Medio millón de parados por el Covid-19 cobrarán con seis meses de retraso

Perdieron el empleo en mayo y no percibirán la prestación por desempleo hasta noviembre debido al colapso en el SEPE por los nuevos trámites de los ERTE

Los parados se han convertido ahora en el objetivo de los bancos.
Parados en una Oficina de Empleo.

Más de un millón de españoles afectados por la crisis económica provocada por el coronavirus han sido despedidos de sus puestos de trabajo. Ahora, la mitad de ellos tendrán que esperar hasta noviembre para poder cobrar el paro. Se ven afectados sobre todo aquellos trabajadores que han perdido su empleo desde el mes de mayo.

Hay que recordar que el segundo trimestre del año ha sido nefasto para el mercado laboral. El paro subió en 55.000 personas en este periodo, lo que supone un 1,6% más que en el trimestre anterior, y la ocupación disminuyó en 1.074.000 puestos de trabajo (-5,4%), como consecuencia del impacto de la crisis sanitaria y del estado de alarma.

La cifra de parados durante estos tres meses es la peor en un segundo trimestre desde 2012, cuando el desempleo subió en 63.100 personas, mientras que el descenso de la ocupación ha superado todos los registros de la crisis de 2008.

Retraso para solicitar el cobro del paro

Pero la realidad es bastante más dramática. Según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de la situación, el Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) se está viendo “desbordado” de nuevo por los rebrotes del Covid-19, sin apenas haberse recuperado todavía de la avalancha de ERTE que recibió durante el estado de alarma.

Explican que el colapso se produce ahora porque, cuando una empresa en ERTE da total o parcialmente de alta a uno de sus trabajadores, o cuando un trabajador pide que le sea reconocido el número de hijos en el cobro de la prestación, ese trámite debe ser realizado manualmente por el SEPE.

Se ven afectados medio millón de parados

Este volumen de trabajo está provocando que algunas oficinas del SEPE estén dando para mediados de octubre las citas presenciales para solicitar la prestación por desempleo a los nuevos parados, según reconocen a  ECD responsables de los servicios públicos de empleo.

Por este motivo, el pago a los primeros afectados del paro correspondiente al mes de mayo se verá retrasado en muchos casos hasta principios de noviembre, en lugar de haberse cobrado antes de la fecha en la que debería efectuarse (el 9 de junio).

La demora en el abono de la prestación puede llegar a ser de hasta seis meses a contar desde principios de mayo, dependiendo de cuándo se fijara el inicio de la suspensión de empleo, salvo que el banco le conceda un adelanto al cliente en torno al 3 de noviembre.

Para tranquilizar a los afectados, el personal del SEPE les promete que “cobrarán con retraso, pero al menos con carácter retroactivo”. Se calcula que, hasta el momento, alrededor de medio millón de parados se ven afectados por estos retrasos, que apuntan a ir a más con el paso de los meses y el aumento del número de desempleados.

 

Más de un millón de trabajadores inactivos

En cuanto al aumento del paro en 55.000 personas entre abril y junio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha señalado que no todos los que perdieron su empleo en este periodo pasaron a clasificarse como parados, sino que una parte considerable pasaron a considerarse inactivos.

Esto explica el significativo aumento de los inactivos durante el segundo trimestre (1.062.800 personas más).

Este incremento de la inactividad se debe fundamentalmente a que el confinamiento y el cierre de empresas impidieron a 1.628.500 personas buscar empleo a pesar de estar disponibles para trabajar. Por ello, no han podido cumplir todas las condiciones que la definición OIT exige para ser clasificado como parado y han quedado clasificados como inactivos en la EPA, según ha precisado el INE.

Al finalizar junio, el número total de desempleados se situó en 3.368.000, y el número de ocupados, en 18.607.200 personas, en tanto que la tasa de paro escaló nueve décimas, hasta el 15,3%.

Sin incluir a los afectados por ERTE

En ese millón de empleos perdidos entre abril y junio no se incluye tampoco a los afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) de suspensión de contrato, ya que la metodología EPA los considera ocupados mientras dicha suspensión sea inferior a tres meses.

Con ello, el número de ocupados que efectivamente trabajó entre los meses de abril y junio fue de 13.901.000 personas, el equivalente a poco más de un tercio de la población mayor de 16 años.

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