyecto de embarcarse en una operación tan costosa. Abertis vale 6.000 millones más que la potencial compradora: capitaliza 16.500 millones, por 10.500 ACS.

Esa circunstancia podría dañar el rating perseguido desde hace tiempo, y recientemente conseguido por la constructora con el fin de poder financiarse en los mercados y reducir su dependencia de las entidades financieras.

En los últimos años, ACS ha realizado un considerable esfuerzo por reducir su abultado endeudamiento, hasta el punto de que en la actualidad presenta una situación financiera saneada, con una deuda muy similar a su resultado bruto de explotación en un año.

La agencia Standard & Poor’s le ha otorgado, además, una calificación dentro del grado de inversión, que podría ponerse en peligro con la contraopa sobre Abertis.

El simple anuncio sube el precio de compra

No es la única incógnita que ha sido identificado en el sector. El mero anuncio del interés de ACS por Abertis, sin haber puesto un precio encima de la mesa y sin que la operación ni siquiera haya sido analizada por el consejo de administración, provoca como efecto inmediato una subida del precio de compra.

 

Destacan también que el consejo de la constructora se reúne el próximo viernes... pero con la aprobación de los resultados del primer semestre encima de la mesa como único asunto a tratar.

La oferta para hacerse con el control de Abertis ocupará probablemente las conversaciones de los consejeros. Pero ha llamado la atención que el análisis de la operación quede fuera del orden del día de la reunión del máximo órgano de gestión.

Las fuentes del sector consultadas por ECD destacan su sorpresa por ese movimiento de Florentino, que es el que más ha desconcertado a los analistas. “Si lo que realmente quiere es hacerse con Abertis, ha cometido un error de libro anunciándolo antes incluso de haberlo debatido internamente. Solo ha conseguido subir el precio de la compra”, resumen.

Florentino salió de Abertis hace cinco años

“Florentino salió de Abertis porque había perdido todo interés por el negocio de las autopistas”, recuerdan ahora veteranos ejecutivos del sector. Con una participación del 25%, la concesionaria de autopistas fue uno de los pilares del negocio de ACS, hasta que el grupo cambió de objetivo y se embarcó en la consolidación del sector eléctrico.

La pugna por el control de Iberdrola comenzó meses antes de la salida de Abertis y, al cabo del tiempo, le obligó a elegir, abandonando el accionariado de la concesionaria en 2012.  ¿Por qué, cinco años después, los caminos de Abertis y ACS deberían volver a cruzarse?”. Es otra de las incógnitas que han surgido estos días en el mundo económico.

Se ha visto como un favor a su amigo Fainé

Atlantia ha planteado su oferta de 16.000 millones como amistosa, pero ni La Caixa ni el Gobierno parecen estar convencidos del precio. Aena desistió de una contraopa por la posibilidad de perder el 51% en el gestor de aeropuertos.

Solo dos días después, ACS entró en escena. Algunas fuentes atribuyen esta maniobra a la buena sintonía del presidente del Real Madrid con Isidro Fainé, “que aparece de repente para echarle un capote elevando el precio al calentar la puja”.

ACS, junto a La Caixa, pusieron las bases de lo que hoy es Abertis. Pese a haber salido del capital en 2012, ambos directivos fraguaron una estrecha relación que conservan en la actualidad.

Como vicepresidentes de la concesionaria catalana, Florentino y Fainé diseñaron algunas de las operaciones más ambiciosas de Abertis, como la frustrada fusión con Autostrade (hoy Atlantia) en 2006.

Moverá ficha si se lo pide el Gobierno

En el mundo económico solo se contempla un escenario que empujaría realmente al presidente de ACS a quedarse con Abertis: que se lo pida el Gobierno para garantizar la españolidad de la compañía.

Recuerdan que Florentino Pérez tiene varias cuentas pendientes con el Ejecutivo, como las responsabilidades que exige el Ministerio de Energía a ACS por “vicios o defectos de ejecución” o “por sus acciones u omisiones” en el fiasco del almacén Castor.

Según las fuentes consultadas por ECD, “Florentino sí intentaría entonces que el Gobierno le diera algo a cambio del esfuerzo de ACS para hacerse con Abertis”.

Hay que recordar que el Estado debe decidir todavía sobre la renovación o no de las concesiones de cinco vías de peaje que ahora gestiona la compañía catalana.

Se trata de la AP-1 Burgos-Armiñón, cuya concesión vence en 2018; de la AP-7 Tarragona-Alicante y la AP-4 Sevilla-Cádiz, que concluyen en 2019; y de dos tramos de la AP-7 (La Junquera-Barcelona y Barcelona-Tarragona) y la AP-2 Zaragoza-Mediterráneo, que terminan en 2021.

El negocio que se le presentaría entonces a Florentino Pérez resultaría especialmente jugoso: cerca de 800 millones al año.

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